#16 Asi qué soy tuyo.

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Benjamín

Hoy me despierto más temprano de lo normal. Me coloco mi ropa deportiva para correr y salgo de casa para comenzar mi rutina mañanera. Durante el recorrido que hago me pongo a pensar en lo de ayer, fue tan fácil contarle a ella lo de mi hermana. Ha sido bueno hacerlo, de hecho su propuesta me gustó porque no soportaba más llevarnos tan mal.

Llego a la plaza y doy la vuelta para volver a casa, al llegar estiro un poco y voy derecho donde tengo mi gimnasio, no es grande, tiene máquinas, pesas y sacos de boxeo, bueno en realidad creo que sí es grande. Entro al cuarto de ejercicio y tomo dos pesas, empiezo a hacer mis series y luego paso a abdominales y termino con el saco de boxeo que es donde descargo todo mi enojo. Creo que tengo bastante como para golpear. Termino un poco cansado,  exageré un poco hoy.

Después de mi rutina voy a la cocina para tomar mi batido nutritivo. Me encuentro con Rosa bailando, su buen humor me contagia y sonrío grande. Ella se da vuelta y me mira sonriendo, coloca mí vaso con el batido ya listo. Rosa me conoce tan bien.

—¿Aún no despierta Julieta? —ella niega con su cabeza. Sonrío con  malicia, Rosa me mira con cara de preocupación.

—¿En qué está pensando? —me levanto y lleno un vaso con agua fría. —Hará que despierte de malhumo. — me encojo de hombros y voy hasta la habitación de mi prometida.

Toco la puerta y nadie me responde, abro y me encuentro con que aún está durmiendo. Me acerco a su cama y dejo caer el agua fría del vaso sobré su cara, ella reacciona y se sienta bruscamente, abre sus ojos fulminandome con su mirada.

—Tú y tu maldita costumbre de despertarme de mala manera. —rio a carcajadas, ella se levanta y siento agua en mi cara.

La observo y está sonriendo triunfante. Mi vaso aún lo tengo yo, veo su mano y tiene otro vaso con agua, finjo seriedad y ella aun ríe.

—Un día te arrepentirás de esto, ya veras. —rio, ella se cruza de brazos y levanta una ceja.

—Tenemos que ir a comprar tu ropa —ella frunce su entrecejo. —Hoy tenemos un cumpleaños.

—Oh ahora recuerdo —toma su celular y escribe algo. —. Ya le dije a mis compañeros que hoy no iré a la universidad para poder ir a comprar la ropa, no es necesario ir hasta la universidad para avisar. —asiento y doy la vuelta para irme.

—Apúrate que ya tienes listo el desayuno... Ah y lavate la cara —me devuelvo y derramo lo último que queda de agua de mi vaso. —¡Oh mira! ya lo hice por ti. —salgo corriendo y escucho que grita mi nombre.

Llego a mí habitación y me desvisto rápido para bañanarme. Escojo ponerme un jean negro, una camiseta negra y una camisa a cuadros azul con negro, mis zapatillas negras y mi chaqueta de cuero. Salgo directo a la sala y voy a la cocina. Me encuentro con Julieta sentada bebiendo algo de su taza. Me acerco y golpeo despacio su espalda, observo que trata de calmarse respirando profundamente. Sonrío porque me gusta hacerla enojar, se ve linda cuando lo hace.

—¿A qué hora iremos a comprar? — habla ya más calmada.

—Tiene que ser antes de las tres a esa hora está programado el vuelo.

—¿Vuelo? —frunce su entrecejo. —¿En dónde es el cumpleaños?

—En Brasil. —ella asiente y luego fija su mirada en mi.

—Entonces vamos a eso de las diez y luego hacemos algo los dos ¿quieres o tienes algo que hacer?

—No, no tengo nada que hacer.

—Que bueno. —sonríe y bebe de su taza.

Terminamos de desayunar y nos subimos al auto para ir a comprar. El camino es divertido, sobretodo cuando cuento mis chistes pero ella se ríe y dice que son malos. Llegamos a la tienda y nos recibe una morena bonita pero no logra llamar mi atención.

El acuerdo ©                               |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora