Ambiente

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Me escabullo en la noche. Todo está oscuro, no estoy seguro de si lo que voy a hacer está bien, pero creo que merece la pena. El camino era largo pero los portales eran un modo bastante rápido y eficiente. Cuando llego solo se oye el murmullo del agua corriendo, golpeando la superficie en su caída. Estaba en el bolsillo. Rebusco y lo saco, con cuidado y lo sumerjo en la gran fuente, pero no pasa nada. Tardaría un tiempo en ver si tenía efecto pero aún y todo me siento mal. Lo sujeto bajo mis ojos y lo observo. Un nudo de tristeza se forma en mi pecho, y con una pequeña mueca de dolor un par de lágrimas se derraman sobre él. Era mi última carta, si no funcionaba, ya nada lo haría.
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Cuando desperté aquella mañana mecida por el ligero viento del campo todo parecía estar igual. Salí del granero para observar. Observar la hierba, las amapolas, las hojas de los arboles tocando una melodía relajante en sincronía con el viento. Hoy iba a ser un día perfecto, no hay nada que pueda arruinarlo. Se oye un gruñido, debe de ser Peridot, siempre gruñe cuando se despierta. No es por ofender, pero parece un puerco. Desde la primera vez que oí a un cerdo hacer ese ruido suyo no puedo evitar relacionarlos, aunque parezca cruel.

Me apoyo en la puerta y le doy los buenos días.
-mñaaaaaa... cierra la puerta... entra el sol, quiero dormir mas...
-No hay tiempo para dormir, es un día genial, ¡levántate!-Se tapa la cabeza con las mantas, y yo me acerco y se las quito de encima.
Aaaaaaaa! ¡aaaaa!-Empieza a gemir molesta y a retorcerse.
-Venga ya, no eres uno de esos vampiros que se mueren con el sol. Por mucho que lo intentes. Levantaaa- Entonces deja caer sus brazos y piernas sobre el suelo y murmura medio dormida:
-Ahora voy...
Salgo del granero y me siento apoyando mi espalda contra la gran pared de madera. Se oyen los pasos adormilados de Peri y me asomo por la puerta, en el momento justo en el que se tropieza y cae de cara al piso de abajo. No puedo evitar reírme un poco, siempre le pasan esas cosas raras, parece que va con su personalidad.
-¿Y que quieres que hagamos ahora?- Todavía se tallaba los ojos mientras pronunciaba estas palabras.
-¿Que quieres hacer?
-Campamento, amor y pinos.
-Ok, tu ganas.

Pasamos unas horas viendo Campamento, amor y pinos y después de un tiempo me aburro.

-Peri, ¿quieres que te lleve a algún sitio?
-mñaaah...yo estoy bien aquí. ¿A donde quieres ir?- Se remueve en mis brazos acomodándose.
-Es sorpresa.
-Pero, ¿Porque tenemos que movernos ahora? Yo estoy muy bien.- Mientras dice esto yo ya me estoy levantando. Está claro que en un día tan bonito como este no me voy a quedar mucho tiempo sentada.
-Vamos.- Le digo mientras me levanto del suelo decidida. La cojo del brazo y la saco del granero arrastrando, y cuando ya estamos fuera despliego mis alas y me la llevo volando hacía cualquier lado. Me voy a pasar la mañana sobrevloando los lugares que mas me gustan con ella agarrada fuertemente a mis brazos, y por mucho que grite no voy a parar.

-¡¡¡Lapis, sueltame!!!- Su cara en esos momentos era tan rara... pero no supera la cara que ha puesto cuando le he dicho:
-¿Estas segura?- Entonces mira hacia abajo y pone cara de estar oliendo queso podrido. No puedo evitar reírme- Como quieras.- La suelto un mometo y mientras cae yo empiezo a volra en picado junto a ella para volver a cogerla. Y entrar juntas en el agua. Yo salgo a flote, mas tarde Peridot, golpeado el agua intentando mantenerse a flote. Para cuando lo consigue yo ya estoy nadando boca arriba en el agua y ella se agarra a mi.
-Sácame de aqui Lapis.
-¿Y a dónde quieres ir?
-A un sitio donde haga sol. Alguna playa cercana o así, cualquier sitio con tierra en el que no me puedan devorar.
La vuelvo a coger y volamos hasta la isla mas cercana. Nos sentamos junto a la orilla y Peri se tira encima de ella.
-Como vuelvas a hacer eso juro que te mato.
El ambiente se ha vuelto un poco extraño. No es por Peridot, no es culpa por lo que le he hecho. Mas bien es como si todo el aire se volviera pesado a mi alrededor, incluyendo que una culpa extraña ha anidado en mi pecho. Repito, no es por Peri, de hecho cuando pienso en ello todavía me entra la risa. No tiene sentido. Pasado un rato decidimos deambular por la pequeña selva que poblaba la isla y vemos flores preciosas y frutos gigantes. Había incluso melones, y probamos algunos. Hacía mucho calor y después de un rato decidimos volver a casa. Mientras volamos no puedo parar de pensar en que será la culpa que llevo sintiendo desde que  aterrizamos en la isla. Mejor lo ignoraré. Vamos a dejarlo de lado.

Lo que escondo tras la máscara (JasperxLapis)Where stories live. Discover now