It had to be you | jb

34.

'Alejate de mí'.

Justin Bieber..

Estábamos todos en nuestras posiciones esperando qué la oportunidad para atacar.

La ubicación de Emma era una casa abandonada lejos de la ciudad, tenía muchos árboles rodeandola, estaba seguro de qué cualquiera podría perderse allí.

Contando hasta diez decidimos entrar. La casa estaba destrozada y oscura, el olor de ratas muertas era insoportable. Maldita sea, ¿qué clase de enfermo estaría aquí?

— Tenemos qué separarnos. — Todos formamos nuestros grupos.

Ryan y yo estábamos juntos cómo siempre. Ryan conoce mis tácticas y yo las de él, sí yo giraba a la izquierda, Ry cubría mí derecha. No hay otra persona en la qué confíe más qué en él.

Nosotros cubrimos la parte de abajo, a pesar de todo era una casa extremadamente grande pero vieja, cada vez qué avanzamos la madera rechinaba amenazando con caerse.

En la parte de abajo habían puertas, muchas puertas así qué empezamos a abrirlas cada una de ellas pero nada más se podían escuchar las ratas corriendo alrededor de ella.

Unos pasos se escucharon y rápidamente nos escondimos detrás de una de las puertas. Tres chicos venían por la izquierda.

Ryan y yo nos miramos y asentimos al mismo tiempo. Salimos de aquel escondite y dimos un giro disparando. Ahora yo estaba en el lugar de Ry y viceversa. Y los tres hombres estaban en el suelo.

Seguimos caminando sigilosamente hasta escuchar unos pasos detrás de nosotros.

— Detenganse. — Reconocía esa voz, era la de aquel chico Keith y podía sentirlo caminar hacía a mí.

Abrió la puerta de una de las habitaciones y me empujo ocasionando qué cayera al suelo al igual qué mí arma. Me levanté para buscarla lo más rápido qué podía.

— ¿Estás buscando esto? — Las luces se encendieron.

No.

No.

Está mierda no estaba pasando.

— Rose..

Sentía cómo todo a mí alrededor colapsaba, estaba mareado, con náuseas y mí mente estaba en blanco completamente.

— Justin. — Su voz retumbo en mis oídos una y otra vez. No había cambiado nada. — Creo qué ha pasado algo de tiempo..

De pies a cabezas era igual qué antes, nada había cambiado en ella, seguía siendo la misma, cómo sí una maldita bala qué yo disparé no hubiera atravesado su pecho.

— ¡Tú estas muerta! ¡Tú no estás aquí! No, no, no. — Repetía una y otra vez con mis manos en la cabeza tratando de alejar la imagen de Rose viva frente a mí pero cada vez qué volvía a mirar, ella seguía ahí.

— Estoy aquí Justin. — Su sonrisa tan real hizo qué empezará a gritar y a correr. Pero era inútil, la única puerta la tenía Rose vigilada. — Déjame contarte lo qué sucedió después.

Flashback.

— ¡Tenemos una situación de inmediata atención! Mujer con una bala a apunto de impactar en el corazón, todos al quirófano. ¡Ahora! — Miles de enfermeras y médicos rodeaban la camilla en la qué llego Rose al hospital. — Usted no puede pasar, disculpe. — El médico se dirigió a Ian quién lloraba a mares por su pequeña hermana.