Una chica serás #1

121. Suprema humillación

Hace tiempo que no peleaba con Seyn y admito que ha mejorado, también que estoy cansado. Ya peleé con demasiadas personas hoy, pero la perfección no pierde, así como siempre pondré todo mi esfuerzo.

Le pego un puñetazo cuando esquivo el suyo. Me da una patada y retrocedo. Limpio la sangre que cae de mi boca por el golpe que me dió cuando interfirió en mi amenaza contra Tarik y otra vez me pongo en posición de combate.

—Nunca podrás ganarme Seyn, yo soy la perfección —sonrío y me preparo para hacer mi golpe final.

—No te creas tanto —corre hasta mí para pegarme uno de sus puñetazos, los cuales ya tengo bien calculados.

Con toda la fuerza que me resta, agarro su brazo y lo giro, pero no como Tarik, ya que no bloqueo su movimiento, sino que hago que caiga al suelo, su espalda choca en el piso y yo pongo mi pie sobre él.

Sonrío.

—Te lo dije, soy superior, por eso te gané como siempre, por eso eres un ser insignificante.

Me mira furioso intentando sacarse mi pie de encima, aunque no hace falta, porque lo retiro yo mismo. Sin embargo no porque sea benevolente o algo así, sino que me ha empezado a dolor el cuerpo.

Oigo las voces otra vez y retrocedo. No hay tiempo, no puedo correr y mi cuerpo me duele demasiado. Mi cabello crece, mis manos se achican, comienzo a tener curvas y la ropa no me queda.

La humillación de mi vida acaba de ocurrir y es suprema.

—¿Mariposa?

Seyn que se ha quedado petrificado mirándome, mientras se oye el grito de la sorpresa de los demás.

—¡¡Es Darlene!!

Es el fin, mi secreto ha sido revelado. Debo estar en el infierno, eso es seguro.