Una salvacion indeseada

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Siento mi pecho comprimirse, una... dos... tres veces... luego pasan unos segundos y se vuelve a repetir, uno... dos... tres... vuelvo a sentir aire, pero no lo quiero, trató de no respirar.
    —Harley, despierta, por favor, no puedes irte —escuché la voz de Ivy llamarme a lo lejos, era casi inaudible —. Harley, por favor.
     Sentí unos labios pegarse a los míos, entregándome aire, el cual volvía lentamente a mis pulmones, aunque no lo quisiera. Di una bocanada violenta de aire y abrí los ojos, encontrándome con la obscura figura de Batman frente a mí.
    "Mierda" —exclamó una voz en mi cabeza, esa voz de la parte que deseaba con todas sus fuerzas que mi amor fuera quien me había salvado de mi deseada partida. Mis ojos se llenaron de lágrimas.
    Mire a Ivy y a Selina, quienes me miraban con preocupación. Levante lentamente mi torso para quedar sentida sobre el piso, aún estábamos en la planta química.
     Ivy corrió hacia mí y me abrazó.
    Se separó de mi y me miró sosteniéndome por los hombros.
    —¿Estas bien? ¿Amor? ¿Estás bien? —cuestionó preocupada.
     Asentí lentamente. Dio un beso en mi frente y me abrazó de nuevo.
    —No me vuelvas a asustar así, no sé qué haría si te perdiera —dijo en mi oído, con intensiones de que esas palabras se quedaran solo entre las dos.
     Quizás no podía hacer que Joker me quisiera, pero era lindo saber que alguien lo hacía, y Ivy era la persona que me hacía sentir mejor.
    —¿Estas bien, Harl? —preguntó Selina.
     Asentí.
    —Me alegro —dijo con una sonrisa y acariciando mi cabello.
     Mire a mí al rededor, ahí estaban todos los chicos de Batman y Bane, mirándome todos atentos.
    —Quiero irme de aquí —pedí al borde del llanto.
   —Claro, honey —me dijo Hiedra.
   —Las llevare —ofreció, o más bien, ordenó, Batman.
     Roja abrió la boca, iba a oponerse, pero hable antes.
    —De acuerdo —accedí.
     Roja asintió y me ayudó a levantarme, caminamos atrás de B-man hasta su auto, subimos. Me recargué en el hombro de Hiedra y me dormí el resto del camino a su casa.
     Quizás había dormido horas, o días, no lo sabía.
     Abrí los ojos, esperando que todo fuera un mal sueño, esperaba encontrarme en mi cama en un barato departamento de Gotham, o haberme quedado dormida sobre mi escritorio en mi oficina en el Asylum, esperaba que todo hubiera sido un mal sueño provocado por la cafeína, las pastillas para el dolor y muchas horas de revisar expedientes de pacientes de Arkham. Esperaba despertar en otra vida, siendo alguien más.
    Miré a todos lados y al instante supe dónde me encontraba. La tenue luz de la mañana alumbraba el apartamento de Ivy. Era real. Nada de eso fue un sueño, y me maldije por eso.
     A mi lado estaba Ivy, acariciando mi cabeza con cariño, ella era y es la única parte buena de mi asquerosa y desequilibrada vida, esbocé una sonrisa.
    —Despertaste —obvió sonriendo de lado.
    —Hola, Ortiga —salude llamándola por uno de los tantos apodos que le otorgué —¿Qué hora es?
    —Son las tres de la tarde. Eres una maldita floja —comentó con humor —. Alguien quiere hablar contigo —cambió su semblante y una mueca de disgusto se dibujo en su fino rostro.
     Fruncí el sueño en señal de duda.
     Se levantó de la cama y se dirigió a la puerta, la abrió y salió de la habitación, dejando entrar en su lugar a otra compañía más indeseable.
    —Harley —dijo serio y con voz dura.
     Rodé los ojos y lo mire con amargura.
    —Escucha, entiendo si quieres regresarme a Arkham, en especial porque me escape, pero vamos, esta vez no fue mi culpa —reproche con esperanza de que me dejara vivir mi estúpida y repugnante vida en libertad.
    —No estoy aquí para eso. Quería... hablar —respondió titubeante, evitando mirarme.
    —Pues te escucho.
     Asintió y posó su vista en mi.
    —Yo... —suspiró —, sé que has pasado por mucho, ¿okay? Y sé que puedes ayudarme a encontrarlo.
     Me tensé al escuchar aquello, no quería saber nada más de el.
    —Se que serías de gran ayuda, incluso en otras misiones, sé que eres buena, y quieres demostrarlo, Harl.
     Me extrañe por la forma en que me llamó, y su estúpido discurso me provocó un pinchazo en el corazón.
    —Me matará —murmuré.
    —No te hará nada, lo prometo.
     Lo mire dudosa.
    —Confía en mi.
     Negué con la cabeza.
    —De acuerdo. Y... de nada, ya sabes, por salvarte la vida —comentó con ironía.
    —Yo no te pedí que lo hicieras. No cuenta si fue una salvación indeseada —reclamé.
    —De acuerdo —dijo claramente molesto y se dirigió a la puerta para salir de la habitación.
     Lo pensé un segundo, ¿en serio quería que me uniera a su equipo? ¿En serio haría algo tan estúpido como aceptar su propuesta?
    —¿Como puedo confiar en ti? —cuestione.
     Lo medito unos segundos, y luego hizo algo... ¿inesperado?¿sorprendente? Estúpido.
     Se quitó la máscara.
    —¿Wayne? —pregunté, más para mí que para el —¡Wow! —exclamé totalmente atónita.
    —¿Es una suficiente muestra de confianza?
     Asentí. Me hubiera esperado todo menos eso.
    —Espero que me ayudes, Harl.
     Mire hacia abajo, jugando con las sabanas entre mis dedos, fingiendo no mirarlo, aunque estaba atenta a cada uno de sus movimientos.
     Tomó eso como un acto de rechazo, o tal vez de cobardía. Se colocó de nuevo la máscara de murciélago y se dirigió a la puerta, pero antes de que pudiera girar el picaporte lo llamé.
    —¿Bruce?
     Rápidamente me miró.
    —Lo pensaré —esbocé una sonrisa y el me la devolvió, y acto seguido salió de la habitación, dejándome sola, con el sonido de el apodo de "Harl" bailando entre sus labios. Un sonido  inolvidable.

Sip, sigo viva, jodida, pero viva.
Puta, como me encanta escribir sin saber de qué iba la historia :'v
Pd: Gracias, Gracias, Gracias!!!!!! Más de 7K no creí lograrlo pero gracias a todos ustedes lo he hecho, son de lo mejor.
Un abrazo virtual para todos, pastelitos.

Te necesito, mi horrible amor (Harley Quinn/ Harlivy/ Jarley) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora