Capitulo 17- Cena Fría Y Pérdida De Control

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-Joder. -Dije ahogada, tapándome la mano con la boca. Me dolía hasta el corazón de la bofetada que le había dado. Su cara ya se estaba hinchando con la silueta de mi mano marcada.

Harry puso su mano en la mejilla con la boca abierta de la sorpresa. Era la primera vez que le veía así, tan poco preparado y no por encima de las cosas. No al mando. Quitó la mano lentamente y entrecerró los ojos, recuperando la compostura.

Di un paso atrás, acercándome al ascensor y pulsando los botones frenéticamente como si eso fuese a hacer que se abriera más rápido. Me observó con una mirada de indiferencia. La única cosa que le hacía parecer menos guapo era la marca roja en la mejilla.

-Lo-lo siento. -Dije ahogadamente y pulsando el botón repetidamente. -No quer... tú... joder, ¿por qué esto no va más deprisa?

Sus zapatos repiquetearon contra el suelo cuando se aproximó a mí. Me quedé helada, incapaz de moverme al notar su presencia intimidante a mi espalda. La puerta se abrió de repente después de lo que me parecieron horas y entré rápidamente. Me quedé mirando la pared, pues no me atrevía a girarme para enfrentarme a su rostro.

Esperé a que el ascensor se comenzara a mover y no lo hizo. Me temí lo peor. Miré por encima de mi hombro para encontrar a Harry reclinado sobre las puertas para evitar que se cerrasen.

-Norah. -Me llamó desde detrás. Agité suavemente la cabeza y me limpié las lágrimas. -Norah, ¿por qué lloras?

-¿Q-qué? -Me giré con incredulidad.

-¿Por qué lloras? -Repitió. Me encogí de hombros, impotente y su mirada se endureció. -¿Te he hecho daño?

-No. -Murmuré. -Es sólo... que no me gustan los mentirosos.

-No he mentido.

-Sí. -Insistí. -Has dicho que me necesitabas, algo que ambos sabemos de puta sobra que no es verdad.

-No sabes lo que hay en mi cabeza. -Dijo, frotándose la mejilla y sin mostrar más emoción.

-Tienes razón. -Me reí amargamente, aun con lágrimas sobre mis mejillas. -No lo sé. Esa es la peor parte, joder. Llegados a este punto ni si quiera sé si tienes sentimientos.

Suspiró y entró al ascensor. Ignorando mi intento de alejarme, me agarró por la cintura y me le elevó del suelo. Al principio luché para que me bajara pero acabé dándome por vencida y relajándome en su sólido pecho. Me llevó hasta el salón y se sentó en el sofá, dejándome así sobre su regazo.

Sus manos acariciaban mi espalda, intentando tranquilizarme mientras seguíamos sentados en silencio. El único sonido eran mis patéticos sorbos de mocos y lágrimas llenando la habitación. Tras unos minutos terminé de llorar y Harry elevó mi mentón para que le mirara.

-No me puedo creer que me hayas dado una bofetada.

-Te lo merecías. -Para mi sorpresa, se rio ligeramente y juntó la punta de su nariz con la mía juguetonamente.

-Por eso necesito que seas mía, Norah. Eres sincera conmigo.

-Y tú eres demasiado sincero conmigo. -Arrugó las cejas en señal de frustración cuando intenté bajarme de su regazo.

-Deja de moverte. -Dijo de repente. Agaché la cabeza y se dio cuenta, así que al segundo me estaba acercando a su pecho. -Quiero decir, por favor, para de moverte, Norah.

-¿Qué es lo que quieres exactamente de mí? Sólo dime lo que quieres. -Dije, dejando salir toda mi frustración. Ya estaba medio delirando por sus manos dibujando con caricias en mi espalda y sabía que no podía seguir enfadada si sus brillantes ojos verdes seguían buscando los míos con curiosidad.

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