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Maratón 1/2



Los médicos dejaron de intervenir a Sana luego de nueve largas horas. La joven chica había acabado con unas cuantas costillas rotas que habían hecho presión en los pulmones, causando bastante daño en estos. Es por ello que se le complicó la intervención varias veces. Incluso llegaron a darla por muerta en una de esas veces, pero aquella muerte había durado apenas minuto y medio. Consiguieron reanimarla a lo justo.

Sin embargo, se encontraba encerrada en la Unidad de Cuidados Intensivos. Los médicos no podían determinar con seguridad su estado. No podían decirle a los familiares que la joven se encontraba fuera de peligro. Eso sí, lo que podían advertirles es que la chica podría entrar en coma.

Aquello había dejado desamparados a los que se encontraban allí. Momo lloraba sin cesar, autoculpándose por no haberla sacado de la carretera, y por nunca haber sido capaz de confesar sus sentimientos. Sana no podía dejarla sin saber cuánto la amaba. Por otro lado, la mente del mayor de los hermanos parecía haber colapsado, no dejaba de mencionar como todo se repetía.

Chanyeol, por su parte, había tratado de suavizar lo máximo posible la noticia para Baekhyun pero no sirvió de mucho. Al bajito tuvieron que sedarlo poco después de llegar al hospital. Según los médicos, era peligroso que una persona embarazada estuviera en semejante estado. Sobre todo cuando se trataba de un embarazo con cierto rango de riesgo. Chanyeol no se había separado de su novio, lo había visto tan destrozado. Pero, por ello mismo, no podía dejar que el pequeño se quedase solo. Todavía no habían contraído nupcias, pero había jurado ante los señores Kim que cuidaría de su segundo hijo.

Finalmente, Taehyung se encontraba en la sala de espera. Llevaba varias horas sin hacer ningún movimiento más que estar en ese sofá. Bueno, no exactamente en el sofá. Sehun había sentado hacía unas horas a Taehyung sobre su regazo para que éste comiera, fue la única forma que encontró. Más tarde, el pequeño se había quedado dormido sobre el fuerte cuerpo, y Sehun no tenía problemas. A decir verdad, el menor estaba bastante delgado incluso con el embarazo.

Unas nuevas personas entraron a la sala de espera. Tres jóvenes bastante delgados se acercaron, pareciendo reconocer al chico en brazos de Sehun.

- Tú debes de ser Sehun, ¿no es así? - dijo el chico casi susurrando.

- Sí... Vosotros sois...

- ¡Tú! - el grito de su hermana acalló cualquier contestación - ¡Tú no tienes permitido estar aquí! No después de lo que hiciste. ¡Largo! Vuélvete a Tailandia.

- Momo unnie - dijo la chica alta y más joven de todos los presentes -, yo... Sé que quizás no sea bienvenida pero, yo realmente estoy preocupada por Sana. Ella y yo fuimos novias por mucho tiempo, no me puedes pedir que no me preocupe. No quiero que se muera, unnie.

- No tienes derecho - un sollozo escapó de Momo.

- Puede que sea verdad - dijo la morena -, pero no me pienso ir. Yo... Quiero enmendar mis errores. Quiero recuperar a Sana.

Momo la miró con ira. Aquello no podía ser siquiera verdad. ¿Cómo se atrevía a decir semejante cosa? Sin embargo, no fue Momo quien respondió a ello, sino el chico que, hasta hace unos momentos se encontraba dormido y, aunque se mantenía con los ojos cerrados, había escuchado atentamente los intercambios de palabras.

- Yo no quiero que estés con ella - abrió sus ojos y miró directamente a los de la chica -. Tú le rompiste el corazón, y yo no confío en ti.

- TaeTae, ¿cómo estás?

BamBam se había agachado a la altura del contrario, quien se mantenía apoyado en Sehun. Había descubierto que le era bastante cómodo su tacto. Además de su olor, que era muy agradable. Suspiró.

- No quiero que se muera.

- Nadie quiere eso - dijo BamBam mientras acariciaba su pelo.

Kookie... I need you! [KOOKV]Where stories live. Discover now