»Yo soy gato de casa« Especial Fiestas -Parte dos- (AU)

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-Jasper...- Susurró delicadamente - ¿Cuando parará?- Sin hacer mucho ruido, se agachó junto a la cama y apartó el pelo de su cara, dándose cuenta de lo hermoso y delicado de aquel pequeño rostro.

-No lo sé, pero no durará para siempre. Mañana estarás mejor.

-Menos mal que me encontraste tu... Si no esto podría haber sido peor...- Jasper solo pudo sonreír, y peinar con sus grandes manos el pelo azulado de aquella pequeña y hermosa joven.

-Tienes razón...- Susurró.

-Me encantan tus ojos...- No era nada que no le hubieran dicho ya. Ella no estaba muy orgullosa. Ella misma se daba miedo por las mañanas en el espejo, y no solo por su pelo despeinado y su cara de vaca atropellada.

-Duermete.- Le contestó con una sonrisa, esperando con esto poder hacer que todo terminara por hoy. Pero no fue así, y ella la agarró mas fuerte.

-Quedate conmigo... Tengo miedo...- Y haciéndose un hueco en la cama se acostó a su lado, ambas mirándose cara a cara, Lapis con los ojos a medio cerrar, observándola, temiendo aquello que la droga le hacía a sus pensamientos, temiendo no poder contener su cuerpo, y Jasper frente a ella, tensa, sin saber muy bien que hacer. Entonces Lapis posó una mano sobre la mejilla de Jasper. Empezaba a ceder a sus deseos, deseos que la droga poco a poco iría liberando. Y con el tiempo, conforme los minutos pasaron ella acercó su rostro al de Jasper, quien atónita aceptó su beso, y luego otro y otro, volviéndose mas intenso para ambas por momentos. La mente de Jasper se nublaba, cada vez mas y mas con los castos besos que la otra le proporcionaba. Pero al notar una lengua sobre sus labios, sintió que algo se encendía en su cabeza, y se levantó de golpe, rompiendo el beso.

-No puedo hacer esto. Siento como si me aprovechara de ti.- Dificultosamente, la otra se levantó, buscando el enorme y caliente cuerpo. Jasper evitaba su mirada, y ella no quería eso.

-Jasper, lo que mi cuerpo me pide. Por favor, independientemente de la droga, que quiero probarte, sentir el sabor de tus labios, de tu cuerpo y mirar tus ojos por largo tiempo. Sé que me atraes. Así que...- Y sentándose sobre sus piernas, con la cara caliente y los nervios a flor de piel, sentenció- ...No me rechaces por favor...- Y la volvió a besar, mirándola directamente a sus hermosos ojos después y chupando con su lengua el labio inferior, buscando la húmeda calidez de la boca contraria, la cual tras largos besos, profundizados por la mano de la joven en la cabellera plateada de su pareja le fue concedida. El instinto y necesidad de Jasper hicieron que, sin saber en que momento esta aceptara la petición de la joven. Sus instintos mas profundos querían apoderarse de la situación, pero su sentido común le pidió ser cuidadosa con ella. Y por duro que fuera, el sentido común venció la batalla. Cuidadosamente la acostó en la cama de nuevo, y se puso sobre ella, y con sumo cuidado fue quitándole el pijama con el que tan adorable se veía. Levantando las manos, Lapis se dejó quitar la parte de arriba, y dejándose besar una vez mas, hizo que Jasper también se quitara su chaqueta y su camiseta. El momento estaba siendo aterradoramente intimo para Lapislazuli, quien apenas una o dos veces en su vida había tenido una experiencia similar que nunca había llegado hasta el final. Era deliciosamente virgen, claro que eso Jasper todavía no lo sabía. Esa imagen de ella, tan pequeña y a su merced hizo enloquecer a la dominante, que empezó a besar su cuello, y despojándola de cuanta ropa le estorbaba, hizo un camino de besos, acariciando sus costados suavemente, con deseo y llegando por fin a aquellos pequeños pechos que tanto la enloquecían. Y sin poder parar la oleada de calor que recorría su cuerpo se acercó al seno derecho, sin poder evitar besarlo, y segundos después acercó sus labios a aquel pequeño y erecto pezón, que parecía llamarle por momentos. Mientras Lapislazuli veía como su compañera tomaba el control, no podía evitar excitarse cada vez mas, con cada beso y caricia de esas grandes manos. A cada paso que Jasper daba ella sentía como el momento se acercaba, a cada prenda perdida y a cada húmedo beso en su piel. Y en el momento en que Jasper empezó a jugar con su pezón derecho, a cada caricia que recibía su seno izquierdo, empezó a sentir como su sexo se humedecía cada vez mas y mas. Con su mano acariciaba el hermoso pelo, el cual liberó de sus ataduras, dejando una cascada plateada caer sobre el hermoso rostro de su acompañante. Los besos bajaron, las manos se infiltraron en sus aterciopelados pantalones, y quisieron bajarlos. Una oleada de vergüenza y deseo atacó el corazón y mente de Lapis, que deseaba mas que nunca, a pesar de la pequeña traza de temor, que Jasper siguiera, y siguiera y no parara nunca. Ella deseaba esto, deseaba a Jasper, y mientras sus besos se entretenían sobre su abdomen, levantó las caderas para dejar que esos pantalones fueran olvidados en algún lugar de la habitación que en ese momento a nadie importaba. Después se sentó en la cama e hizo que Jasper la mirara a los ojos. La besó profundamente y poniéndose de rodillas frente a ella le quitó cuanto quedaba de su ropa quedando ambas solo con los restos de una ropa interior que poco tardarían en tirar lejos. Olvidada la vergüenza, la pequeña Lapis comenzó también a acariciarla como ella lo hacía, a besar su cuello y morderlo a recorrer suavemente su espalda una y otra vez con manos temblorosas mientras dejaba que su compañera amara su cuerpo como nunca nadie lo había hecho. Súbitamente, Jasper paró, y de nuevo miró a su compañera a los ojos, quien lejos de apartarse, o sentirse juzgada, no hizo sino sentir la atracción crecer en su pecho. Sintió como la otra acariciaba su trasero, sin ser sucio ni excesivo, solo con cierto cariño y suavidad, y como tras acariciar el sexo húmedo entre sus piernas quiso quitarle aquella única prenda que las separaba del éxtasis, accediendo y quitándosela ella misma y quitándosela a Jasper. La extraña sensación de vergüenza, de estar totalmente expuesta ante otra persona se hizo presente, quedando inmediatamente en el olvido por decisión propia de la joven. Decidió entonces, a causa de la necesidad tomar el control de la situación y ante la cercanía e increíble intimidad que la situación había tomado, no pudo hacer otra cosa mas que susurrarle delicada y provocadoramente al oído.

-Jasper...acuéstate...- Lamiendo y mordiendo mas tarde su oreja. Un escalofrío de necesidad recorrió a Jasper, que tras cruzar nuevamente miradas con su perdición, decidió obedecer. Acostada boca arriba espero que algo sucediera, y tras ver como se subía sobre ella, poniendo su trasero peligrosamente cerca de su rostro, sintió como comenzaba a besar sus muslos, y como se iba acercando cada vez mas a su sexo, ya húmedo a cada paso que tomaba la situación. Su respiración, ya acelerada dejaba escapar débiles gemidos de necesidad. Mientras observaba el sexo de Lapis, también húmedo cerca de su rostro no pudo evitar hacer nada mas que tocarlo, lo que provocó un dulce escalofrío en la joven, que jugando con los deseos de Jasper decidió, al momento de llegar a su sexo pasar de largo y comenzar a besar su ombligo. Jasper respondió acercando las caderas de Lapis a su rostro, y arrastrando suavemente la lengua sobre el fruto de su locura con gran maestría, provocó un sorprendido gemido que excitó en gran manera a Jasper, quien cada vez mas animada por estos la estimulaba con cada vez mas ganas.

Inconscientemente comenzó a mover sus caderas. Lapislazuli, sorprendida por el súbito sentimiento de placer no sabía bien que hacer, pero sabía que quería que Jasper se sintiera tan bien como lo estaba haciendo ella, y que la causa fuera ella misma. Así que con la inexperiencia de un principiante comenzó a imitar cuanto sentía que la otra hacía sobre su cuerpo. Los gemidos escapaban de su boca sin poder ser reprimidos, el sudor y el denso ambiente que se había expandido en la sala las hacía perderse en sus actos, y cuando ambas pensaban que el momento no podía ser mejor sintieron como separadas por prácticamente segundos el éxtasis se apoderaba de ellas, como el orgasmo recorría cada fibra de su ser haciéndolas temblar, bailando al mismo son dejando que sus mentes se perdieran en el placer. Lapis, al recobrar el sentido de si misma, jadeando, se recostó junto a Jasper, que la abrazó, y sostuvieron sus miradas mientras la joven acariciaba la mejilla y el hermoso pelo de la mujer que gracias a dios había conocido aquella noche. Tal vez la estrella mas hermosa sobre el firmamento.

-¿Te encuentras mejor?- Le susurró Jasper suavemente, no queriendo romper la calma del momento, dándose cuenta también de que la otra, ya cansada empezada a dejar caer sus párpados. Lapislazuli solo sonrió y asintió. Jasper tapó suavemente su delgado y delicado cuerpo, tan bien formado, y después se refugió ella también bajo las mantas, donde fue recibida con un inesperado abrazo, queriendo Lapislazuli estar tan cerca de ella como fuera posible. Jasper se sintió tan querida en ese momento que no pudo hacer nada mas que acercarla mas a su cuerpo, abrazarla fuerte y sonreír mientras una pequeña y suave lágrima se deslizaba sobre sus mejillas, esperando que ese momento durara para siempre, y que aquella dulce niña no se separara de ella jamás. Mas tarde dejó que los párpados, pesados como yunques, la obligaran a dejar aquel mundo, y comenzar, o tal vez dejar, de soñar que todo aquello que siempre quiso por fin, era sostenido entre sus manos.

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Especial de Fiestas Navideñas recién sacado del horno para mis lectores!!!! Es la primera vez que escribo un lemmon yuri, así que ahora de verdad, si algo se puede mejorar, para próximas experiencias, decidmelo weeeeeee

P.D: Feliz año nuevo a TODOOOOOOOOS!!!!🎇🎉🎊🎆🎊🎇🎉

Y si, por si alguien se lo pregunta aún, es una historia totalmente independiente de la principal, y en esta versión ambas son humanas :3

Lo que escondo tras la máscara (JasperxLapis)Where stories live. Discover now