Una chica serás #1

112. Madurar ¿Darren? ¡No!

En la biblioteca de la facultad, Aradia trae su grimorio y se sienta en una de las sillas, dónde Ace le explica, yo que sé qué cosa. Jovan llega y camina hasta mí, mientras yo guardo el libro que saque de una de las estanterías.

—¿Confías en él? —pregunta el rubio mirándolos no muy contento.

—Extrañamente sí —expreso sincero —. La verdad, luego de todo lo que ha pasado este último tiempo, me di cuenta que no vale la pena negar sobre la confianza en las personas.

Sonríe.

—¡Wow! Darren Wein madurando.

Ruedo los ojos.

—No molestes, que todavía estoy intentando asimilar las cosas.

—Vas por buen camino entonces.

—No, la verdad que no, aún no sé qué pasa con esto —señalo mi cuerpo de chica —y lo más importante de todo, Eliza —suspiro —. El punto es, que todavía me siento perdido.

—No te preocupes, seguro encontrarás la solución.

Bufo.

—No sé cuál es la solución a nada, me gustaría saber más rápido las cosas, si se supone que soy la perfección, esto debería ser más fácil de lo que parece.

Se ríe.

—Lo que pasa es que nunca has añadido sentimientos, al asunto ese de tu mundo perfecto.

—Nunca creí que los necesitará, ¿Qué quieres que te diga? No quería terminar mal como en el pasado, y sin embargo lo hice, encima acabé peor.

—Entiendo —asiente —. Igual recuerda que cada cosa llega su tiempo, no te impacientes —aconseja.

—Vale, ya que estamos en la charla —sonrío con malicia —¿Qué pasó con Aradia?

—Bueno... —se pone nervioso —no puedo contarte, es privado.

—¡¡No seas tramposo!! —me quejo —¡¡Yo te acabo de contar casi todo lo que pienso!!

Se ríe.

—Perdón, es no quiero contarte.

—No seas estúpido y cuenta o al menos dime qué te respondió —bufo.

—Bueno, ¿Y tú qué te imaginas que respondió?

—¡Ay, Jovan se me confesó! —finjo la voz de Aradia y pongo las manos en los cachetes imitándola —¡¿Qué voy a hacer?! ¡¡No tengo la espalda de Darren para esconderme detrás!! ¡¡Ay, ay, ay!! —grito.

Él se ríe.

—Baja la voz, es una biblioteca y no te burles tanto, te pasas.

—¿Alguna otra orden señor jefe? —me cruzo de brazos y ladeo la cabeza —¿También quiere el disfraz de secretaria? Porque no lo tengo.

—Vale, ya entendí la indirecta, deja la broma —bufa.

—¡¿Vas a decirme o no?!

—¡Jovan! —la voz melodiosa, pero que me rompe el corazón, nos interrumpe.

—Eliza —sonríe él y ella se acerca hasta nosotros.

—Te conseguí el videojuego que querías, vamos a tu casa y probemoslo esta noche —le muestra el estuche y el rubio lo agarra contento.

—Encargaré pizza —le contesta como siempre animado.

—¡Sí! Estupendo.

—¿Y por qué no invitas a Joel? Seguro le encantará —mi enojo hablando y entonces ella mira con desagrado.

—Darlene —me nombra Jovan intentando reprenderme por lo que acabo de decir —¿No habías madurado?

—No aprendo más —muevo los hombros en señal de no importarme.

—Tú... —se está enfadando, así es como acabo mi amistad con Jovan otra vez.

—"No creas lo que ven tus ojos" —Ace se acerca hasta nosotros y repite la frase de la otra vez, luego mira a Eliza —Bella deidad, ¿Has pensado en lo que te dije esta mañana?

La cobriza lo observa confundida.

—¿Por qué?

—Porque temo por tu seguridad.