El sendero está rodeado de árboles, y a lo lejos, distintas placas se encuentran en el verde pasto. Aquí descansan varios seres queridos de distintas personas, cualquiera diría que es un parque, por toda la vegetación que hay, sin embargo, es el lugar más tranquilo donde uno puede visitar a aquellas personas que no están físicamente.

Desde el accidente y el entierro, que no vengo a verlos. Venir aquí siempre me resultaba difícil, pero hoy es un día que ellos merecen estar presentes, aunque sea desde el más allá.

Bruno me mira sin entender dónde estamos, le sonrió y le doy algo de confianza, los lugares nuevos lo ponen nervioso, pero sé da cuenta que todo estará bien cuando me regala una sonrisa.

"Aquí descansa Javier García. Padre, marido y hermano, amado eternamente."

"Descansa en paz Estefania Navarro Madre. Esposa y hermana, recordada por todos sus familiares."

Ver nuevamente esas placas, me provoca un nuevo en la garganta y un fuerte dolor en el pecho. Mi hermano, me mira sin entender qué está pasando y por qué mis ojos se llenan de lágrimas. Me agacho, lo apoyo frente a ellos y me pongo de cuclillas a su lado.

—Hola mamá y papá. —Me mira confundido. —Hoy es un día especial, nuestro chiquitín está cumpliendo su primer año. —Mis mejillas están mojadas. —Sé que les gustaría estar en este momento con nosotros, y no se dan una idea cuanto los necesitamos, todo este tiempo sin ustedes fue demasiado duro. —Bruno se sienta y toca las placas, como si las estuviera acariciando.

—¿Papá? —pregunta señalando el objeto de mármol. —¿Mamá?

—Sí, hermanito ellos están ahí, pero también están acá. —Agarro su manito y la apoyo en su lado izquierdo del pecho. —Ellos nos aman mucho, hicieron tantas cosas para que nunca nos haga falta nada y hoy, debemos demostrarle que somos unos hijos fuertes. —Trato de reír para ocultar mi dolor.

Nos quedamos en silencio unos minutos, observando nuestro alrededor y, finalmente, juntos apoyamos nuestras manos en las placas.

—Es hora de que nos vayamos. —Me mira con el ceño fruncido. —Sí, Bruno, nos están esperando. —Como si fuera coincidencia, una frisa nos acaricia el rostro; algunos dirían que es por el viento que provocan los árboles, pero yo lo tomaré como que son mis padres despidiéndonos.

Me pongo de pie y lo alzo. —Adiós, los amo y prometo volver más seguido. —Él, estira su brazo y los saluda. Esta acción me partió el corazón, aún no se da cuenta de lo que sucede y, mucho menos, que nuestros padres no están físicamente, pero tengo la esperanza de que podrá enfrentarlo a medida que crezca.

Mientras volvemos por el camino, escucho que mi hermano se va riendo, como si fuera que alguien le hace caras. Me giro y no veo a nadie, lo observo a él y pone sus dos manos en mis ojos, como si intentara taparme la visión.

—Deja de jugar Brunito o llegaremos tarde. —Quito sus manos de mi rostro.

Continuamos nuestro camino. En la entrada, busco la parada del bus, por suerte hay uno que nos lleva directo a nuestro destino.

Durante el trayecto, los dos estuvimos callados y tranquilos, sin duda la visita a nuestros padres nos afectó de distinta manera. Lo observo, y está pensativo, hace distintas expresiones como si tratara de entender algo. A esta altura, no sé qué pensar al respecto, mi hermano puede pasar de ser el bebé más serio que conozco, al más simpático y vivaz.
Una señora, se acercó a él y comienzan a jugar, como muchas veces dije, de grande será muy sociable.

Todo por ti, hermano © ["Hermanos" #1]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें