Después de ti

Capítulo XXVI

—Nadia, Dios, estas bellísima. —Es Logan Vernacci, es hermano de mi jefe se ha sentado a mi lado.

—Muchas gracias, señor Vernacci. — ¿Otra cosa más? ¡Trágame tierra! Estoy benditamente segura que alguien pensara que quiero quedarme con algún hombre de esta familia. Primero Jeremías, luego Logan. Lo más absurdo de todo esto es que el que realmente quiero a mi lado, lo está, pero luce erguido, arrogante y sin una pizca de querer voltear a verme.

—No, nada de "señor" dime Logan. —Asentí e iba a responderle pero una pantalla inmensa se enciende frente a nosotros.

En esta, se muestra un video sobre todo lo que ha logrado la fundación a lo largo de los años desde que esta se creó. Después de eso, se presenta un homenaje a Daniela Parker, la chica que fue amiga de la señora Alana, que falleció trágicamente en un accidente con su abuela y... con la que Lucas iba a casarse. Se muestran fotos de ella cuando era niña, en la segundaria, con la señora Alana en la universidad y con Lucas. Volví la mirada hacia Lucas cuando se mostro la ultima foto y lo pude ver bastante afectado. Volví a recordar sus palabras "Ni tu ni nadie podrá reemplazarla a ella" hoy lo confirmo, Lucas jamás la podrá apartar a ella de su vida, no dejara entrar a nadie más.

—El discurso de este año en honor a nuestra querida y recordada amiga, Daniela Parker, lo ofrecerá el hombre que la llego a conocer más que cada uno de nosotros, el que para ese momento era su novio; Lucas Ferreyra. —Esas palabras me sacan de mi ensimismamiento. Lucas se levanta y yo bajo la vista a el plato frente a mí. No quería verlo tan lastimado.

Cuando llega al escenario saluda a todos y les da la bienvenida, bajo la vista al papel en sus manos y empezó a leerlo unos segundos más tarde.

—Perderla a ella fue perderme a mí mismo... hundirme en un mundo de miseria del que sentí, nunca podría salir. — Cerré los ojos tragando fuerte y volví la vista a mis manos —. Pocos lo entenderán, pero Daniela era una chica que era capaz de equilibrar tu vida, una chica única. La fundación lleva su nombre ya que ella, junto a mi hermana cuando apenas eran unas adolecentes soñaron con esto... con ayudar a los niños menos afortunados y darle una vida mejor. Ayudarlos a cumplir sus sueños y tener una vida menos dura. Por su nobleza, belleza, calidez, humildad... hago esto por ella, por esa chica que siempre será... El amor de mi vida... — Sentí que algo dentro de mí se quebró, debí usar toda mi fuerza para retener el nudo en mi garganta y las ganas inmensas de echarme a llorar. Estoy más que enamorada de Lucas y todo esto me hace saber que no siente, y nunca sentirá lo mismo por mí.

Cuando volvió a mi lado pude sentir su mirada clavada en mi, aunque luche con todas mis fuerzas por ignorarlo no pude, mi rostro mi volvió hacia el por inercia, no sabía lo que sentía. Odiaba sus constantes cambios de humor, sus cambios conmigo. No entendía un carajo su forma de mirarme ahora mismo, perecía triste, abatido, pero con ganas de querer lanzarse encima de mí. Aparte la vista.

La subasta comenzó y me sorprendió la cantidad de dinero que las personas están dispuestas a dar para ayudar. Al menos lo gastan para algo bueno. Dallan se sentó junto a mí y eso ayudo a que Logan dejara de hablar por un rato. No tengo una pizca de ganas de hablar, mucho menos tratar de conocer a alguien. No me volví más hacia Lucas. Ya estoy verdaderamente harta de él. Seguiría mi vida, jamás he estado así por alguien y ahora que me he dejado caer, tratare de seguir adelante sin él.

Vi a Dallan casi dormido en la silla y le informo a la señora Alana que puedo irme con él a casa. Estoy ansiosa por salir de aquí. Ella habla con Lucas y de un momento a otro este carga a Dallan en sus brazos y camina con él fuera del salón.

—Lucas los acompañara hasta el estacionamiento. Apenas todo termine arreglo algunas cosas y volveremos a casa. Cuídalo mucho, Nadia. —Lo primero no me agrada en nada, pero tampoco podía oponerme, asentí.