Elliot

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Mientras sigo besando a mi tía hermana en una danza mortal de lenguas conquistadas por la lujuria, de repente se me ocurre la maravillosa idea de desabotonar parte de la camisa floreada que traía con ambas manos dejando en unos segundos su torso expuesto para mis ideas perversas.

En ese momento, el instinto biológico se hizo presente y acto seguido subí parte de su sostén blanco para liberar uno de sus proporcionados como suaves pechos con pezones rosa pálido. Sin más predicamentos me dispuse a lamer su areola con lentitud para luego concentrarme en la punta de su pezón, el cual mordí levemente para luego comenzar a succionar el pecho como un condenado sediento por leche materna.

—Ah~ Iantooo~ Mmm~ aprendiste bien de miiii~ aaaah~ —Decía Melissa mientras sentía como tiraba algunos de mis cabellos y se arqueaba ante tal placer que le estaba provocando. En mi caso solo reía de forma lasciva al escuchar que perdía el control de esa forma con mis atenciones, aunque debo admitir que también me calentaba al escucharla gemir con su melodiosa voz y sobretodo el pensar que me vengaba de Elliot, haciendo lo mismo que él realizo alguna vez.

Mientras ambos seguíamos "jugando" de repente escuchamos la puerta tocar tres veces, aún así, yo seguía con mi juego y Melissa gimiendo aún más agudo haciendo que no solo las cuatro paredes fueran testigo de nuestros actos, sino el mal parido que se encontraba afuera tocando la puerta.

Era sorprendente como una situación así, hizo que ambos nos calentáramos aun más, haciendo que incluso llevara mi mano libre atrás de la espalda de mi tía hermana para desabrochar su sostén en un abrir y cerrar de ojos, pareciendo todo un experto en esas circunstancias.

Por otro lado, el mal nacido que estaba golpeando no espero más y raudo abrió la puerta sin esperar a que Melissa saliera del lugar.

Para nuestra fortuna, no era nada más ni nada menos que Elliot quién inmediatamente cerró la puerta al vernos casi follando en la cama.

— ¿¡Qué mierda están haciendo!? —Interrogo y a la vez exclamo, con un tono duro y seco como él lo suele poseer.

Inmediatamente Melissa se detuvo y miro a Elliot como si hubiera visto un fantasma, pero a pesar de ello sonrío. En mi caso, me mantenía tranquilo y con una sonrisa llena de placer en mi rostro.

Cuando Melissa se levanta sobre mi, saliendo de la cama  y comenzaba a arreglar sus prendas, yo inicio una conversación con  Lucifer.

—Siguiendo las enseñanzas de Papá Satán —Entrecierro mis ojos— No ves que es la moda~ en la familia Conti~ follarse a familiares —mis ojos se abren mientras mi sonrisa irónica se vuelve más amplia —¡Ah! Pero tú sabes de eso ¿verdad? porque cogerse a la primogénita de la familia Conti, debió ser bonita experien~cia~

Melissa al haber terminado con su sostén comienza a abotonarse la camisa, mientras realizaba esta acción la joven soprano mira atentamente a su padre el cual mantenía una mirada neutra a pesar de los ataques de Ianto.

Ella como todos sus hermanos tenía conocimientos vagos del tema que está prohibido en la mansión Conti, Elizatbeth. Ella era la hermana mayor de todos incluso de Giorgio, también sabían que por razones desconocidas Elliot se encamo con su hija mayor dejándola embarazada y que de ese incesto había nacido Ianto, el amor de su vida.

Posteriormente, Melissa espabila de sus pensamientos al escuchar la voz dura de su padre hablarle.

—Retírate —Clava su mirada en Melissa.

—Bueno yaaa~—Ríe de forma maliciosa y posa su ferviente mirada en los ojos de Ianto para luego lanzarle un beso—Descansa, my love espero tu recuperación—Finalmente sale de la habitación.

La chica sale de la habitación con una sonrisa despampanante en el rostro a causa de su pequeño "encuentro", luego con ligereza cierra la puerta. Al ocurrir esto, inmediatamente Elliot posa una mirada de profundo desprecio hacia Ianto por lo que había realizado.

—¿Crees que no tengo conocimiento de su nauseabunda relación? Por el bien de la familia le he bajado el perfil a lo que hacen tú y Melissa, pero...que lo hagan en el hospital —Comienza a ajustarse el guante blanco de su mano derecha— Es completamente inaceptable.

—¿Inaceptable? —Lo miro casi estallando en risa pero luego no puedo aguantar mis ganas y exploto ante sus palabras "ejemplares"— jajaja, ¡jajajajaja!, ¡¡JAJAJAJAJAJAJA!! —Al pasar los minutos me calmo y finalmente lo observo con mi mirada cargada de odio, deseando que las diez plagas de Egipto cayeran sobre él— No vengas a hacerte el "papá bueno que no mata ninguna mosca" porque conmigo no te va a resultar~ ¿Crees que soy un imbécil? ¿Qué no sé lo que paso con mi abuela Maria Anna y mi madre Elizabeth? Aún desconozco la relación que tuviste con mi abuela, pero sé que Elizatbeth era tu hija —Comienzo a reír otro poco— Y de eso nació "el afortunado de la familia" JAJAJAJAJA así que no vengas a darte de "moralista" conmigo, sabiendo que eres peor que un animal buscando procrear para asegurar la existencia de su especie.

En ese momento observo como Elliot se acerca a mí y a continuación posa su mano derecha en uno de mis hombros para comenzarlo apretar. Inmediatamente su expresión de su rostro cambia a una de un psicópata en serie, mientras posa sus ojos negros en los míos. Finalmente este me dice.

—...No sé de qué hablas hijo... —aprieta más mi hombro— ellas...nunca existieron.

Al escucharlo hablar de esa forma a Elliot, sentía que la sangre me hervía al experimentar que cada minuto que pasaba más lo odiaba y deseaba con todo mi corazón quemarlo vivo o asfixiarlo con mis amigos Fred y Sam para que mi abuela como mi madre se rieran a carcajadas desde el cielo para alegrarse de que el maldito desgraciado volvía a donde pertenecía.

Exasperado por su actitud, mirándole fijamente a los ojos le contesto.

—Ya lo sabrás...porque me encargaré de hacerte recordarlas~ "Pa-dre" —Lo miro con un rostro neutro mientras mis ojos siguen enfocados en los de él.

Al decir estas palabras Elliot decide retirar su mano de mi hombro y posteriormente, sin decir ninguna palabra, sale de la habitación cerrando la puerta con sutileza.

En mi caso solo quedo mirando la puerta con la misma seriedad que el demuestra para posteriormente recostarme en mi cama, cerrar mis ojos y sentir como el dolor de mi corazón por la pedida de las mujeres que más amo, incluida Emilia, salían a la superficie en forma de lágrimas.

El dolor y desesperación de no poder hacer absolutamente nada en estas circunstancias al tenerlo frente a frente, era lo que más me dolía de esta enorme conspiración. Como aborrecía a este hombre, lo único que quería era verlo desaparecer de la peor forma posible, o verlo nadar  en mierda o en resto de cerdos podridos al tener deseos de desaparecer.

Mientras las lágrimas empapan mis mejillas las únicas palabras que pasaban por mi mente eran:

"Las vengaré, juro que las vengaré no importa si pierdo mi vida en ello, voy a destruir a Elliot y mi recompensa será  ir a Nunca Jamás con Emilia como verlas a ustedes...abuela...mamá..."

Mientras el "Tic-tac" del reloj de la habitación continuaba su automático rumbo, las lágrimas del joven Ianto seguían asomándose de sus ojos sin cesar, expulsando todo el dolor y miseria que era causada por la mayor abominación conspirativa que en el mundo podía existir...

...Su padre.

Dulce ConspiraciónWhere stories live. Discover now