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‹ POV HOSEOK ›

Mi primer día trabajando en el Centro de Rehabilitación no fue como creí que sería, fue muy tranquilo a pesar de todo, lo cual me sorprende. Espero que sea así todos los días y no tenga problemas.

Entré por la puerta trasera del instituto mirando mi celular atentamente hasta que oí varios sonidos del gimnasio, sé que no debo preocuparme, sin embargo, esos sonidos eran de un gran fuerte golpe.

Guardé el celular en mi bata y fui al aquel gimnasio lentamente.

Me encontré con la causa de los fuertes sonidos, era el muchacho con quién me encontré en la clínica, Kim, si bien recuerdo.

Lo identifiqué por su diferente y directa mirada que escondían demasiadas cosas. Él estaba practicando un deporte de combate, kick boxing, con un muñeco totalmente casi destrozado por golpes.

—¡Tiempo! —sonó dos campanas y el tipo que parecía ser el profesor lo detuvo.

Kim dejó sus guantines sobre el suelo y secó su sudor con la manga de su remera, al hacerlo su mirada fue puesta en mí y yo intenté desviar a toda costa, no quería pareces un estúpido.

—¿Qué hace usted? —me habló.

—Em, no sabía que practicaban algún deporte de combate aquí... —sonreí— ¿Estás bien?

—Sí no se preocupe... Aquí brindan educación física de todo tipo para distraer a los pacientes, y yo soy uno de ellos.

—Ah, gracias por la información.

—¡Jung! —gritó el tipo que era profesor— ¿Usted es hijo de Jung?

—Sí... Un gusto, señor. —sonreí.

—¡Ohhh! ¿Eres nuevo, chico? —habló uno de los chicos del gimnasio que estaban sentados sin hacer nada— Qué bonito... —este chico se acercó a mí.

—Basta, Hing. —Kim lo tomó de la remera y lo arrastró hasta que se aleje.

—¿Por qué lo haces, Kim? Me estaba saludando... —sonreí al paciente sospechoso pero inocente.

—Por favor, no se diriga a mí con mi apellido. —habló serio— Tengo nombre y es Taehyung, ¿oyó?

—De acuerdo... No hay problema. —sonreí— Te dejaré hacer lo que estabas haciendo, suerte.

Giré para caminar hacia la salida, pero su mano me detuvo sosteniéndome del brazo.

—Cuidado con los pacientes de aquí, a pesar de que ellos sonrían, quieren algo de ti.

...

Salí del centro, ya que había terminado la jornada de trabajo. Fui hacia mi motocicleta que estaba situada al lado de la vereda, pero no sin antes ver a dos chicos sentados sobre la vereda, hablando a voz alta, entre ellos, estaba aquella chica que me había saludado en el gimnasio.

Los ignoré para así no mantener conversación y así llegar tarde en mi casa, no es por ser malo, pero tenía demasiado sueño y deseo llegar lo más pronto posible a mi casa.

—¡Enfermero! —gritó uno de los chicos de dudosa reputación.

Oh, no.

Bioquímico, mejor dicho.

Harto.

Intenté parecer lo más amable posible y los saludé adecuadamente.

Todos ellos se pusieron de pie y se acercaron a mí, para saludarme de nuevo, cosa que no entendí.

—¿Usted ya se irá a su casa...? —preguntó mientras toqueteaba el casco de seguridad que reposaba sobre la motocicleta— ¿No se quedaría con nosotros? ¡Deberíamos hacerte una bienvenida!

Se acercaron aún más y pude percibir un aroma que no era bueno.

—Gracias, pero debo irme. Tal vez será otro día, chicos. —intentó subirme a mi motocicleta pero ambos me detuvieron.

—No. Hoy será ese día, enfermero. —dijo el otro con voz fuerte.

Lo forcejeé e intenté alejarme de ellos para evitar algún daño que pueden hacer.

—No deberían obligarme, chicos. Estemos bien.

Ambos utilizaron más fuerza para detenerme y desde ahí el ambiente se puso pesado.

—Déjenlo. —oí una voz detrás de ellos— No deben meterse en problemas, mocosos.

Ambos chicos giraron y vi quién estaba hablando.

—Oohh, Kim, ¿acaso tú quieres algo también? —sonrió e intentó empujarlo, este lo evitó tomándole del cuello.

—Si quieres que tu cuello siga sin romperse en dos, te recomiendo que dejes en paz a las personas que desean ir a descansar, ¿entendido, mocoso? —habló Kim y lo soltó.

Ambos chicos bufaron mientras se retiraban lentamente.

—No era necesario, Taehyung... —hablé.

—Sí, lo es. —respondió serio— No confíes en ellos. —dirigió su mirada hacia mí— Por suerte estaba aquí.

—Sí... Gracias, igual. —sonreí. Subí a la motocicleta y me puse el casco de seguridad— Nos vemos mañana, Taehyung. Buenas noches.

—De nada... ¿Te digo Hoseok?

—Claro que sí.

—De acuerdo, Hoseok. —saludó con su mano— Cuídate. 

smile ¡! th + vhWhere stories live. Discover now