Capítulo 8 - ADAPTACIÓN

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Amanece y solo despertarse Brian, lo que hace es ver como estaba su perrita. Estaba estirada en su camita que le habían fabricado con mantas para que estuviera a gusto y durmiera en la habitación de Brian.


Mientras la acariciaba, Brian estaba pensando en que nombre ponerle y quiere que sea un nombre poco común, que sea un nombre fácil de recordar, pero a la vez que sea bonito. Esta noche Brian ha soñado que conducía y se fijaba mucho en los retrovisores, en la carretera y en las flechas.


¿Espera, he dicho flecha? Brian había encontrado su nombre perfecto, a partir de ahora su perrita se llamará Flecha. Estaba supercontento porque por fin tenía nombre y el hecho de que fuera un bebe le daba más amor al momento.


Aunque Brian estuviera encantado con la Flecha, tenía que ir al instituto, así que la vuelve a dejar en la cama y se prepara para ir al colegio. Ya era el segundo día que estaba en la ESO y aunque acabara de empezar, Brian no las tenía todas, no sabe por qué, pero presiente algo, algo malo. Al parecer todo era normal, un día de lo más sencillos y nada fuera de lo común, hasta que llega a la puerta del instituto. Su madre le lleva en coche como cada día por las mañanas y Brian avanza hacia la entrada que la tiene a unos 10 metros desde donde se ha bajado. Al parecer el reloj lo tenía mal y acaba de llegar cinco minutos tarde...


Ojalá todos los problemas fueran esos, ¿no?, Brian llega a la puerta e intenta abrirla, pero está cerrada. Conserjería estaba cerrada y no podía entrar, así que se fue delante del colegio a unos bancos a esperar a que algún profesor saliera del instituto.


Y así es, al cabo de una media hora sale uno de sus profesores y le pregunta—Brian, ¿qué haces aquí fuera, por qué no estás dentro? A lo que Brian le responde—Llegue tarde y nadie me abrió y opté por quedarme aquí, hasta que saliera alguien—El profesor le entendió y le explico que conserjería, se acababa de ir por una urgencia.


—Ves a clase y di que has estado conmigo haciendo un trabajo—— dijo el profesor


Aunque parecía sorprendente, el profesor le acababa de ayudar. Era uno de los profesores más simpáticos que hay en el instituto, gracias a él no le pusieron ningún negativo de puntualidad. El día había comenzado algo revuelto y eso que solo acaba de comenzar. Ese mismo día, a la hora del patio, unos abusones se estaban pegando con un niño que al parecer era de segundo de la ESO, el cual suele aprobar todas las asignaturas.


Los abusones, por lo que escuche, querían los apuntes y aunque el niño se negó varias veces, finalmente optaron por darle una paliza.


Cuando Brian vio eso se dio cuenta de que lo que le había pasado no solo fue una cosa puntual y de un colegio, sino que pasa en casi todos los colegios por desgracia. Brian tuvo que pasar un poco desapercibido para que los abusones no le hicieran nada, ya que Brian estaba muy asustado.


Brian estaba pensando, en todo lo que le esperaba, eran cuatro años y él solo estaba por el primero.


Brian empezó a dar vueltas por el patio, con su bocadillo y un zumo de melocotón, el cual siempre llevaba.


Brian estaba solo por todo el recreo, aunque intentase hacer algún que otro amigo era casi imposible por no decir que era imposible. Todos ya tenían su grupo de amigos, ya que ellos, venían de un colegio anterior, el cual crecieron juntos. Brian se veía como el raro por el simple hecho de que al no haberse criado juntos en un mismo colegio, ahora él, es como el marginado.

GOLPEADO PERO NO DERROTADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora