one

440 72 6
                                    

Hoy es un día muy especial para el director del Centro de Rehabilitación de Seúl; por primera vez traerá a su hijo menor, Jung Hoseok, quién ya había terminado su carrera de bioquímica y fue obligado a trabajar en aquel centro como ayudante.

—Papá... —dijo el muchacho de cabellos rojos mientras hacía un mohín, mirando al nombrado— ¡No estudié bioquímica para ser un ayudante en un Centro de Rehabilitación!

Hoseok, quién discutía a su mayor, lo decía por décima vez enojado. Se sentía bastante idiota por estar aún con su padre, en estos momentos tendría que estar muy lejos de su familia, pero todo siempre tiene un pero.

—Te encariñarás con la institución, no te preocupes. —sonrió para su hijo— Pero si quieres trabajar de otra cosa, no te lo impido, yo lo único que te pediré es que me des una mano con esto, ¿sí...?

—No tengo por qué obedecerte si soy mayor de edad.

—Cumple el sueño de este viejo, por favor. ¡Ven! —agarró el brazo del menor y lo acercó para que apreciara la gran construcción— Mira, Hoseok.

El Centro de Rehabilitación se situaba al lado de un bonito parque, el aspecto del primero no era siniestra como las típicas instituciones de rehabilitación. Estaba en muy buen estado, había flores, plantas y árboles rodeándo esta, dándole un toque muy bonito y natural.

Ambos se adentraron al establecimiento y obsevó que todo estaba muy bien decorado, hasta por dentro era bonito, desde ahí reconoció que los dueños del centro deseaban a toda costa la felicidad de los pacientes.

—¿Estoy en la casa de Floricienta o...? —murmuró Hoseok.

—Te escuché, mocoso.—le dio un tirón de oreja a su hijo— La decoración es para hacerlo menos tedioso.

—Disculpa...

—¡Jung! —se oyó una voz llamando al director, después un doctor se hizo ver y se acercó al nombrado— ¿Cómo está, señor? —dijo sonriente— ¿Este es del quién usted me había hablado? —se refirió a Hoseok— Disculpa. Buenas tardes. —hizo una referencia y el otro hizo lo mismo.

—Sí, sí... —contestó el mayor— Es mi hijo, Hope. —sonrió.

—Soy Hoseok, un gusto. —se presentó.

—Bueno, él será tu guía de otra en adelante, adiós. —sin más, su padre se retiró para hacer las cosas que tenía pendientes.

—Ven, te mostraré todo el lugar. —dijo amablemente aquel doctor y comenzaron a caminar por todo el pasillo.

—Es muy bonito todo... —murmuró— ¿Usted trabaja hace mucho, señor? —se dirigió formal.

—Sí, desde tiempo ya... No me diga señor, me hace sentir viejo y sólo tengo treinta y ocho. Llámame Dr Wensy, o Wensy solamente. Y sin tantas formalidades, no soy el típico doctor que desee mucho respeto que digamos.

Hoseok pensó en lo bien que le cayó en instantes, comparados los demás doctores que son sumamente estrictos a los tratos que recibe y supuestamente dicen merecer, en cambio este doctor era sencillo, amable, humilde y sin muchas complicaciones.

Más tarde, el doctor ya le había presentado a la mayoría de los pacientes del dicho centro, lo hizo recorrer todo el instituto conociendo sus salidas y entradas. Y por último, le había quedado para mostrarle el mini consultorio que estaba dentro del Centro, dónde ahí el doctor y él debía estar todos los días, cumpliendo con miles de cosas.

Él entró al dicho sitio, no sin antes de leer en cartel pegado a la puerta que decía ''Solo personal autorizado'', se sentía muy especial al entrar cuando había esos tipos de carteles, se sentía un nenito.

—Aquí es dónde estarás atendiendo a los...—habló el doctor, pero la vista que tenía frente a sus ojos evitó que continuara con lo que había iniciado.

Sobre el escritorio estaba un paciente jugando con su bolígrafo favorito.

Al menor le llamó la atención al ver un chico sentado sobre el escritorio, jugando con tal objeto, con una mirada muy indiferente. Lo miró directamente y aquel muchacho hizo contacto visual con él.

—Ha tardado mucho, doctor. —habló el muchacho.

—Dios mío... —se acercó al chico y retiró el bolígrafo de sus manos para guardarlo en su bata blanca— Baja del escritorio... ¿Cuántas veces te he dicho que no entres aquí sin mi autorización, Kim?

—Uuuh, que mal humor, Dr. Wensy. Solo venía a avisarle algo... —se dejó caer del escritorio para ponerse de pie— Pero creo que no importa. —puso sus manos dentro sus bolsillos— ¿Quién es el enfermerito que lo acompaña, Dr.?

—Soy Jung Hoseok —se presentó al muchacho—, un gusto.

El contrario quedó mirando a Hoseok, ya que era nuevo, lo analizó, más bien miró su hermosa sonrisa detalladamente en silencio.

—Un gusto, Jung... —dio una leve reverencia— Me llamo Kim... Taehyung, no creo que haga falta que me presenta, escucharás mi nombre muchas veces...

—Taehyung deja al nuevo. Ve a hacer tus cosas, que tienes muchas cosas por hacer...

—Sí, claro, doctor... Me iré, pero voy a volver por lo que venía, ¿oyó? —se retiró de allí sin más que decir.

En silencio, Hoseok ordenó un poco sus cosas a un lado para iniciar con el trabajo.

—La bata que usarás está en aquel mueble. —avisó el mayor— Cualquier cosa que necesites, dímelo, Hoseok.

—Sí, no se preocupe, doctor. —asintió— ¿Ese chico es un paciente de usted...? —preguntó curioso— Disculpe por mi curiosidad.

—No es nada... Sí, Taehyung es unos de los tantos pacientes, pero es muy especial... —sonrió— Ya te darás cuenta por qué lo digo.

—¿Acaso todos lo conocen?

—Sí, él es muy buena onda socializando, pero a veces se le va la mano. —respondió— Ya lo conocerás mejor, no te preocupes. —se acomodó su bata— Es hora de ponerse a trabajar.

—Por supuesto. —asintió. 

smile ¡! th + vhМесто, где живут истории. Откройте их для себя