#33 ¿Cuál es la sorpresa?.

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Benjamín

La vida me pareció muy injusta cuando arrancaron a mi hermana de mi lado, dejaron un gran vacio en mi pecho, luego mi otro hermano decidió irse, él no se quedó para apoyarme o para que lloremos juntos. Mi único apoyo ha sido mi padre y mis mejores amigos, tardé mucho tiempo en salir de la depresión. Mi hermana se fué cuando más la necesitaba  y si ella estuviera hoy aquí se hubiese reído de mí y obviamente estuviese apoyándome en esto y estoy seguro que Julieta le hubiese agradado mucho e incluso me hubiese dicho que la enamorara porque así era ella, se creía todo de esos cuentos que leía. Ella era una persona tan dulce, tan tierna, todo el tiempo trataba de protegerla pero no pude con el cáncer, él se la llevó de mi lado sin avisarme sin regalarme un minuto más a su lado. Es tan doloroso saber que tienes que ir a un cementerio a ver a tu hermana en un cajón sin poder moverse o tal vez ya sea huesos lo que encuentre allí. Duele tanto hablarle y no obtener una respuesta de su parte. Desde que murió comencé a pensar que mi hermana y yo vivimos en los extremos de un puente, ella está en el extremo de eterno descanso y yo en el extremo de tiempo de vida indefinido, la vida cotidiana. Siempre me acompañó el deseo de cruzar ese puente por mi propia voluntad, atravesarlo y poder abrazar a mi hermana y no soltarla nunca más, pero siempre hubo algo que me impedía hacerlo, claro por una parte mis padres, por otro mis amigos, Rosa y por asi decirlo ella, la persona que creía que me destruiría mi vida, la persona que en un principio odié pero que a través del tiempo llegue a conocer, Julieta. Ella sabe como sacarme una sonrisa sin querer hacerlo. En estos días que llevo a su lado es imposible no reírse o pasar un buen momento, es tan natural, tan sencilla.

La semana pasada la he notado nerviosa y ¿cómo no? Si falta medio mes para la boda. No para de ir al centro comercial, creo que a su prueba de vestido de novia ha ido unas cuatro veces en dos semanas y casi ni come, además de eso está estudiando para sus exámenes. Yo la he estado ayudando con los gimnasios y la verdad que le va muy bien, hoy la llevaré a que vea el gimnasio que comprará, así podré hablar con el dueño y hacer un buen negocio.

Estoy saliendo del baño después de darme una relajante ducha. Hoy será una cena para nosotros dos solos así que me vestiré como a mi me gusta, un jean negro, una camisa negra con lo primeros botones desprendidos y un saco no tan formal mas bien simple y por último mis zapatilla negras. Me coloco mi colonia y luego salgo para esperarla.

Voy bajando las escaleras y siento que me silban —es el silbido ese el que le hacemos los hombres a las chicas cuando se ven sexys— observo el responsable de ese silbido y es nada menos que ella, luce tan bella como siempre. Lleva puesto un vestido mangas largas con el cuello en U color azul, unos sapatos negros y su tapado color negro. El maquillaje simple, pestañas largas, tiene como pintado de negro debajo del párpado cerca de las pestañas y brillo en su boca.

—Romperá corazones está noche Señor Benjamín —niego con mi cabeza y sonrío.

—Romperemos —corrijo.

—Señor Clark ¿ya podemos irnos? —me dice sonriendo.

—Sí, claro, vamos —tomo otro abrigo porque el clima afuera está muy fresco.

Entrelaza su brazo con el mío y salimos de casa, luego le abro la puerta del copiloto y lo rodeo para subirme. Una vez que entro ella me mira y luego dice.

—¿Cuál es la sorpresa? —sé que está muy curiosa por que le dije que es sorpresa.

—Espera a que lleguemos mujer. Sé paciente.

Ella solo suspira y ya no insiste en el tema. Durante el camino vamos hablando y riendo de sus ocurrencias, antes de llegar freno el auto y saco una venda para sus ojos.

El acuerdo ©                               |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora