Capítulo 2 - EL CAMBIO

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Suena el despertador un día más, los pájaros cantan y se respira un aire con un olor muy fresco, ya que esa misma noche había caído una tormenta gigante.

Para Brian, empieza un nuevo día de clase y hoy no iba a ser menos. Ya estaba preparado para ir a clase cuando faltaba aún una hora para que comenzasen las clases.

María, no estaba tan contenta, puesto que intuía que algo empezaría a pasar dentro de muy poco.

Hay algo que aún no os he contado de Brian, y es que tiene estrabismo en uno de los ojos y para los que no lo sepáis os lo cuento enseguida. Estrabismo es una desviación en uno de los dos ojos, o en los dos. En el caso de Brian era en uno de ellos.

María tenía miedo porque uno de los dos ojos, exactamente el derecho, tenía estrabismo, la doctora nos contó que él podía ser operado, pero tenía que ser más mayor y esperar a ver si todo mejoraba.

Brian empezó el curso con un parche en el ojo y a decir verdad no es algo que sea de buen gusto llevar.

Aun así, él decía que quería divertirse y que pese a cualquier problema que tuviese nada le impediría, pero eso no fue del todo así.

Brian, acababa de almorzar y un día más se disponía a ir al colegio con todas las pilas cargadas tras dormir toda una noche con el sonido de la lluvia de fondo.

María y Brian van hacia el colegio y un día más se despide desde la rampa de su madre. Hoy llega puntual a clase y no se había perdido, pero algo había cambiado, en el ambiente se podía respirar un aire tóxico, como que te sentías observado, como que cuando pasabas por al lado de la gente ellos te miran y se paran o se ponían hablar en voz baja con la persona de al lado.

Brian, notaba todo aquello que estaba pasando, pero pensaba que era algo normal. Pensó que simplemente estaban hablando de sus cosas.

Entra el profesor, deja los libros sobre la mesa y empieza la clase.

Brian, se sentaba al lado de un niño que era algo raro, a decir verdad, podría decirse que ese niño era algo problemático, podríamos decir.

Pero pese a todo lo que parecía que estaba pasando, la clase acabó bien y sonó el timbre para ir al recreo.

—Podéis recoger, acordaros de hacer los deberes.

—Dijo el profesor.

Todos recogen sus libros, recogen el bocadillo y salen al recreo.

Brian se encuentra con Laura y van a uno de los bancos que hay junto a una de las vallas que separan la calle con el colegio.

Empiezan hablar de lo bien que se lo están pasando y le comenta a Laura la sensación que estaba empezando a tener, ya que él creía que era normal, pero que aun así empezaba a tener curiosidad.

Laura, no comprendía lo que estaba pasando, pero ella no se suele relacionar con mucha gente por el hecho de que es algo tímida. Era la amiga que todos hemos querido tener, una chica a la que no le importa el físico, la que no habla a las espaldas de tu persona y la que, sobre todo, no te deja de lado. Laura, le explicó a Brian, que estuviese tranquilo, que seguramente era algo que no tenía que darle mucha importancia, ya que posiblemente era algo pasajero, pero que no tenía por qué ponerse nervioso.

Brian, no las tenía todas con él ya qué veía cosas que no tenían del todo sentido, pero le hizo caso a Laura y siguió adelante.

Comieron el bocadillo y regresaron a las clases tras sonar el timbre.

Él, volvía a notar algo raro una vez más, y quería que acabase ese día por qué no se sentía a gusto por primera vez en el colegio.

Por suerte, tras pasar unas horas dentro del colegio acaban las clases y ya es hora de irse.

Brian, ve a su madre fuera y enseguida le cuenta todo lo que le ha pasado hoy y cómo no, María no había fallado en su intuición de antes, algo estaba empezando a pasar. María le empieza a decir a Brian lo mismo que Laura, que esté tranquilo y que eso pasara que seguro que no es nada de él.

Ese mismo día tenían que ir al hospital justo cuando acabase Brian las clases, así que se disponen a ir al hospital.

Una vez han llegado al hospital, pasan unos minutos hasta que llaman a Brian.

De nuevo, una vez más miran a Brian y le dicen algo que ya sabían que eso mejoraría, pero que tendrían que dejar el parche un año por lo menos, es decir, que tenía que llevar el parche un año más y encima las gafas para que el otro ojo mejore a la vez que el otro no fuerce.

A María se le podía notar los nervios, algo poco común en ella, pero que estaba con miedo e impotencia por no saber qué hacer.

María le explicó al médico la situación que le había contado Brian hacía apenas unos minutos y el médico le comentó que es muy común en niños que están pasando por esta etapa, pero que estuviera tranquila, que lo más seguro que se arreglaría en poco tiempo.

María se calmó un poco, pero aun así no las tenía todas con ella. Ambos regresan a casa y María le pide a Brian que se ponga el pijama y que haga los deberes.

En ese mismo instante, Marcos, el padre de Brian, regresa a casa tras trabajar fuera unas semanas por temas de negocios y María le explica lo que había pasado.

Marcos, ya temía que eso pasaría, pero le dice a María que intente no pensar en eso, que todo eso pasará y serán cosas de niños.

Llega la hora de dormir, apagan las luces y se tapa con una de sus mantas favoritas.

Un nuevo día amanece y seguimos la rutina de siempre pero hoy con un consejo especial y ese consejo es que pase lo que pase no se sienta apartado de los demás, que tiene que ser fuerte y que pronto todas esas miradas cesarán.

Brian hizo caso a su madre y entra al colegio, se despide en la rampa y las clases comienzan de nuevo. El chico que se sienta al lado de él, empieza a mirarle raro, y muchas veces al día.

Laura, que está al otro lado de la clase, se percata de aquello que está pasando y le dice al profesor si puede ir un momento con Brian a hablar con una profesora, ya que tiene que darle unos deberes. El profesor acepta la petición de Laura, así que los dos van al pasillo, pero sin ningún rumbo establecido.

Laura se sienta en una de las paredes del pasillo junto a Brian y le pregunta:

— ¿Estás bien, Brian?

A lo que Brian confirmó.

— ¡Claro! ¿Por qué, no debería de estarlo?

Laura le responde con un rotundo sí, pero le explica que posiblemente se sienta un tanto raro, ya que ese chico que tiene al lado le empezaba a mirar raro y a como a reírse sin sentido.

Brian le explica que tenía toda la razón que empezaba a estar algo mosqueado, pero no tenía motivos para estar cabreado o triste.

Así que Laura le dice que simplemente esté tranquilo y que le tiene para lo que necesite. Brian agradece a Laura y simplemente le dice que gracias por la ayuda que le está dando sin conocerle apenas nada.

Laura le explica que a ella le gusta ayudar y que no le gusta ver a amigos tristes y que le tenía ahí para todo. Ese mismo día volvió a casa muy contento porque pese a todo aquello, aunque pasara todo lo que paso, encontró la parte positiva de ese momento.

GOLPEADO PERO NO DERROTADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora