Enseñanza

124 13 0
                                    


Sus brazos envolvían la blanca almohada con fuerza tratando de buscar el aroma de su pequeño, pero le fue imposible no sentirse peor, trato de levantarse y corrió hacia la otra habitación en donde ya no había rastro del castaño, bajo y la preocupación se alojo en todo su cuerpo al no verlo en ningún lado.

—Kookie lo siento... Se que actué como un tonto pero no te escondas si?

Mira cada rincón suplicando porque el castaño corriera hacia él igual que en el parque y rodearlo con sus brazos pero el universo le estaba castigando de la peor manera, pues el menor no daba señales de vida.

—Kookie sabes que soy malo jugando a las escondidas... Kook?...

Sus manos sudaban y la impotencia de no tener a Jungkook a su lado se apoderaba de él. Salió de la casa y pudo visualizar la silueta a lo lejos mientras se montaba en un taxi, sus cuerdas vocales no le ayudaban al intentar llamarlo y que estas fallaran al instante. Con todas sus fuerzas corrió hacia el taxi y llamaba al menor pero era en vano, sus pies dolían y el carro se fue alejando hasta hacerse una pequeña mancha y desaparecer.

Se recargo en sus rodillas y su respiración era irregular, sus ojos se cristalizaron al recordar eso a lo que tanto le temía, ese vació que se apoderaba de él hasta sentir que no respiraba y todo volviera años atrás.

No estaba consiente de las personas que pasaban o de los vecinos criticando su aspecto deplorable, en el que sobre salían sus cabellos despeinados o el tono pálido que adquirió su piel acompañado de las notables ojeras que adornaban su rostro. No le importaba nada a excepción del chico castaño que se había ido llevándose consigo una parte importante de él.

Pero ya no más, lo perdió una vez y no dejaría que pasara de nuevo. Corrió hacia el interior de la casa buscando su celular para marcar el número del menor, espero paciente a que contestara escuchando el primer tono... segundo... tercero... y se cortaba, lo intento varias veces pero volvía a caer la contestadora deseaba que todo fuera un sueño y que pronto pudiera despertar, pero al recordar esa vez en que TaeHyung pellizco su brazo y fue suficiente para volverlo a la realidad deseaba con toda su alma que no fuera así.

—Jungkook no me abandones...


Quiero estar en tu presente pero veo imposible el futuro juntos...

Agarra la camisa de un triste color verde oscuro con fuerza entre sus dedos, tratando de controlarse y secar sus lágrimas, pero era inútil porque estas seguían cayendo convirtiéndose en un manojo de nervios y sus ojos cristalizados, quería evitar miradas de lastima pero en esos momentos no es muy importante lo que otros piensen.

Dolía y mucho, más que una golpiza del grupo de Tao, más que los duros insultos de su madre, aún peor... dolía el saber que aunque quieras a una persona debes alejarte para dejarle ser feliz. Nunca pensó en la posibilidad de enamorarse de su mejor amigo, de hecho siempre lo vio como alguien a quien admirar, Jimin es la clara representación de un pequeño de cinco años, inquieto, sonriendo siempre a todos, sin problemas aparentes a simple vista y buen amigo, muy diferente a él.

Después de todo esas historias que suele leer no mentían, pero en algo se equivocaban, y es que no todos son finales felices. Aunque parecía tener un buen punto de vista en la vida, ciertamente no era el adecuado, es triste creer que exista un final feliz en todas las historias cuando en la vida real todo es distinto.

—Lo recuerdo como si hubiera sido ayer... —hablo el hombre, de tez blanca con todo el cabello blanco de unos cincuenta años dedujo, mientras conducía.— Era una chica de gran corazón, amable y soñadora vaya que lo era...

I Need U || JiKookWhere stories live. Discover now