93. Antes de que se vaya

2.8K 413 64
                                    

Seyn presiona los dientes, mientras yo sólo intento salirme del regazo de Ace.

—¡Suelta! No ves que explotará —lo señalo.

—Espera —susurra en mi oído y se me eriza la piel.

—Uno... —la mandíbula de Seyn se tensa.

Okey, lo obedece.

—Dos —aprieta el puño.

—Te va a matar —opino.

—No te olvides de respirar —el adivino le recuerda mientras sigue con su típica sonrisa relajada.

—¡Ya me asusté! —grita Tarik.

—Dos —repite e inhala y exhala con fuerza, pero se puede ver en su mirada que no se tranquiliza.

—Tienes mucha confianza en tu método, pero no creo que te esté funcionando —opino.

—¿Seguro? Yo creo que funciona, tú te has quedado quieto —susurra por lo bajo para no se oiga y me paralizo.

¿Qué quiere decir?

De repente me doy cuenta que no me está sosteniendo y me sonrojo ¡Ah estoy por voluntad propia! Me levanto rápido y lo señalo furioso.

—¡Tramposo!

Sonríe.

—Yo creo que estabas muy relajada.

—¡¿De qué hablan ustedes dos?! —se queja Seyn que ha vuelto en sí.

—Que ya puedes secuestrarla, y hablando de secuestros, tu amigo ya se fue —expresa refiriéndose a Jovan y veo que Xia tampoco está.

—¡¿A dónde?! —grito.

—No te preocupes, te reunirás con ellos después, lo he visto. Lástima que no puedo ver más allá, parece importante —exclama ido como si estuviera visualizando algo —. Volviendo al punto —mira a Tarik —tu deuda sigue creciendo, vas a tener que pagarme, reducir costos por entrar a nuevamente a propiedad ajena.

El moreno se sobresalta.

—¡Ya te dije que no tengo dinero!

—Por eso vas a pagar con tu cuerpo.

—¡¿Qué?! —se cubre.

Ace levanta la mano y uno de sus empleados le trae una escoba.

—Deberás limpiar todo este desastre, malpensado —se ríe.

Se sonroja.

—¡¿Te burlas de mí?!

—Ya me cansé de oír este circo, tengo que ir a buscar a Aradia —me quejo —¿Qué dirección le diste a Jovan?

—Tiempo al tiempo —exclama tranquilo el adivino —. Ya te dije que después lo harás, pero primero —chasquea los dedos —tú también tienes una deuda conmigo, te dije que no podías entrar a esta sala y viniste sin mi autorización. Eso está muy mal florecita, mereces una reprimenda.

—¡Oye! —intercede Seyn.

—Sh —hace un gesto de silencio con el dedo en su boca, después baja su mano a su pantalón lentamente, del bolsillo saca un llavero y se lo tira al rubio que lo ataja —. Vamos a jugar un juego, antes de dejar que la florecita se vaya. Será divertido, estoy seguro de que quieres participar.

Una chica serás #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora