XXII

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Después de desayunar, cada uno fue hasta su habitación a desempacar. Alex ayudo a tara en ello. Los hermanos Fulop terminaron en breve gracias a su rapidez natural como vampiros, así que pronto se encontraron con tiempo libre. Vanessa por su parte, al acabar, saco la carta y el pequeño obsequio que le fueron entregados el día anterior.

Con cuidado abrió la carta y saco la hoja en su interior. Descubrió la misma caligrafía de la otra carta; Luna la había escrito. Sin más procedió a leerla.


"Tú hijo es uno de los seres más importantes en este mundo.

"Debes cuidarlo muy bien. Disfruta cada segundo con él. Entrégale todo el amor que puedas, porque el tiempo con él no te sobrara, créeme. Tienes una fecha límite, pues vendrán por él. Codician su poder, y harán todo a su alcance para obtenerlo. No dejes que le pongan un dedo en sima. Tú hijo no tendrá la misma suerte de ustedes, él crecerá al mismo tiempo de un humano. Sera frágil al principio, y necesitara alguien que cuide de él. Pero será fuerte, él ser más fuerte y puro que jamás haya visto.

"Tú hijo es un milagro. Un hermoso milagro de ojos miel, y risos castaños. Su mirada es la más inocente que jamás vi, y sus ojos brillan con alegría. El agua bendita no le quema como a sus semejantes, a pesar de ser parte brujo y parte vampiro. Puede entrar en tierra santa y en templos. Su corazón es tan puro que todo ese mundo no lo daña.

Vanessa paso sus dedos por sobre el papel, togando allí donde una gota había corrido la tinta. Una lagrima. Estaba llorando cuando la escribió, concluyo.

"Tú hijo es especial, y muchos de nosotros daríamos la vida por él. Arriesgamos todo, sin importar que, para mantenerlo a salvo. Por favor, cuida mucho de él. Es importante. No dejes que ellos te alcancen, no dejes que lo toquen. Si ves ojos rojos o rosas centellantes, no confíes. Si ves iris violeta oscuro y piel marmolea, ataca y huye. Y si sus heridas se iluminan y sanan; Huye, corre, y reza porque no los encuentren antes que yo aparezca.

"Solo confía en quien te muestre el símbolo, solo en él clan y sus aliados. Recuerda: De rojo o rosa iris, no debes confiar. De violeta oscuro debes atacar y escapar. Y si sus heridas de iluminan y sanan, huye, dale tres vueltas y veras como a tú lado yo aparezca. Es imposible matar a un original, por ello en humanos se les convertirá. Su sangre beberé y su magia se ira. Polvos y cenizas; los antiguos vestigios de un cuerpo es lo único que quedara.

"Disfruta, se feliz. Pero cuando empiecen las pesadillas con oscuridad y te despiertes a las tres de la madrugada, sabrás que muy cerca ellos de ti andan.

"Recuerda: Uno, dos, tres vueltas le darás, y en un segundo a tú lado voy a estar. Y solo en el clan y sus aliados debes confiar.

Después de unos segundos digiriendo esas palabras, Vanessa tomó la caja y la abrió. Dentro de esta aguardaba un lindo reloj de plata. Su diseño era particular. Tenía un aro rodeando la esfera del reloj, que era un poco más pequeña que este. Había un espacio libre entre la esfera y el aro que solo era unido por dos pequeños y cortos cilindros que unían la esfera con el aro.

Vanessa lo saco de la caja y descubrió que la esfera del reloj podía girarse. Supuso de que esto hablaría en la carta.

— Tres vueltas... — Se quedo unos segundos admirando el reloj y luego lo abrocho en su muñeca. Guardo la carta y salió de su habitación.

Podía escuchar a los chicos jugando en el patio con Tara. Aquello le trajo recuerdos.

Flashback.

— Matteo... Nessa... ¿Dónde están pequeñas sabandijas? —Vanessa le tapo la boca a Matteo cuando noto la cercanía de Fred a ellos y el niño la mordió.

— Ay. —Se quejo ella y Fred levanto el mantel de la mesa descubriéndole.

— Yo gano. —Los niños se levantaron rápidamente y corrieron hacia el árbol en el patio trasero esperando ganarle a su hermano. Vanessa o se dio cuanta cuando ya estaba tocando e árbol.

— Un, dos, tres, por mi y todos mis compañeros. —El pequeño Matteo que aparentaba ya unos dos años le miraba con una gran sonrisa mientras que su hermano mayor Fred se había quedado petrificado— ¿Qué te pasa Fred?

— T-T-Tú revoloteaste...

— ¿Qué es eso?

— Es cuando, un vampiro, usa su velocidad sobre humana... Para que me entiendas: Ibas a la misma velocidad que Flash. —Vanessa abrió grande los ojos y se puso a saltar; Matteo le imito.

— Flash, Flash, Flash... —Repetía él pequeño Matteo saltando.

Fin del Flashback.

Vanessa sonrió, bajo las escaleras y se dirigió al patio trasero, donde los chicos corrían de aquí para allá. Parecían huir de algo. Salió al patio y pronto gritan.

— ¡ENTRA!

— ¿Por qué?

— Hay una —Fred pega un salto hacia atrás y recién noto lo que se arrastras por el pasto— Serpiente.

Vanessa abrió grande los ojos y entro rápidamente. Saco un cuchillo de la cocina y salió.

Le serpiente ya les había acorralado, Fred estaba listo para teletransportarse cuando Vanessa lanza el cuchillo y atraviesa al animal por la cabeza.

Fred rápidamente alejo un poco a los chicos, le saco el cuchillo y le prendió fuego a la alimaña.

— Fred ¿Por qué no la has matado antes?

— Porque estábamos jugado y de repente apareció y no reaccione. Cuando tú apareciste había pasado apenas unos segundos de que cayera.

— ¿Cayera?

— Callo del cielo. —Explico Alex.

— ¿En serio?

— Si. De hecho, eran dos, pero una se venia tragando la otra. —Respondió Matteo tomando en brazos a Tara.

— Oh, de acuerdo, eso es... —Miro hacia el cielo y noto barrera iluminarse en un área cuando algo impacto contra ella— Extraño.

— Si, mucho. Vamos, entremos. No vaya a ser que caiga otra cosa. —Se apresuro Fred a cruzar el patio con los chicos.

— Si, vamos. —Vanessa despego la vista del cielo y les siguió.

Entraron a casa y cerraron el ventanal. Vanessa se sintió tentada a llamarla con el reloj, pero prefirió no hacerlo. ¿Qué tal si solo funcionaba una vez? Habría desperdiciado lo que podría salvarle la vida a ella y a su bebé. Además, podría interrumpir algo importante. Negó con la cabeza y soltó el broche del reloj.

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