La sublime pesadilla de un soñador

*Hold me Tight*

Hola hermanitas mías bellas preciosas, cosas bonitas de nuestro patrón TwT.

Ari llego desde lo mas profundo de su sufrimiento escolar y sus probables peligros de caer en el ordinario, roguemos eso no pase :'v

Pero lo importante aquí mis niñas hermanas mías, es que la cosa se nos quedo buena, y lo que viene también lo estará.

¿Qué pasara a continuación?

¿Qué es lo que se viene?

Vamos a leer entonces!!!!!!

(ya saben que va aquí, así que dispensen a esta medio ciega y sus errores ortográficos :3)

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Supo que las cosas no habían salido como él había querido cuando abrió los ojos y lo primero que vio fue la cara del manager sumamente preocupado y enojado.

Se miro las manos, estaban vendadas con mas cuidado y las cortadas se sentían entumecidas.

La boca la tenia seca, y seguramente su aspecto... era un asco.

-Hyung...- Jaehwan susurro hasta donde su voz se lo permitió, sentía que la garganta le quemaba, era por seguro que la culpa la tenía el alcohol.

El mayor no dijo nada, tan solo se levanto del banquito al lado de la cama y le dio la espalda, Ken lo sabía, no había necesidad de que el mayor se lo dijera.

De nuevo había caído muy bajo.

-el doctor te va a mantener en observación hasta que lo crea conveniente- dijo el mayor serio y cruzándose de brazos, Jaeh volteo hacia abajo y asintió en silencio -por cierto... tu psicóloga ya despertó de su coma-

El menor abrió los ojos y apretó las sabanas de su cama ligeramente, recordó de golpe el nombre de su hermano repitiéndolo una y otra y otra vez.

La pobre doctora se había llevado un castigo que sin duda no merecía, que no debía de haber recibido...

¿realmente había sido bueno estar vivo ahora y no haber muerto como se lo había prepuesto?

El adulto se dio la vuelta y salió de la habitación entreabriendo la puerta, el rubio dejo salir un largo suspiro con el sabor de la medicina en la boca, se sentía tan ligero, pero con una pesada conciencia que no lo dejaba en paz.

Pero estaba confundido, no recordaba nada después de haber bebido hasta la inconsciencia en el bar del club, se había cortado las muñecas sin sentir siquiera el dolor de la cuchilla pasar cada fibra de su piel.

Después de ello, todo estaba borroso.

-... si quieres-

El rubio alzo la mirada hacia la puerta entreabierta, las voces fuera de ella se oían quedas y muy silenciosas, susurraban cosas de las cuales solo entendía unas cuantas palabras.

-...por favor-

-de acuerdo, .... Cuídalo-

¿Cuídalo?

¿Por favor?-

¿Quién era el que...?

Y no tardo en mostrar su sorpresa cuando la figura de Taekwoon entro rápidamente y cerrando la puerta tras sí, el menor le vio acerrase hasta el y sin preguntarle nada, lo tomo de los hombros y lo abrazo fuertemente.