—Gracias a Dios, una chica que no se arregla tanto para una cita. —Dice Max, cuando se estaciona frente a la casa y baja de su auto. Llevo el abrigo en mis manos y un pequeño bandolero —. Voy a abrirte la puerta para lucir caballeroso. —Reí. Con el no había tensiones, siempre es así.

—Estoy muy impresionada por tu gran gesto. —Bromeo y subo.

Max tiene veinticinco años, es un moreno de ojos claros, alto y algo acuerpado. Le gusta practicar deportes y va al gimnasio de vez en cuando. Eso es lo que él me dice, quizá le dedica más tiempo a este último, solo que no le gusta aparentar. De verdad es un buen chico, quizá por eso estoy ahora mismo con él en una cita.

El no me oculta, al contrario, le encanta caminar por las calles a mi lado. No lidia con un pasado tan tormentoso, no tiene una vida tan ocupada. No se la pasa serio y obstinado. Max es lo mejor para mí en este momento y estoy segura de ello pero, ¿Por qué no saco a Lucas de mi cabeza? Ya tengo casi ocho meses lejos de él y sigue intacto en mí. Sigue presente en cada día que pasa.

— ¿No me digas que hay que obligarte a comer? —Dice, sacándome de si ensimismamiento. Pestañeo varias veces. Estamos en un restaurante de la ciudad.

—Para nada, al contrario, suelo comer demasiado. —Sonrió. El también lo hace y sus bonitos ojos se achinan.

—Entonces empieza. —Me alienta. Y lo hago, tomo el cubierto y me llevo a la boca un trozo de pollo con vegetales que he pedido. Esta magnifico. Cierro mis ojos saboreando, el vuelve a reír —. Me encantas, Nadia. —Abro los ojos y siento mi cara arder. ¿Acababa de decir eso o solo fue mi imaginación? Supe que no lo había imaginado por la forma en la que me veía. Dios, lo que menos quería era lastimar a alguien.


(...)


Cuando termine mi pos grado ya teníamos un año y dos meses en Alemania. Los Carter me acompañaron ese día, ellos se habían convertido en mi familia. No podía creer que me apoyaran de tal manera.

Las salidas con Max eran como amigos. Le conté todo lo que sentía por Lucas y lo que había pasado con él, gracias al cielo mi amigo lo entendió. Aunque no nos escapamos de que todos creyeran que éramos pareja.

— ¿Son amigos? Parecen novios, harían una pareja perfecta. —Decían todos. No podía ocultar la vergüenza, pero el parecía sentirse cómodo con eso.

Los meses siguientes se los dedique por completo a Dilan. Visitamos muchos parques increíbles en la ciudad, nunca dejamos de hablar con Dallan y veía todo el tiempo a Nallan. Nuestro perro pareció tener una pequeña depresión cuando me vine, me preocupe demasiado, pensé que moriría, hablar por video llamadas con el pareció calmarlo.

También hable mucho con la señora Alana. Ella me ha informado todo lo que ha estado pasando con Lucas... él ha estado yendo a unas terapias que, según ella, le han hecho muy bien. Tengo casi un año y tres meses sin verlo y de solo pensarlo y recordar sus labios sobre los míos mi cuerpo tiembla, mis ojos se cierran por inercia. El sigue afectándome de la misma forma que lo hacía hace más de un año. Nada ha cambiado, el me ha tenido y me tendrá en sus manos siempre.

Yo, por otro lado, tratando de dejar esa chica atrás he cortado mi cabello a la altura de mis hombros. Estuve a punto de pintarlo pero lo hice a un lado, esos tinten dañan demasiado el cabello y con lo descuidada que soy estoy segura que una esponja de alambre estará mas linda que este.

—Nadia, ven, tengo algo de qué hablarte. —Me pide la señora Carter. Dejo a Dilan terminando su tarea y tomo asiento a su lado —. Te tengo muy buenas noticias. —Alzo las cejas con una sonrisa, me encantan sus "buenas noticias"

— ¿Si? Pues... la escucho.

—Nadi, como sabes mi esposo vino aquí para abrir una sucursal acá, ¿y adivina? ¡Ya lo hizo! Ya podemos regresarnos a Canadá y podrás ver de nuevo a tu madre. —Abrí los ojos asombrada y en mis labios se formo una pequeña O.

— ¿En serio? —Ella asiente efusiva. Dios, volveremos...

—Sí, y bueno, el pos grado y los cursos que has hecho acá te ayudaran muchísimo en tu carrera allá, podrás trabajar como psicóloga.

—Por supuesto. —pensaba en que vería a mía madre después de tanto tiempo, pero también pensaba en Lucas. ¿Qué iba hacer con él? Bueno, de segura ya me habrá olvidado. De seguro ya ni pensara en mí. Si pudo superar su pasado seguro lo habrá hecho conmigo también. Eso es seguro, no voy a hacerme ilusiones. —. Debo despedirme de varias personas aquí... ¿Cuándo nos iremos?

—Bueno, creo que dentro de una semana ya estaremos listo. —Asentí. Yo también estaría lista dentro de una semana.

Los días siguientes nos enfocamos en alistar nuestras cosas, había comprado muchas cosas aquí. La pequeña maleta que había traído no fue suficiente, debí buscar una más grande. Compre varios regalos para las personas especiales que allá tengo.

Los chicos con los que realice el pos grado me organizaron una pequeña despedida. Nos habíamos vuelto bastante unidos. Se los agradecí con lágrimas en los ojos. Odiaba las despedidas, pero los había invitado a Canadá cuando quisieran.

La noche anterior al viaje Max me había invitado a cenar. Acepte, por supuesto. Me hizo pasar una noche increíble ya que me llevo a un parque de diversiones y nos subimos a varias atracciones increíbles, gritamos y reímos como niños. Cuando me llevo a casa esa noche, me beso... no pude evitarlo. Fue algo que no esperaba. Fue un beso suave y tímido, pero con una añoranza que me hizo sentir mal, pues sabía que yo no sentía lo mismo por él.

—Voy a echarte de menos, Rossi. —susurro antes de despedirnos. Quería que me tragara la tierra. El es tan tierno.

Al día siguiente abordamos el avión. Nunca me sentí tan nerviosa en mi vida, tanto tiempo fuera me había dado tiempo para aclararme, pero aquí estaba... iba de vuelta a mi realidad.

...

Niñas he subido una novela nueva, se llama FORTY&TWENTY, y mañana estaré subiendo otra. Pásense, me encantaría tener su apoyo en esas también.

Gracias por amar tanto esta novela, leo todos sus comentarios.

Síganme:Iamgarciav21-Vaneb21g    

Después de tiWhere stories live. Discover now