XV

1.6K 101 3
                                    



Vanesa's P.O.V

— Vanesa, despierta. —Susurra alguien en mi oído y yo solo me revuelvo incomoda— Vanesa, si no despiertas tendré que cambiarte yo la ropa y créeme que la sola idea de ver a mi hermana en ropa interior de novia me causa escalofríos... —Un momento...

— ¿Matteo? —Pregunto despertándome, pero aun sin abrir los ojos.

— Si, soy yo. ¿Quieres por favor despertar, quitarte el vestido de novia y ponerte ropa normal para que podamos todos juntos y despiertos decidir a que casa preguntamos primero?

— ¿Qué? —Pregunte algo confundida mientras habría los ojos y me incorporaba.

— Solo ponte esto. —Me dijo él arrojándome unos jeans y una blusa— No tardes, te espero aquí afuera. —Dijo el antes de cerrar la puerta del miniván y recargarse en esta.

Me estire un poco e intente quitarme el vestido en el reducido espacio sin romperlo, pero en el tercer intento me rendí y use mis poderes para hacerlo aparecer en el otro asiento a mis espaldas. Tome la blusa y me la coloque sin mayor problema, ahora, entrar en esos jeens sin golpearme la cabeza con el techo fue un reto que no pude superar. Como mateo no me dejo unas zapatillas o algo, tuve que ponerme los zapatos del vestido. Me acerque a la puerta y la abrí rápidamente haciendo que Matteo se tambaleara un poco.

— Lista. —Dije una vez ya había salido del miniván. Matteo solo asintió y cerró la puerta, luego me condujo por entre los arboles hasta llegar con los chicos— Buenos...—Mire al cielo comprobando que era aún temprano— días.

— Buenos días. —Dijeron todos al unísono.

— Okey, ahora que estamos todos, quiero que decidamos con quien vamos primero. —Dijo Fred captando la atención de todos— Tenemos tres opciones: Los Hunt, lobos, Zoe, una guardiana de Morfeo, y los Collins, vampiros... vegetarianos.

— ¿Qué es una guardiana de Morfeo? —Le preguntamos todos a Fred.

— Es como una humana, pero en vez de dormir, su conciencia sale de su cuerpo y explora por si sola mientras su cuerpo descansa. Se supone que lo hacen para cuidar a sus niños incluso mientras duermen...

— Interesante... Con ella estaríamos bastante seguros. Yo digo que vayamos con ella primero.

— Yo opino igual que Vanesa. —Dijo Matteo recargándose en un árbol.

— Yo voto por Tara y por mí, y opino igual.

— Entonces es unánime; Iremos con Zoe primero. —Sentencio Fred levantándose del tronco en el que estaba sentado— Síganme. —Dijo comenzando a internarse en el bosque.

— ¿Y el miniván? —Pregunte señalando por donde se suponía se encontraba.

— Puse un escudo, solo nosotros podemos acercarnos a él hasta que lo quité. —Dijo Fred con despreocupación y yo me encogí de hombros.

— Okey...

Después de unos minutos siguiendo a Fred, llegamos a una pequeña cabaña la cual supuse seria la casa de Zoe. Nos acercamos y Fred golpeo la puerta, unos segundos después una chica de no más de 14 años nos abrió.

— Mi mamá, perdón, Gabrielle no atiende de día, vuelve como a las ocho de la tarde. —Dijo ella cortante y cerró la puerta. Fred volvió a tocar la puerta y se escuchó un suspiro de cansancio antes de que la chica volviera a abrir— Ya te dije que... —La chica no pudo terminar la frase ya que se quedó mirando fijamente a los ojos de Fred, sin mencionar que repentinamente se puso pálida y su pulso se aceleró.

Fred, ¿que haces?...

— Por...Por... ¿Por qué tus ojos son rojos?

— Es un truco mental, de hecho, no lo son.

— ¿Por qué lo haces?

— Porque quería llamar tu atención y lo he conseguido. Hola, me presento, soy Frederick y tú eres Zoe, la guardiana.

— ¿Cómo sabes eso? —Pregunto ella escondiéndose un poco tras la puerta.

— Solo lo sé. Veras, tú, aun no tienes un niño al que cuidar, por lo que tienes demasiado tiempo libre y aparentemente como no escucho otro corazón más que el tuyo dentro de la casa asumo que vives sola hasta la noche, cuando tu madre llega a atender clientes ¿Me equivoco? —Ella negó.

— Tu eres el hijo de Katherine... —Dijo ella con un tono aliviado y su corazón se calmó— Ella vino anoche, hablo conmigo... Pasen, todos. —Dijo ella haciéndose a un lado y abriendo más la puerta para que pudiéramos pasar. Entramos y yo fui la última en entrar y esperé a que ella cerrara la puerta y se girara.

— Gracias. —Le susurre con una sonrisa.

— No es nada. ¡Siéntanse como la casa! —Exclamo mientras se perdía por uno de los pasillos.

— Vaya, eso fue más sencillo de lo que imagine. —Dije sentándome en uno de los sofás.

— Si... Todo gracias a mamá... —Dijo Matteo mientras fruncía el ceño y sacaba algo de debajo del sofá— Chicos, cuanto son veinte mil pesos en dólares. —Pregunto el mientras estiraba un billete naranja en sus manos.

— Depende el país...—Respondió Fred estirando la mano para que Matteo le entregará el billete. Matteo le entregó el billete y se sentó al lado de Fred en el sofá— Banco central de chile, veinte mil pesos y la imagen de Andrés bello. Son como 30 dólares y algo... —Dijo el revisando el billete. Lo puso contra Luz...

— ¿Qué haces? —Le pregunto Matteo.

— Veo si es real o el falso; Es real. —Dijo él poniéndose de pie guardándose el billete en el bolsillo del pantalón.

— ¡Oye! yo lo encontré...—Se quejo Matteo.

— Si, pero es te Zoe, supongo, así que voy a devolvérselo. —Dijo él caminado hacia el mismo pasillo por el que se fue Zoe. De pronto Matteo comenzó a mirar alrededor y frunció el ceño.

— ¿Y Tara? —Pregunto poniéndose rápidamente de pie.

— Debe estar con Alex...

— ¿Y dónde está Alex? —Agudice un poco el oído y los escuche riendo casi al final de la casa, o eso creo. Seguí escuchando un poco y escuché unos cubiertos chocando en un plato.

— Supongo que en la cocina comiendo. A mí ya me dio hambre, voy para allá ¿Vienes? —Dije poniéndome de pie. Matteo relajó la expresión y asintió. Yo guiada por el sonido de sus voces comencé a camina por el pasillo con Matteo siguiéndome de cerca.

Destino HibridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora