XVI

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El doctor se levantó de su silla, pensando profundamente de la situación que acababa de ver, estaba extremadamente decepcionado, y sin saber ya que hacer, simplemente caminó hasta la morgue donde esperaría la llegada de E15

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El doctor se levantó de su silla, pensando profundamente de la situación que acababa de ver, estaba extremadamente decepcionado, y sin saber ya que hacer, simplemente caminó hasta la morgue donde esperaría la llegada de E15. Sin embargo, en el camino se encontró con un ruido que provenía de donde se encontraba su amado experimento que no había terminado de morir. Con curiosidad caminó hacia donde este se encontraba, cruzó algunos pasillos y en el sexto, el fastidioso sonido de un teléfono lo interrumpió, ignoró el sonido que provenía de la sala del experimento, fue en busca del teléfono pensando con confusión. Cruzó la puerta de la habitación donde se encontraba Sandra y vio que en el suelo se encontraba su ropa, frunciendo el ceño, fue en busca de ella, cruzó el gran umbral que el edificio tenía y pasó frente a varias ratas que caminaban pacíficamente por el lugar, hasta que divisó que algunas de ellas se encontraban en grupo alrededor de dos largos dedos; las espantó y caminó un poco más rápido hasta que encontró los dos tacones de Sandra, miró uno de los pasillos que se sumían en las sombras, lo miró con recelo, pensando, hasta que de allí apareció una tuerca rodando hasta sus pies. Alzó la mirada y se encontró con dos cuerpos de metal y piel que se semejaban a un hombre y una mujer, cerca de ellos dos dedos ensangrentados y morados.

— ¿Sandra?

Se escucharon algunas risas profundas y sarcásticas, ambos cuerpos aparecieron a la luz.

Aquel hombre que había visto hace poco tiempo en aquel sueño tan vivido se encontraba abrazando a Sandra y lo miraba con un odio tan profundo que le deformaba la cara. Sin razón alguna, como así mismo lo pensaría el doctor, cayó al suelo con el pavor consumiendo su cuerpo.

Se levantó mirando el piso y siguió su camino sin mirar atrás pues había escuchado como la puerta de la habitación se cerraba. Respiró hondo, eliminó aquello que le perturbó y entró a la morgue con el cuerpo helado y un poco de sudor en su frente y nuca. Miró a cada víctima recostada en su respectiva camilla de metal y un poco de sangre, allí se dio cuenta de que aquellos dedos en el suelo eran los suyos pero no había herida alguna o sangre chorreando, miró a E06, su cuerpo medio muerto, con la piel pegada a los huesos. El doctor se mordió la lengua y sintió un ardor en los ojos, regresó a su oficina y en el camino se encontró con Sandra a la cual ignoró.

Al llegar a su silla el chirrido de un grito que pedí auxilio hacía eco en el establecimiento y el doctor, por primera vez en mucho tiempo pidió que todo acabase en su mente.

Sandra entró a la habitación, desnuda y lo miró con dolor, lo insultó un poco pero él no hizo caso alguno ya que el grito de la mujer en el establecimiento se encontraba en su mente y lo perturbaba lo cual hizo que el doctor no se dé cuenta de la cortina de humo espeso que se metía a la habitación.

»Sientes en tu piernas el asfalto helado y en el resto del cuerpo las pequeñas gotas de agua que anuncian que pronto habrá lluvia. Te levantas y te mareas un poco. La calle en la que te encuentras es un lugar nada peculiar, una calle vacía a la mitad de la noche y un letrero blanco resplandeciente casi al final de la misma. El alrededor está iluminado por ciertas luces de calle que se están dañando y te preguntas a ti mismo: "¿dónde estarán las prostitutas?", ya que no sabes exactamente donde te encuentras, te diriges hacia el letrero y entre más te acercas puedes ver en él letras grandes que dicen "ELLOS SE MOSTRARÁN", cuando por fin estás cerca del establecimiento te das cuenta de que es un encantador teatro de antaño en el cual dos mujeres con grandes escotes se acercan para ofrecerte un asiento dentro y aunque no quieras entrar ambas mujeres te agarran del brazo, ponen sus senos muy cerca y te llevan dentro. La sala está vacía y las dos mujeres te dirigen al centro de ella, se sientan a tus dos lados y tratan de seducirte porque saben que no te interesan, y antes de que les pidas amablemente que no necesitas de sus servicios las luces se apagan y empieza el show.

Experimento FOBIA ©Where stories live. Discover now