Entrar, correr, salir

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N.A.: Antes de comenzar, me gusta volver a aclarar para que no queden dudas, que la mayor parte de las historias que leerán en esta cuenta, ya se encuentran publicadas en mi cuenta de fanfiction. Mi intención al republicarla es para compartirlas. Estoy preparando unas historias nuevas que iré publicando a la par en ambas cuentas. De momento les acerco esta historia centrada en el universo de OUAT. Esta historia la escribí antes de que saliera el final de la segunda temporada, por ello puede que algunas cosas les suenen diferentes a como continuaron la serie, por ello me parece justo mencionar que es un claro AU. Espero que la disfruten.

Disclaimer: Once Upon A Time no me pertenece, todos los derechos son propiedad de sus escritores aka "los dos idiotas" aka Adam y Edie

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"¡Vamos!" -gritó la muchacha- "¡por aquí!"

La joven de cabello rubio corría bajando escaleras, atravesando pasillos, perdiéndose cada vez más en ellos. Eso parecía un laberinto y aún así no se soltaba de la mano de su madre, una mujer de cabello corto y oscuro, que corría un poco más atrás arrastrada por ella. '¿Cómo se habían metido en esa situación?¿Solo por encontrarla?' pensaba la mujer que aparentaba tener una edad similar, por no decir igual, que su hija. De pronto una mujer de cabello marrón a la altura de los hombros, apareció junto a un hombre de baja estatura, con barba bigotes y una calvicie que buscaba ocultar con un gorro. Aparecieron por el pasillo que cortaba el que iban atravesando la madre con su hija haciéndoles señas para que se apuraran.

"¡Vamos, es por aquí!" dijo la mujer.

"¡La he encontrado!" añadió el hombre.

"¿Y mi esposo? ¿Dónde está mi esposo?" preguntó desesperada la madre de la chica.

"¡Aquí! Aquí estoy mi amor." Dijo un hombre alto, rubio, de ojos celeste claro. Acababa de llegar por el otro extremo del pasillo. Se acercó a su mujer y le dio un gran beso.

"Agh" Dijo la hija de ambos, "dejen eso para luego, todavía no acabamos aquí"

"También me alegra verte y que estés bien hija" dijo el hombre con una sonrisa.

Todos salieron corriendo en la dirección que habían apuntado el hombre calvo con la mujer. Corrieron atravesando infinita cantidad de pasillos hasta que llegaron a una puerta en particular. Al llegar la madre de la chica dio un grito ahogado de horror por lo que veía: todas las paredes eran blancas, todas las puertas eran blancas, el techo y el suelo era blanco, todo el maldito lugar estaba pintado de blanco; un blanco uniforme liso e insulso, todo menos aquella puerta. Esa puerta, que también había sido blanca, estaba ahora manchada de un color rojizo tirando al bordó, por su textura parecía sangre y no había nada que demostrara lo contrario. Esa puerta en la que detrás estaría lo que buscaban. Tenía que estarlo, no había otra opción. No podrían haber hecho ese peligroso viaje para nada.

Abrieron la puerta, y al hacerlo vieron que la habitación estaba completamente vacía. Lo único que se encontraba en ella era una cama, un colchón tirado por el otro extremo de la habitación, sabanas esparcidas por el suelo y una especie de cortina en una pared sin ventana. La habitación también era toda blanca, no tenía ninguna ventana, después de todo estaban en un 2° subsuelo, pero las paredes estaban manchadas, como si alguien hubiera tratado de salir de ahí por la fuerza golpeando con lo que fuera.

"¡No!" Gritó la muchacha al mismo tiempo que daba un golpe contra la pared cortando el silencio.

"No está..." Dijo la mujer de pelo marrón casi en un suspiro, sin poder dar crédito a lo que veía.

"Lo siento" Dijo el hombre calvo quitándose la gorra que tenía.

"Y ahora... ¿Qué haré?" dijo la chica "¿Cómo le diré que hemos fallado?"

"Tranquila, todo estará bien" quiso tranquilizarla su padre.

"No, no lo está. Le prometí que la llevaría a su casa, sana y salva"

"Busquemos por aquí" Dijo su madre "A lo mejor hay algún indicio de lo que pasó, de a dónde la llevaron."

Todos se pusieron a revisar el lugar. No había mucho que inspeccionar, pero revisaron cuanta cosa había. Las paredes, la cama, el colchón, las sábanas. De pronto el hombre calvo los llamó: "Miren" Dijo al mismo tiempo que descorría la cortina para dejar ver unas marcas conocidas y desgarradoras en la pared. Eran una especie de cuenta: 5 palitos, uno al lado del otro y uno más que los cruzaba como tachándolos. Toda la pared igual. Había estado contando los días que estuvo ahí, y solo ella sabía cuando había comenzado con eso, y cuando se habría cansado de hacerlo.

"¡He encontrado algo!" Dijo de pronto la madre de la chica, interrumpiendo los pensamientos de todos los que se habían quedado viendo fijamente la pared.

La mujer había encontrado como un pergamino un rollo de papel, estaba escrito y seguro que tenía alguna especie de información de lo ocurrido, pero cuando lo abrieron otra vez se desilusionaron. Todo lo que tenía escrito ese rollo no eran más que letras y números sin ningún orden en particular por lo tanto sin sentido. Solo estaban ahí. El primer renglón ponía: "4 qu13n 3ncu3n7r3 3570" ¿qué significaban esos números con esas letras? Era la letra de ella, pero no tenía sentido ¿Acaso habría enloquecido por su encierro?

"¡Tenemos que irnos!" Gritó el padre de la chica "Nos han encontrado"

Comenzaron a salir de la habitación lo más rápido que pudieron. La mujer de pelo marrón que se había quedado paralizada mirando las marcas de la pared no se movía, solo estaba ahí parada como si estuviese hipnotizada.

"Vamos, tenemos que irnos" dijo la muchacha tirando del brazo de la mujer. "Ya la encontraremos"

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Afuera del establecimiento, un hombre esperaba dentro de una camioneta. Era un hombre grande, de pelo un poco largo, con bastón y una amplia sonrisa, aunque no era de sonreír.

"¿Por qué tardarán tanto?" Se preguntó en voz alta para sí mismo.

"Tal vez la encontraron y tienen problemas para sacarlas" Dijo una muchacha joven de pelo marrón mientras salía de su escondite. "Hay que ver también en qué estado se encuentran"

"¡Ay! Casi me matas del susto" dijo el hombre.

"Tranquilo, solo soy yo, no es como si nos hubieran descubierto" lo tranquilizó la muchacha.

"¿No te dije que no vinieras? ¿Qué estás haciendo aquí?"

"No quería perderme toda la acción, además no podía dejar que vinieras solo Rumpel"

"Pero si no estoy solo. Belle esto es demasiado arriesgado para que estés aquí" Dijo Rumpelstiltskin.

"No pasa nada, relájate. Nadie sabe que estamos aquí"

La muchacha no terminó de decir esto que alguien o algo golpeó la puerta trasera de la camioneta. 'Los habían descubierto' solo eso pudo pensar Rumpelstiltskin. '¿qué pasaría ahora? ¿Qué harían con él? ¡¿Qué harían con Belle!?'

"¿Y ahora?" Dijo ella interrumpiendo sus pensamientos.

"Shhh" la acalló él

"¿Qué hacemos?" insistió Belle susurrando.

"Espera a ver si dan la contraseña"

Se quedaron en silencio esperando y no volvieron a golpear. ¿Habría sido solo algo que chocó contra ellos? ¿Habría sido solo un animal? Tal vez solo había sido su imaginación, o solo algo que chocó contra ellos con el viento, o tal vez al no recibir respuesta se marcharon.

Volvieron a tocar. Esta vez golpearon 4 veces pausadas. Era la contraseña. Alguien había vuelto.





Operación AnacondaWhere stories live. Discover now