Capítulo XXVI

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Nadia:

El día ha sido una locura, estar de un lado a otro arreglándome y cerciorándome de que todo con Dallan fuese bien es una locura. La señora Alana parece que en cualquier momento sufrirá un colapso mental con toda esta situación de la subasta. Hubo algunos problemas que se solucionaron de inmediato, pero otros se alargaron por horas y la mantuvieron en vilo.

Gracias al cielo todo parece estar solucionado y ahora mismo vamos en el auto camino a la subasta. Dallan viene conmigo, la señora Alana y su esposo van por delante de nosotros. Hace un rato les informe que yo no pasaría por la alfombra roja, ya estoy abrumada con todo esto de los paparazis como para tener que pararme frente a cientos de ellos. Dallan se enojo, ya que él deseaba que yo estuviese con él en la alfombra, pero no, creo que el pararme allí confundiría aun mas a las personas.

Cuando el auto se estaciona frente al gran teatro bajo y ayudo a Dallan a hacerlo. Caminamos hasta donde están mis jefes y puedo sentir algunos flashes. Dios, siento que voy a colapsar de los nervios.

—Es hora de entrar, mira, ya Lucas está en la alfombra. —Nos informa la señora Alana, no pude evitar mirarlo. Bendito Dios... se ve... increíble. Para nadie es un secreto que Lucas es el tipo de hombre que haría caer a cualquier mujer a sus pies. Parece irreal, ese traje gris oscuro hace resaltar muchísimo el color de sus ojos. Su cabello perfectamente acomodado, su cuerpo, esa seriedad que siempre lo acompaña y te hace querer saber más de él...

—Yo... yo los veré dentro. —Le informe a la señora Alana cuando me obligue a dejar de mirarlo.

—Okay, ¿segura que no quieres venir con nosotros? —Asentí, sonriendo.

—Mucho. —Volví la vista de nuevo hacia Lucas, que aun está en la alfombra, ahora con sus padres —. Yo los espero dentro. —Me despedí de Dallan rápidamente y camine por detrás de los paparazis. Hay un pequeño camino creado por cintas separadoras que te llevan hasta dentro. Cuando voy por la mitad del camino alguien grita mi nombre y cuando me vuelvo, lo único que logro visualizar son miles de flashes en mi dirección. Dios, casi salgo corriendo.

Cuando por fin llego al salón me permito calmarme y tomar un poco de aire. Esto me tiene un poco alterada, aunado a que Lucas estará por aquí. Me sentare con la familia, así que empecé a buscar nuestra mesa.

—Nadia, ven. —Me llama la señora Alana y agradezco al cielo porque me sentía realmente perdida —. Nuestra mesa esta por allá. —Unas señoras perfectamente vestidas saludan a mi jefa y esta les corresponde amable. Apenas estas se alejan seguimos caminando y yo hablo con Dallan sobre su pequeño traje hasta que escucho hablar de nuevo a la señora Alana: —Lucas, el evento está por comenzar y debemos tomar nuestros asientos. —Alce la vista y mi respiración se corto de golpe al encontrarme de lleno con su mirada. Quede aturdida, petrificada en mi lugar, sintiendo como mi cuerpo lo recorría ese temblor ya conocido. La forma en la que me detalla, es... única. Nadie en mi vida me había observado de tal manera, el te hace sentir deseada. La señora Alana le dice algo que lo hace despegar la vista de mí, él la observa de vuelta y retomamos nuestro camino a la mesa que nos corresponde. Me siento un completo extraterrestre cuando siento la mirada de varias personas sobre mí. Estoy segura de que todo esto se debe a los chismes que hay sobre Lucas y yo.

Cuando supe donde estaba mi lugar mire a la señora Alana pidiéndole ayuda, ella me da una sonrisa picara. ¿Está tratando de juntarme con su hermano? ¡Me ha sentado junto a Lucas! Siento que voy a desvanecerme en cualquier momento, todo mi cuerpo tiembla y siento ese cosquilleo por todas partes. Estoy muy nerviosa, nuestras piernas se pueden rosar con un pequeño movimiento.

Después de tiDove le storie prendono vita. Scoprilo ora