Capítulo 21

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¡PERO SI YO LA VERDAD NO ME QUERÍA CORRER!

―Acosté a Bryan, casi voy por un sartén y le pego... o le doy unas diez pastillas para dormir, no quería dormir él. Dios―murmuró saliendo de la habitación de Bryan. ―¿Qué te sucede? ―preguntó al verme aun perdida.

―No, nada―la miré fingiendo una sonrisa―¿Kira está dormida? ―pregunté. Ella asintió. ―Okay, iré a dormir... tengo sueñooo―alargué la ultima palabra. Ella rió y yo me fui a mi habitación. Este día ha sido raro, eso es un hecho.

Al otro día...

―Hola―escuché una voz somnolienta y se me cayó una cacerola al suelo, ya que me asusté. Volteé y estaba Ruggero. Noo... yo no quería verlo. Bueno, sí lo quiero ver... pero me daba vergüenza. No se debe acordar de nada.

Narra Ruggero

Ella se asustó cuando la saludé y tiró una cacerola al suelo. Rápidamente la alzó y la dejó en la mesa, volteó y me saludó, con una pequeña sonrisa de lado, y estaba sonrojada. ¿Ya dije que linda se ve cuando está sonrojada?

―¿Cómo dormiste? ―le pregunté sentándome, ella seguía preparando el desayuno. Trataba de ignorarme, no soy idiota.

―Tan solo si pudiera haber dormido―murmuró.

―¿Eh? ―pregunté.

―No, nada―sonrió. ―¿Café o chocolatada?

―La segunda―le guiñé el ojo. Ella asintió dando pasos torpes y me empezó a hacer una chocolatada.
―¿No quieres que lo haga yo? ―le pregunté y ella negó sin mirarme.
―Okay... ―dije por lo bajo. ―¿Pensaste lo de anoche? ―le pregunté luego de estar en silencio, mientras ella mezclaba la leche con el cacao. Ella dejó de revolver con la pequeña cuchara y se puso rigida.

―¿Q.Que co.cosa? ―me preguntó nerviosa, volteando y dejándome la chocolatada frente mío.

―¿Crees que por estar ebrio no sé lo que decía? Talvez estaba un poco más anormal de lo normal, y he hecho cosas vergonzosas... pero sé muy bien al otro día lo que hago y lo que digo. ―contesté, ella tragó en seco.

―¿Y te arrepentís de lo que dijiste? ―preguntó ella de brazo cruzados.

―La verdad que no, porque no tengo el valor para decirte todo lo que dije sobrio... así que el estar ebrio fue mejor ahora que lo pienso―dí un sorbo de mi chocolatada fría.

―Wow―susurró. ―entonces... ―vaciló por un momento―¿Lo de tus primas es verdad?

―Totalmente verdad. Preguntale a quien quieras, menos a Bryan... a él le sigue doliendo como a mí... pero almenos yo estoy saliendo, creo. ―bajé la cabeza.

― ¡BUENOS DÍAS FAMILIA! ―gritó mi tía Marga. Yo bajé la cabeza cansado, me dolía bastante.

―Está bien que me acuerde de todo, no tengo la gran resaca... pero me duele la cabeza de todas formas―dije mirándola.

―Upps... lo siento―me guiñó el ojo y besó mi frente.

―¡Todo salió genial! ―contestó Karol.

―Lo sé, ¿has visto? ―sonrió ampliamente mi tía. Karol le dio una taza de café. Ella nos miró asombrados y comenzó a reír―Aun tienen los anillos puestos―rió. Karol y yo nos miramos las manos y sí, aun teníamos los anillos. Nos miramos entre nosotros y ella aun seguía sonrojada.

―Ya vuelvo―dijo ella y salió de la cocina apenada.

―¿Son algo? ―preguntó mi tía, mirándome divertida.

―No―le contesté.

―¿Lamentablemente no o solamente no? ―me preguntó entrecerrando sus ojos. Yo reí. Debo admitir que aunque eran raros y talvez lo sigan siendo... son geniales y los extrañaba. Ellos no eran tan mayores de edad, pero son geniales y puedo confiar en ellos aunque me metan en líos.

―Lamentablemente no―sonreí de lado y ella gritó emocionada, me abrazó y yo me quejé por el brazo, me había abrazado demasiado fuerte, luego me pidió perdón.

―Tenemos que hacer que estén juntos. ¿Ella sabe que te gusta? ―preguntó, yo negué con mi cabeza.
―¡LEAAAAAA! ―gritó y yo la miré sorprendido y atemorizado, oh no.

¿Para qué dije lo que dije?

Oh si, ya se porque... porque si se enteraba tarde me quedaba sin órganos. Hablo enserio.

―¿Qué? ―preguntó mi hermana metiendo medio cuerpo en la cocina.

―Necesitamos tu ayuda. ―dijo mi tía, y yo quise escapar pero Lea me detuvo.

―¿Puedo hacerte una pregunta? ―me cuestionó mi hermana. Yo no asentí ni negué. ―¿Te queda bien el rosa? ―preguntó y yo no sabía dónde meterme.

Narra Karol.

¡Oh vamos! ¿Cómo es que le gusto a Ruggero? ¡No le puedo a gustar a Ruggero! ¡Y sí! ¡Lo que estoy diciendo es demasiaod cliché! ¿Pero que quieren que diga? Él es... él. Yo soy... yo. Aunque ahora que lo pienso... no conozco mucho a Ruggero y esto no es una novela donde él es el mejor tipo del mundo. Talvez lo sea, no me niego. Es más, creo que es una excelente persona y además esta demasiado triste y todo por lo de las primas. ¿Quién no estaría triste ante eso? Dios, pobres.
¿Pero que hago ahora? Ruggero me atrae, no me niego. Es hermoso, ¡es un dios griego! ¿Vieron la carita hermosa que tiene? ¿La sonrisa? ¡DIOS MIO! Pero... no lo conozco. Aunque no pierdo nada con conocerlo. Se que es buena persona, es un tierno... pero talvez por más bueno que sea no somos compatibles. Con él no he hablado mucho, aunque por lo físico estoy rendida a sus pies mil y unas veces. Aunque tambien me importa lo de adentro... y no me refiero a los órganos, me refiero como es su verdadera personalidad. El verdadero Ruggero Pasquarelli . Como dije antes, los órganos no me importa. Me daría asco saber como son sus órganos. Me da impresión. Bueno, me fui del tema.
Ahora... ¿Qué hago? Porque lo peor de todo es que me paralizo cuando él está allí frente mío, y aun me quedan como tres semanas más...
¿Qué hago?
¿A quién le estoy preguntando todo esto?
¿Hay alguien?
¿Cómo terminé en el frente de la casa tirando la basura?
¿Por qué ese perro me mira raro?
¿Por qué la vecina riega las plantas tan temprano?
¿Por qué sigo en pijama?
¿Por qué la misma chica de ayer a la noche está parada en la puerta de la casa con un mapa más grande que Estados Unidos?
Tantas preguntas estúpidas y yo sin respuestas.

Cuidando a los Brinley  TERMINADA. Where stories live. Discover now