Solo olvídalo, no quiero hablar sobre eso...

115 10 3
                                    

-¿Te lo ha contado? ¿Lo que pasó en el Kindergarten?
-Si. Me lo ha contado todo. Lo hiciste muy bien con lo de tus poderes. Cada día mejoras más. Estoy muy orgullosa- Digo sonriendo- Pensaba que estabas dormida.- Sabía porque había sacado el tema, prefería evitarlo.
-Estaba pensando.
-Yo también. Tengo muchas cosas que arreglar. Steven me ha pedido que perdone a Jasper- El viento se colaba entre los listones de madera, meciendo la hamaca- Estoy algo confundida. Pensaba en cual sería mi siguiente paso.
-... ¿Te quedarás siempre conmigo?
-Sip... Peri, aparta un poco, me voy a dar un paseo- Me levanto con cuidado pero ella pierde el equilibrio y se cae de cara al suelo. Yo no puedo evitar reírme.
-¡Lapis!
-Tu te resiste de mi todas las veces que me caí. Yo también tengo derecho- Empieza a farfullar y se vuelve a subir a la hamaca con mucho esfuerzo.
-No tardes mucho.
-Y tu procura no volver a caerte. No querrás acabar como yo, ¿verdad?
-jaaaaaa! Que graciosa!

Vuelve a farfullar y yo me doy media vuelta saliendo por las enormes puertas del granero mientras ella se acuesta de espaldas a mi.
Me paro y observo el maravilloso y enorme cielo nocturno que cubría mi cabeza, así como la de todos los mortales que habitaban este pedazo de tierra. Un cielo que prometía mundos nuevos y cientos de maravillas, que parecían inalcanzables.
Estiro la mano hacia el cielo, hacia la estrella más brillante y la cierro, para luego mirar mi puño cerrado y luego abrir la mano, y verla tan vacía como lo estaba mientras creía poder atraparla segundos antes.

Una ráfaga de viento me golpea, haciendo que los pliegues de mi falda bailen entre mis piernas.
Miro al frente y empiezo a caminar. Llego al faro y lo rodeo pera sentarme con los pies colgando observando el mar, tan bello y extenso. Todo mio, a mi merced.
Así repito estas acciones día tras día, mirando al cielo, también al mar y al horizonte, siempre dándole vueltas a todo lo que me rodeaba, hasta que uno de esos días me levanto, extiendo las alas y empiezo a sobrevolar la gran extensión de agua. Las estrellas se reflejaban como joyas sobre el mar, que ahora estaba tan calmado como el sueño de un ángel. Entonces llego a una base llena de portales, donde le conté a Steven mi historia, y me siento, y observo el cielo, mirando la luna, cuya luz besaba dulcemente mi rostro. La situación era superior a mi, la presión era cada vez mas grande.
Y las lágrimas empiezan a brotar, poco a poco, como un susurro, para luego aumentar convirtiéndose en un gran caudal.
-¡¡Eso debería preguntártelo yo!! ¿¡Que es lo que me has hecho?! Apareces en mis sueños, me atormentas y me confundes, a veces te odio y otras te añoro, ¡¿y ahora tengo que perdonarte?! ¡Dímelo tu! ¡Dime! ¡¿Que hago ahora?!- Ya no hay vuelta atrás, las lágrimas corren y a pesar de secarlas continuamente con el dorso de la mano ya no puedo detener la corriente de sentimientos que había liberado. Los sollozos y gemidos dan paso a un gran grito desgarrado de dolor del que solo los astros son testigo. Luego oculto mi rostro entre mis brazos para dejarme llevar por el momento. Hacía tiempo que necesitaba esto y me quedaría allí hasta que todo esto hubiera pasado. Todo era tan cruel e intenso en ese momento. Nadie se daba cuenta de cuanto tiempo había reprimido esto que sentía. Que frustrante...
La angustia oprime mi pecho mientras suaves sollozos escapan entre mis labios, que tiemblan, así como todo mi cuerpo. Mi rostro está bañado en lágrimas que se derraman ahora sobre mi vestido haciendo que se oscurezca. Mis mejillas parecen joyas con el brillo de la luna. También lo parecen mis ojos, que aunque ahora un poco rojos, todavía guardan su profundidad característica, azules como el mar más profundo, con algunos tonos verdes que contrastan con mi personalidad.
Mis párpados empiezan a pesar. Me siento cansada. Mi respiración se hace profunda y pesada y me empiezo a adormecer. Apoyo la espalda sobre uno de los pilares y cierro los ojos, todavía con pequeños suspiros cubriendo mis labios que se apagan poco a poco mientras morfeo me acuna, para acabar durmiéndome como si algún tipo de anestesia corriera por mis venas, haciéndome olvidar mis penas al menos por unos instantes.

Lo que escondo tras la máscara (JasperxLapis)Where stories live. Discover now