One will die - Parte 2

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Las fuerzas de Regina se agotaban, casi llegaba a su límite. Mantener bajo control su magia, encendido el fuego y el escudo para que Tamara no llegara a ella, era un exceso, más cuando apenas si estaba terminando de recuperarse; no podría soportarlo por mucho más.

Cora, Gold y Emma casi acababan con sus paredes, pero podían ver como la de Regina iba rezagada. Intentaban retrasarlo cuanto les fuera posible, hacían que su fuego ardiera con menor intencidad, necesitaban que se cerraran las paredes al mismo tiempo.

Cuando estaban ya por cerrarse, Regina, en un impulso, hizo arder el fuego como nunca antes logrando que el hechizo se completara exitosamente. Sus energías habían llegado al límite, así que cuando bajo la mano que contenía el fuego, su escudo desapareció, dejando así vía libre para los rayos de Tamara que le impactaron directo en el pecho, derribándola e impulsándola a varios metros de distancia.

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En cuanto las paredes se cerraron Gold desapareció, dejando a Greg aún con los pies pegados al suelo, para reaparecerse con Belle y asegurarse así que ella estaba bien.

Cora también desapareció para reaparecer en el centro del pueblo, el punto de encuentro, esperando encontrar a su hija ahí, quería saber que le había ocurrido, que había salido mal, pero ella no estaba ahí.

Emma por su parte todavía no dominaba las transportaciones, por lo que se subió a su auto y manejo a una velocidad que excedía por mucho el límite permitido. Cuando llego al punto de encuentro vio lo que ya todos habían comprobado, Regina no había vuelto.

David y Mary Margaret estaban felices de ver a su hija, de saber que estaba bien y que el encantamiento para sellar el pueblo había resultado; pero no había tiempo para celebrar, no todavía, cuando no tenían idea de qué había pasado con Regina. Emma volvió a subirse al auto en el que ahora estaban también Hook, David y Mary Margaret y manejó a toda prisa hasta la entrada del sur.

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Tamara reía, reía y caminaba hacia donde de encontraba tendido el cuerpo inconsciente de Regina. Pateó su mano e hizo aparecer encima de ella un poco de agua que cayó sobre su rostro. En cuanto reina despertó Tamara la inmovilizó desde los pies hasta los hombros.

–Fue divertido, ¿no? El tiempo que pasamos juntas sin que Greg nos interrumpiera... ¿Cual fue tu momento favorito?– Pregunto Tamara comenzando el clásico monólogo del villano cuando cree que ha ganado.

–Lo será cuando me encargue personalmente de que no vuelvas a respirar–

–No... Mi parte favorita...– prosiguió ella sin darle importancia a lo que decía Regina –ah... La última parte, justo antes de que Greg nos interrumpiera, fue muy divertido ver como hacia efecto en tu organismo primero los barbitúricos, luego las anfetaminas. Primero dormías, caías sin posibilidad de hacer nada- no pudo evitar soltar una risa -luego despertabas, tu corazón se aceleraba, maldecías por unos momentos y luego volvíamos a empezar...– Dejo salir un profundo suspiro como si sintiera alguna especie de nostalgia. –¿Sabes por qué Greg nos interrumpió? Sólo puedes repetir el procedimiento unas pocas veces antes de que estalle el corazón, lo que admito, hubiera sido muy interesante de ver, pero aún te necesitaba con vida– caminó unos pasos acercándose a ella –en cambio ahora... ahora tengo preparado algo mucho peor para ti, es una lástima que parece que no resistirás para verlo completo.–

Dicho eso volvió a lanzarle rayos que impactaron en su cuerpo mayormente en sus extremidades. Y cuando iba a lanzarle otra tanda de rayos una bola de energía choco contra la mano de Tamara desviándolos, provocando que por poco impactaran en el rostro de Regina.

Operación AnacondaWhere stories live. Discover now