Amnesia || l.h (Temporada 1)

Capítulo 26

Cuando terminé de hablar por Skype con Elena, bajé las escaleras hasta la cocina, donde estaba mi madre fumando y hablando por teléfono.

Me acerqué a la nevera, en busca de algo que no fuese comida para microondas.

"Oh, sí. Fue estupendo. La semana que viene hemos decidido volver, ya sabes que nos peleamos hace unos días, pero no soy tan estúpida como para perderme la oportunidad por una discusión." Le dijo mi madre a la persona de la llamada. Tardé unos segundos en decidir entre el yogur de piña o el de frutas del bosque. "Obvio. Supongo que este viernes... ¿No venís? ¡No me digas eso! Que pena, no va a ser lo mismo sin vosotros." Cogí el de piña, sin pensármelo más. Agarré una cuchara del cajón, obligando a mi madre a moverse. Me echó una bocanada de humo en la cara, no lo hizo a propósito para molestarme, pero le daba complétamente igual que yo estuviese ahí. "Está bien, chao chao." Me senté en un taburete en el otro lado de la mesa, sin intención de acercarme a ella.

"¿Quién era?" Pregunté.

"La imbécil de Johana." Se rió y volvió a echarme el humo que contenía en la boca. "Se cree que por llevar tacones de marca y tener un chucho valorado en oro ya puede acercarse a mí. Idiota."

"Pensé que os llevábais bien." Ella volvió a reír, mientras mandaba mensajes desde su teléfono.

"Algún día lo entenderás."

"No lo creo." Dije, y me levanté para tirar la cuchara al lavaplatos. Estaba por irme a mi habitación cuando volvió a hablar.

"Danielle, ¿quién era aquel chico del hospital? ¿Tu novio?" Sonreí y negué con la cabeza. "Pues se ve que el chaval está pilladito. La enfermera me contó que no se movió de tu habitación, solo salió para ir al baño y para visitar a otro amigo que también estaba allí." Me aguanté la emoción para más tarde, sabía que Luke había estado allí durante un tiempo, pero no que se había quedado a mi lado durante casi dos días, esperando a que yo me despertase. "Por lo menos dime su nombre, y así ya le puedo tener fichado." Me reí, sabía que iba a tardar menos de dos segundos en olvidarlo, pero aún así opté por decírselo.

"Es Luke. Va a mi clase y me ha ayudado con matemáticas un par de veces." Ella ni me miró, tenía la vista fija en la pantalla de su móvil.

"Luke..." Rió por algo que le habían dicho en algún mensaje. La ignoré y fui directa a mi cuarto.

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Me coloqué una camisa de cuadros a la cintura y salí por la puerta de casa después de coger una mochila con las llaves y mi móvil. Marqué el número de Elena y le dije que no tardaría en llegar.

Habíamos quedado todos en la puerta de una cafetería que quedaba en la misma manzana que la casa de Paula. En cuanto llegué, Elena y yo nos dimos un abrazo y se unió Yulai. Los chicos estaban dentro comprando comida y cuando salieron los fui saludando uno a uno. Cuando terminé, me agarré al brazo de Luke y comenzamos a andar en dirección a la casa de nuestra amiga.

Luke y Calum iban tarareando una canción y Michael trataba de sonreír y de cantar, pero todos sabíamos que era inútil.

Al llegar al jardín que daba a la casa, lo primero que hice fue recordar el momento del accidente. Me dio la sensación de que todos nos quedamos mirando la carretera, por donde seguían pasando coches y donde había una mancha de un color oscuro. Cualquier persona pensaría que era gasolina, o alguna clase de aceite de coches. Nosotros sabíamos qué y de quién era. Apoyé mi cabeza en el hombro de Luke y él me acarició el pelo. Después de unos momentos de silencio, Michael y yo nos acercamos a la puerta y tocamos el timbre.

Nos abrió una señora de unos cincuenta años, con cara de angustia y cansancio. Al verla fui a abrazarla, sin necesidad de decir algo. La madre de Paula me sobó la espalda y soltó un llanto silencioso. Michael se presentó como "el novio", porque ella no le conocía. Pareció no darle importancia ya que también le abrazó.

Pedí permiso para entrar a la habitación de Paula y su madre dijo que si veíamos algo que nos gustase, que nos lo llevásemos.

Todos se quedaron abajo y entramos Michael y yo cogidos de la mano. Cerré la puerta y ambos nos tumbamos en la cama.

Michael empezó a hablar solo, más bien hablaba como si ella estuviese allí. Yo apreté los ojos y me calmé. Mientras él hablaba con las paredes, me acerqué a buscar algo para poder llevármelo.

Salí de la habitación con una camiseta y una pulsera con su nombre.

Nos despedimos de su madre y volvimos a salir al jardín.

"Deberíamos hacer algo para recordarla." Dijo Luke.

"De eso me encargo yo." Calum sacó varios votes de spray de su mochila y los repartió. "¿Veis la caseta de cables de ahí alante?" Señaló a una especie de estructura en la que se guardaban los enchufes de la electricidad pública. Cuando dejaron de pasar coches, atravesamos la carretera y comenzamos a pintar aquellas paredes.

Yo pinté a una chica con el pelo rojo y un flequillo que le tapaba los ojos y solamente dejaba a la vista su sonrisa. Llevaba una camiseta a rayas.

Les pedí opinión a los chicos, todos estaban de acuerdo en que faltaba una frase que le diese significado a la caricatura.

"He estado un tiempo solo y se me han ido ocurriendo bastantes ideas, he dibujado, he leído libros, visto películas, investigado sobre la vida y los problemas que pueden acabar con ella... Y terminé decidiendo que tendría que escribir una canción, sobre como me siento. Aún no está terminada, pero tengo frases clave que me guiarán para seguir componiendo, y realmente creo que esta es la frase principal." Michael se apartó, después de haber estado garabateando algo al lado de mi dibujo mientras hablaba y nos dejó ver lo que había escrito. "Dice: Donde quiera que estés. Es un punto fuerte, tiene bastante significado."

Nos quedamos mirando las palabras en inglés que había graffiteado "Wherever You Are".

"Es increíble. No, tú eres increíble." Dijo Yulai, remarcando el tú. Hicimos un corro para admirar las paredes ahora decoradas con recuerdos.

"Chicos, os quiero, no lo olvidéis nunca. Sois lo mejor que tengo, os quiero." Habló Mike. Calum fue el primero en abrazarle.