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— Yah, ¿no se siente bien el aire fresco? — Yoongi le miró, dándole un leve asentimiento que más tarde hizo sonreír a Hoseok.

— ¿Dónde vamos? — preguntó siguiendo los pasos de Hoseok, estando algo cerca del pelirrojo. Se sentía extraño estar fuera de casa luego de mucho tiempo, Yoongi definitivamente no sabría que hacer si se perdía por las calles. Su orientación en el mapa era pésima.

— Iremos a una peluquería.

— ¿Qué? ¿Me harás esperar horas igual a un marido esperando a que su mujer termine de contar los chismes de la semana?.

— Idiota. Sólo haremos algo con tu cabello.

— Primero la ropa, ahora mi cabello. ¿Qué tienes en mi contra? — Hoseok soltó una carcajada.

— No tengo nada en tu contra, simplemente creí que se vería bien de otro color. El negro se ve bien en ti, pero te hace ver cómo un emo.

— ¿No soy emo? Mi ropa es negra, mi cabello es negro. Tengo una camisa negra porque negra tengo el alma...

— Ya no más.

— ¿Harás eso sin solicitar mi permiso? — Yoongi detuvo sus pasos, quedándose de pie a mitad de la acera fingiedo molestia. Hoseok también se detuvo.

— No sé de qué te quejas, si te lo pido terminarás accediendo de todas formas.

Touché.

— No es cierto... — Masculló, reanudando el paso tras Hoseok quién animado tarareaba una de las canciones de los comerciales.

— Lo es.

Caminaron un par de minutos. Bien pudieron pagar un taxi que los llevara directamente a su destino, pero Hoseok prefería caminar y estirar las piernas, además, mientras caminaba podía ver las tiendas y comentarlas con el pelinegro quién le respondía con naturalidad.

Yoongi no supo decir cuánto tiempo estuvo dentro de la peluquería con una mujer tocando su cabello. A pedido de Hoseok taparon los espejos de manera que no pudiera arrepentirse a mitad del proceso. El pelirrojo susurró en el oído de la peluquera lo que exactamente tenía que hacer; ella tiñó el cabello de Yoongi y lo recortó hasta una medida aceptable. Min se sentía ansioso por ver qué sería de su apariencia ahora. Una vez listo giró la silla y miró a Hoseok, éste le miró unos instantes y sonrió complacido. La tela que cubría el espejo fue removida y por fin pudo ver lo que había pasado en su cabeza.

Su cabello era verde menta claro, un refrescante color que combinaba a la perfección con su blanca piel...

— ¿Y? ¿Te gusta? — preguntó Hoseok una vez estuvieron fuera. Se sentía inquieto, Yoongi no había dicho absolutamente ninguna palabra en todo aquel tiempo.

— No está mal... — balbuceó, mirando una vez más su reflejo en el cristal de una vitrina. Pudo ver perfectamente cómo la sonrisa de corazón crecía aún más en el rostro de Hoseok y no pudo evitar corresponder el gesto.

— Tengo buenos gustos — espetó, caminando una vez más,— Ahora sígueme, necesitarás un nuevo guardarropa que haga juego con tu cabello.

Yoongi asintió manteniendo la pequeña sonrisa en sus labios. Viendo la espalda del pelirrojo alejarse humedeció sus labios antes de apresurar el paso y esta vez, en vez de caminar tras él cómo en todo momento lo había hecho, tomó lugar en su costado, a la par de Hoseok.   

Frente al parque había una señora vendiendo todo tipo de flores. Al ver aquel puesto Hoseok no pudo contenerse y terminó corriendo hasta aquel lugar incluso si tenía un montón de bolsas en las manos. Yoongi le siguió momentos más tardes, a diferencia del pelirrojo este sólo cargaba una bolsa.

Los ojos de Hoseok se iluminaban ante cada flor que había bajo su nariz. A Min no le fue difícil deducir que Hoseok amaba las flores, era tan malditamente obvio; en su hogar el pelirrojo no hacía más que apreciar las flores y las plantas que adornaban el jardín. Sólo esperaba que se apresurara con todo lo que estuviese haciendo, el sol se estaba escondiendo y con ello el frío del invierno comenzaba a hacerse más presente. Luego de un largo día de compras deseaba regresar lo más pronto a casa, aunque no deseaba para nada alejarse de Hoseok. Él era su antidepresivo, siempre lo mantenía feliz y con energía. Era cómo su batería. Sin Hoseok, Min Yoongi no era absolutamente nada.

Hoseok examinó cada una de las flores, agradeciendo que estas estuvieran bien plantadas dentro de una maceta. Odiaba cuándo las cortaban, no podía recibirlas, las prefería mil veces dentro de una maceta a envueltas en un trozo de papel.

— ¿Cuál llevarás? — preguntó Yoongi, mirando fijamente el rostro radiante de Hoseok. Aún si no había ninguna luz apuntándolo, Yoongi podía jurar que el rostro de Hoseok brillaba cómo el sol.

— Hmm... — el pelirrojo llevó una mano a su barbilla mientras pensaba. Todas se le hacían simplemente hermosas, — Llevaré esta — habló, decidiéndose finalmente por una maceta con un diminuto girasol en el centro.

La pagó, y cuándo Min creyó que Hoseok finalmente caminaría éste extendió la maceta hacia él con una sonrisa y los ojos brillando con emoción.

— ¿Qué...?

— Es para ti — musitó. Yoongi tomó la maceta entre sus manos mientras la inspeccionaba, — Cuídala mucho, ¿sí? Un girasol necesita mucho amor, agua y luz solar, pero especialmente amor. También necesita nuenas energías para poder crecer, así que debes mantenerte positivo cerca de ella ¿Si?

— Ya tengo demasiadas plantas en casa, tengo rosas, tulipanes, hortencias... ¿por qué querría un girasol?

— ¿Sabes lo que significan los girasoles? — Min parpadeó con confusión.

— No..., ¿Qué...? ¿Qué significa?

— Búscalo en internet.

❝ Let me help you. ❞ 💛 [Español] 💛 Hopega.Where stories live. Discover now