I Need U || JiKook

¿Celos?

•Ji Eun conocida como IU (Foto en multimedia). Disfruten del capitulo ^-^

°•°

Aun les faltaba dos horas para que a Jimin le dieran de alta, la ventana se veía muy interesante para el castaño, quien llevaba un largo rato mirando a todas las personas que pasaban de una lado a otro y desde esa altura se veían muy pequeñitas.

—Kookie...

Se alejo del gran ventanal para mirar al pelinaranja que parecía perdido en sus pensamientos, cosa que lo hizo dudar si en verdad lo llamo o solo era su imaginación.

—¿Como te sientes?— se acerco hasta llegar a su lado y unir sus manos, a lo que Jimin sonrió sonrojado pero luego fue desapareciendo de apoco.

—¿No te iras... verdad?— soltó con preocupación.

—Claro que no— negó repetidas veces con la cabeza y le sonríe.— No te dejare aquí solo, estas last...

—¡No hablo de eso Jungkook!— le respondió cabreado.

—¿¡Entonces de que!?

—¿No... me dejaras solo una vez que las cosas estén bien?— susurro mirando sus manos moviéndose nerviosamente.

No se escucho una respuesta de JungKook  y la tristeza invadió a Jimin, no podía creer que después de todo lo que pasaron, actuar...

Sus ojos casi se salen de sus orbes al sentir los suaves labios de su pequeño presionar contra los suyos y no tardo mucho en que Jimin le permitiera al castaño explorar su boca y fundirse en un dulce beso. En medio del beso sonríe al deducir que Kook prefería demostrar en vez de hablar, sentía miles de sensaciones en ese momentos que podrían explotar en cualquier momento y el detonador era su pequeño Kookie.

—No podría alejarme de la persona que me hizo feliz y le dio un sentido a mi vida— respondió JungKook una vez que se separaron.

—No se que haría sin ti pequeño...

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—Ok iré a firmar unos papeles y regreso, espera un momento.

Jimin asiente con una sonrisa y apresurado se dirige junto al doctor Kim a firmar unos papeles y así poder estar en casa con Jimin y tal vez llegar a ver una película, escribe su firma en la ultima hoja para luego entregar los papeles al doctor, recordando que mañana tiene que ir al instituto.

—¿¡Eres tu JungKook!?— exclama una chica detrás suyo.

—¿Disculp...

No lo dejo terminar cuando esta le hizo un corazón con los brazos y le sonríe con un gran sonrojo. Era la chica de su clase que siempre le regalaba dulces y cartas con motivaciones.

—Oh, Hola Ji Eun— se rasca la nuca un poco incomodo al ver lo cerca que estaba la chica, tiene el pelo oscuro con tonos claros largo y una tez blanca.

—Oppa que bueno encontrarte aquí— dijo emocionada Ji Eun.— Te.. q-quería preguntas s-si... te g-gustaría ven...

—¡Jungkook, aquí estas!— dijo serio Jimin al mirar a Ji Eun, que parecía un tomate.— Debemos irnos.

La tono serio en que hablo asusto a ambos chicos y jalo a JungKook hacia la salida, solo quería llevarlo lejos, muy lejos de esa chica, pensó al mirar esa escena.

—Jimin e-espera... o-oye...

El castaño lo miro molesto y él solo se dispuso a prender el motor. Estaba a punto de arrancar cuando la delgada mano de JungKook sujeto la suya.

—¿Por que hiciste eso?— pregunto confundido.

—¿A que te refieres?

—De lo que ocurrió con Ji Eun, estaba por decirme algo y...

—Yo estoy cansado y me vale...

Una risita se escapo de los labios del castaño, sabia como era Jimin y era muy extraño verlo actuar de tal forma.

—¿De que te ríes, galleta?— hablo enojado.

—¿Acaso... estas umm... celoso?

—¿¡Que!? Yo no estoy celoso... —bufo.— ¿por que lo estaría?

—Si tu lo dices...— rió y siguió mirando por la ventana.

—Mañana volvemos a la escuela— hablo el mayor luego de un rato, habían parado en un semáforo.

—No quisiera ir... —susurra pero el otro logro escuchar.

—Estaremos juntos, no te preocupes.

El mayor se acerco hasta él y deposito un beso en su mejilla, sentía el calor en estas y bajo la cabeza avergonzado. Esa simple escena le causo al mayor ternura, JungKook puede llegar a ser muy tierno e inocente a veces, pero después de ese día en que ambos se hicieron uno, no piensa lo mismo. Luego de unos minutos llegaron a casa cansados, Jungkook subió a la habitación seguido de un Jimin que al recordar el día que lo hicieron no podía dejar de violar a su pequeño con la mirada.

—¿Podrías dejar de comerme con la mirada?

—Pero que dices, eres tan tierno, yo no seria capas de tal atrocidad— hablo fingiendo estar dolido.

—Inocentemente pensé que mentes pervertidas como la tuya la tenían los viejos de la esquina.

—Tú tienes de inocente lo que yo de feo.

—¡Qué modesto!

—Gracias— respondió con una sonrisa y se aproximó a entrar al baño y ducharse.

—Tonto... —dijo al vacío de la habitación.

Recordó esos días de su infancia que le hacían creer que la vida no era completamente negra, que mientras haya vida hay esperanza.

—Tu sueño se convertirá en tu arma y todas tus cicatrices se volverán medallas.