Batallas.

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Necesitaba aclarar mi mente y huir, pero no me atrevía, a demás, ¿a donde más iría? No es como que tenga un edificio de apartamentos en alguna costa.
     Necesitaba despejarme, me vestí lo más rápido y con la ropa más normal que pude, y me dispuse a salir.
     Ivy entró a la habitación antes, evitando mi salida y llevándome comida.
    —Tengo que irme —dije rápidamente.
    —¿Que? No puedes irte, no estás bien.
    —Y no lo estaré si me quedo encerrada con mis estúpidos problemas —objete.
     Me miró con una mueca de molestia, pero en sus ojos había preocupación.
     Esbocé media sonrisa y acaricie su mejilla.
    —Tranquila, no pienses que te librarás tan fácil  de mi, volveré antes de la cena.
     Asintió más tranquila.
    —Cuidado —pidió.
    —Por supuesto.
     Salí con la capucha de la sudadera puesta y las manos en los bolsillos. Comencé a caminar sin rumbo alguno. Mi mente estaba en una batalla con sigo misma. Las voces no me dejaban sola. En especial había una que escuchaba una y otra vez y que siempre repetía lo mismo "Regresa".
     Yo se que no refería a que regresara a casa de Ivy, no. Y mi subconsciente ya no quería que regresara con el. Lo que quería esa maldita voz era que regresara a ser alguien más. Y a cada paso esa voz sonaba más y más fuerte, haciendo eco en mi mente. Y así como mis ojos comenzaron a humedecerse amenazando con soltar lágrimas, al cielo le pasaba algo similar. Las gotas comenzaban a caer y a mojar la acera, llevándose la pestilencia de la ciudad maldita, pero nunca limpiándola por completo.
     Las voces no me dejaban sola, azotaban mi mente, se hacían fuetes, ya no me sentía como yo misma. Sin el no era yo.
     Sin el no soy yo.
     Mi cabeza comenzaba a doler de una manera horrible, necesitaba calmantes, una aspirina, algo. Y a demás, también necesitaba refugiarme de la incesante lluvia que amenazaba con caer cada vez más fuerte, hasta hacer un diluvio.
     Sin el no soy yo.
     Comencé a correr y a lo lejos divisé una farmacia, fui hacia ella y me refugié mientras rebuscaba algo de dinero en los bolsillos de la ropa. Encontré cinco dólares en la sudadera y dos más en el bolsillo de pantalón, camine hacia el mostrador y llame a la chica que atendía.
     Sin el no soy yo.
     Al instante reconocí su rostro. Ella estudiaba conmigo en la Universidad. Su nombre era Cony.
     Estoy segura de que en otro momento no la hubiera reconocido pero ahora los recuerdos de mi vida anterior estaban más claros. Era como si ambas partes estuvieran chocando. Luchando por ganar terreno.
     Sin el no soy yo.
     Ambas vidas estaban colisionando.
     Sin el no soy yo.
     Lo que me preocupaban era que ambas murieran en esa batalla.
     Sin el no soy yo.
    —¡Cony! —exclamé, más desesperada que emocionada.
    —Lo siento, ¿la conozco? —espetó.
     Alcé la capucha unos centímetros, solo lo suficiente para que solo ella pudiera ver mi rostro con algo de claridad. Mi cansado rostro, con los ojos marchitos y las mejillas mojadas a causa de las lagrimas.
    —¡Harleen! —exclamó con algo de miedo. Sabía quién era yo entonces.
     Puse mi dedo índice en mis labios, haciéndole una señal de que callara.
     Shhh.
     Ella asintió lentamente.
    —Escucha, Cony, no se lo que sepas de mí ahora, pero no quiero hacerte nada.
    <<Solo quiero aspirinas y una botella de agua —pedí suplicante.
     Regresa.
     Sin el no soy yo.
     Regresa.
     Comenzaban a hacerse más y más fuertes. Y dolía.
    —¡Rápido! —ordené.
     Cony asintió rápidamente y corrió a buscar lo que pedí.
     Regresa.
     Sin el no soy yo.
     Cerré los ojos por el dolor, y tratando de callarlas. Por un momento me sentí mal, de que alguien que había sido amiga mía —o más bien de Harleen— tuviera miedo de mi. Normalmente me gustaba causar miedo, pero en ese estúpido momento, me sentí mal.
     Regresa.
     Sin el no soy yo.
     Cony regresó con una botella de agua y una cajita con aspirinas. Las dejó en el mostrador, las tome rápidamente y deje los arrugados siete dólares en donde estaban los productos. Salí casi huyendo.
     Regresa.
     Sin el no soy yo.
     La lluvia comenzaba a cesar. Abrí la botella de agua y saqué dos aspirinas. Me las metí a la boca y le di un gran sorbo al agua para tragarlas.
     Regresa.
     Sin el no...
     Las voces comenzaban a callarse. Prácticamente ya no las escuchaba. Esbocé una pequeña sonrisa.
     Suspiré con alivio.
     Seguí caminando. Y pensé en lo que las voces decían. Y verdaderamente me planteé el hecho de dejar esta vida y tratar de regresar a la otra. Dejar de ser yo.
     Verdaderamente tenía miedo de saber quién ganaría la batalla.
      Camine de regreso a casa de Ivy. Estaba cansada de pensar y caminar sin rumbo, a demás de que, moría de hambre.

Se supone que haría un capítulo sobre algo diferente pero esto fue lo que mi cerebro vomitó :v
ya estoy subiendo más seguido UwU
Pd: ¿quién captó la referencia de los The New 52 de Harley Quinn?

Te necesito, mi horrible amor (Harley Quinn/ Harlivy/ Jarley) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora