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Hoseok recorría el patio del hospital en busca de su madre. El doctor que atendía a su progenitora le había dicho que había salido del recinto para alejarse un poco del ambiente del hospital. La encontró sentada en una de las bancas, mirando el cielo, sosteniendo aquel libro que Hoseok solía leer para ella todas las tardes.

— Hola — saludó, besando la frente de su madre antes de tomar asiento a su lado.

— ¿Cómo estás, Hobi?

— Yo debería preguntar eso, ¿cómo estás?

— Algo cansada, eso es todo.

— ¿Llevas aquí mucho tiempo? — la mujer negó.

— Sólo unos minutos, se siente bien que un poco de aire fresco llene mis pulmones de vez en cuando. El olor que hay allá adentro me da náuseas —  la mujer hizo una mueca y el pelirrojo negó ante la facilidad que tenía su madre para expresarse.

Hubo un pequeño silencio, ambos observaban con añoranza las nubes o más bien sólo Hoseok lo hacía. La mujer tenía la vista algo nublada y sentía una fuerte opresión en el pecho que trataba de disimular — ¿Seguirás leyendo para mí, Hobi? — La mujer dejó el libro sobre el regazo de su hijo, y mientras él lo abría se acomodó a su lado, recargando la cabeza en su hombro aún con la opresión en su pecho.

Los ojos de Hoseok se llenaron de lágrimas al notar que el marca páginas había sido reemplazado por la rosa que hace días le había regalado a la mujer. Besó su nuca y susurró un "te amo" antes de aclarar su garganta y comenzar a leer. A medida que las páginas leídas aumentaban los latidos de la mujer se iban haciendo más y más pausados. Tortuosamente lentos y cada vez más ausentes. La voz de Hoseok sólo podía hacerse más y más lejana al igual que los latidos en el pecho de la mujer hasta que simplemente desaparecieron por completo.

❝ Let me help you. ❞ 💛 [Español] 💛 Hopega.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora