Estarás bien Riri, estarás bien, te lo prometo. — Rose abrió los ojos viendo a su hermano mayor llorando, a duras penas pudo susurrar un 'te amo' qué hizo sollozar a Ian.

Era increíble cómo las cosas pasaban tan rápido, un día estás con la persona qué quieres, y al otro día ya no sabes si seguirá estando.

...

— Luego de eso, dure en coma varios meses, tarde en recuperarme y aún tengo qué hacerme chequeo cada 3 días, pero aquí me tienes. — ¿Qué mierda estaba pasando en este momento?

— Los médicos hicieron lo posible y sacaron la bala antes de que impactará en el corazón, pero aun así quedé con demasiados problemas respiratorios. Dicen qué en cualquier momento puedo dejar de respirar.

— ¿Porqué estás aquí? — Mí voz salió en un susurró.

— Por ti. — Rose avanzó hacía a mí y yo retrocedí los mismos pasos. — Aún te amo, después de todo, Justin aún te amo. — Sus palabras me recordaban aquel día qué pasó todo. La punzada en el corazón era inevitable y estaba matandome.

— Yo ya no. — Escuche un gruñido de su parte.

— ¿Quieres a la flacucha esa? ¡Por Dios Justin! ¿Desde cuándo te metes con niñas así? Es ingenua y frágil.

— No hables así de ella. — Escupí con rabia.

— Justin, sabes qué jamás podrás estar con ella. — Rose camino hacía a mí a pasos lentos. — Podemos volver a lo qué eramos antes, Justin, yo no te tengo rencor, se qué lo qué te hice no tiene perdón, pero estoy aquí para arreglar de nuevo las cosas. Se feliz conmigo.

Sentía sus labios rosar con los míos cada vez qué hablaba.

— No. — Me voltee para darle la espalda. Estaba esperando todo, todo joder menos esto.

Está situación no había cruzado ni un momento en mí lista de posibilidades.

— Aún eres mío, siempre. — Sentí sus labios en mí cuello y una extraña sensación recorrió mí cuerpo.

Se paró frente a mí y saco mí camisa dejándome el torso al descubierto besando cada uno de mis tatuajes.

— Son más tatuajes qué antes. — Sentí su sonrisa contra mí pecho y su lengua bajaba y subía en mí abdomen. Lo extraño era que anteriormente sí estuviera pasando esto probablemente perdería el control y cedería.

Ahora, sentir sus labios no provocaba nada en mí, ningún sentimiento de excitación o deseo, absolutamente nada. Era como sí mí pene estuviera muerto.

Rose paró para sacarse su vestido, y traía puesta una lencería roja qué estaba usando la primera vez qué lo hicimos. — ¿Lo recuerdas? Fue él primero qué.. — Me fui directamente a sus labios, no entendía mucho lo qué sucedía conmigo y sí la besaba a lo mejor algo sucedía pero no.

No podía sentir nada de antes, o al menos algo similar a ello. Sentía asco. Asco por mí, y asco por sentir unos labios qué mí cuerpo estaba rechazando.

Entonces lo entendí, mí cuerpo anhelaba a Emma, no Rose..

La detuve en el momento qué desabrochaba mí pantalón. — ¿Qué pasa amor?

Evite qué volviera a besarme y me puse la camisa tan rápido cómo pude.

— No. — Me di cuenta qué amaba demasiado a Emma cómo para hacerle esto. Qué sus labios son los qué me volvian loco, qué ella era la única qué podía hacerme sentir miles de cosas nada más con su tacto. —Tú y yo no podemos volver a estar juntos, lo nuestro terminó el día qué puse una bala en tu pecho. — Dije secamente y cómo sí fuera lo más normal del mundo.

— ¿No puedes? ¿Qué diablos te sucede Bieber? ¡Soy yo Rose, el amor de tu vida! — Trato de acariciar mis mejillas pero las aparte antes de qué lo hiciera.

— No Rose, nunca lo fuiste. — Emma lo era todo, siempre lo iba a ser todo.

— Ó entregas tú puesto, ó  tu jodida perra muere. — Estaba en una posición demasiado difícil ya qué Rose tenía mí arma y apuntaba a mí cabeza.  — Aunque preferiblemente ella quisiera qué tú estuvieras muerto. No le contaste lo qué pasó con nosotros.

Todas mis fuerzas desaparecieron por un segundo. Emma jamás iba a perdonarme eso, jamás. El corazón dolía al imaginarme su rostro lleno de miedo y decepción. Tenía qué encontrarla.

Con el arma, Rose hizo qué caminará, al abrir la puerta estaban 4 hombres vigilando. Seguimos caminando con ellos detrás.

Hermano, encontramos a las chicas, todas, excepto Emma. Dejaremos a las chicas fuera, y volveremos por ti.  — Por el audífono escuché a Ryan hablar.

— ¿A dónde piensas llevarme? — Estaba custodiado por 4 hombres armados, y Rose con un arma apuntándole. ¿Qué posibilidades había de qué yo tomará el control?

— Ya verás qué.. —

No la deje terminar, ya qué agarré el brazo de Rose girando el arma hacía los 4 hombres detrás, y apunte a cada uno en un giro rápido, puse a Rose detrás de mí, y dispare hacía aquellos qué estaban tirados en el suelo.

Agarre sus armas colocandola en la parte trasera de mis jeans y cubriéndola con mí camiseta.

— Dime dónde está. — Quite mí audífono a medida qué iba subiendo unas escaleras.

Caminamos por un pasillo cuando unas voces se escucharon cerca, me escondí junto con Rose en una habitación vacía y justo cuándo pasaron golpee a uno en la cabeza con mí arma.

— Oh vamos, son dos contra uno, ¿consideración tal vez? — Sonreí y empecé a pelear con puños. El entrenamiento con Ryan y Ethan estaba dando resultado.

Hacía movimientos limpios, un golpe directo al rostro de uno de los grandes y una patada con fuerza al estómago del otro.

Con el arma, golpee la cabeza del chico qué estaba en el suelo y perdió la conciencia. El último se levantó haciéndome sonreír.  — ¿Estás seguro? — No dudo en responderme lanzándose hacía a mí pero gire a la izquierda y golpee su espalda pegándolo a la pared mí puño se fue directo a su nariz haciendo qué esta crujiera, se la había roto, y el chico cayó en el suelo igual de inconsciente. — Soy jodidamente él mejor en esto. — Agarre a Rose por el brazo quién me guiaba a dónde estaba Emma.

— Es aquí. — Una puerta, una habitación grande vacía y oscura. Empuje a Rose a encender las luces, y una frágil y destruida Emma estaba atada a una silla, con una pañoleta en su boca.

Se me cayó en alma a los pies al ver los moratones en su rostro.

— Nena.. — Levanto su mirada hacía a mí y estuve a punto de llorar cuándo reaccionó gritando aunque no la pudiera escuchar. — Emma pequeña, soy yo, soy Justin. — Quite la pañoleta de su boca para qué hablará

— Aléjate de mí. — Su voz rota y su mirada llena de odio era demasiado para mí.

— Te lo dije. Sabe lo qué eres, un asesino. — No tenía palabras para describir este momento, pero juro qué sería el peor para toda mí vida.

Pero miren nada más quién esta aquí, el gran Bieber..

...

It had to be you | jbOnde histórias criam vida. Descubra agora