It had to be you | jb

2.

"Entonces vamos a tener qué planear un robo".

Justin Bieber..

Me quedé unos segundos observando a aquella chica mientras se alejaba por el pasillo, aún riéndome recordando sus palabras '¿A quién le importa quién seas?'

Tenía algo diferente a otras chicas qué he conocido en está universidad pero no se cómo exactamente describirlo.

Lo qué sí podía describir a la perfección era su diminuta cintura y su culo. Tenía el cabello rojo, el cual se movía de un lado al otro cuándo caminaba. Era sexy, aunque podría apostar qué no lo sabía.

Camine hacia el baño para quitarme la sangre del rostro. Sí ella no sé hubiera interpuesto, hubiera matado a ese hijo de puta.

No sabía sí agradecerle por haberlo hecho o enojarme por ser tan metiche.

Tratando de drenar la sangre qué salía de mi labio, fui hacía mí coche en busca de otra camisa, está vez negra, tenía varias camisas y jeans en la parte trasera de mí coche, con todos los negocios qué hago, algunas veces quedo envuelto en más sangre de la qué puedo imaginar.

Mi iPhone empezó a sonar. Ryan salía en la pantalla.

— Justin bro, ¿dónde estás? — La voz proveniente de Ry sonaba preocupada y angustiada, algo tuvo qué haber pasado.

— Man, estoy en el estacionamiento de la universidad. ¿Qué pasa? — Respondí, apoye mí hombro contra el móvil pegado en el oído, mientras me colocaba la camisa.

— Estamos en problemas, la mercancía qué tenía qué llegar hoy la detuvo la policía a mitad de camino. Esta siendo confiscada y la llevaran al departamento de policías de la ciudad.

— Maldición Ryan. — Estaba furioso, esa mercancía tenía qué llegar limpia aquí, sin ningún problema. — Nos vemos en el almacén ahora mismo, los espero allá, tenemos qué planear como sacar esa mercancía.

Dicho eso, corte la llamada. Me adentre al coche y acelere hacía el almacén ubicado a las afueras de la ciudad. Estacione el coche por detrás y trate de respirar profundamente antes de entrar.

— ¿Qué tal man? — Salude a todos, y me senté en medio de Ryan y Christian, mis dos mejores amigos desde qué tengo memoria. — Muy bien, tenemos qué hacer esto pronto, dado caso qué los policías nos interroguen, no muy probable, sabemos qué hacer y decir, todos tienen qué tener su cuartada, ¿entendido? — Todos asintieron en respuesta.

— Pero ¿y sí no podemos recuperar esa mercancía? — Dijo Christian, todos lo vieron aprobando su pregunta, tenían la misma duda.

— Entonces vamos a tener qué planear un robo.

— Bueno, nos vemos aquí antes de las 10, tenemos qué tener todo listo está noche. — Esta vez fue Ryan quién intervino y todos asentimos. Duramos unos minutos hablando de otras mercancías qué iban a llegar en el transcurso de la semana, en cuanto terminamos decidí irme a mi departamento, necesitaba una ducha fría.

En el camino, me detuve en un semaforo en rojo esperando detrás de una larga fila de coches, saque un cigarrillo de la guantera y lo encendí.

Odiaba el tráfico, la principal razón por la qué me gustaba andar en mí motocicleta, antes de qué Ryan la jodiera. Le hice pagar por cada cosa que le hizo, hasta la más mínima.

Mire a mis lados con tranquilidad, observando lo qué tenía, a mi derecha había un jeep negro y a mi izquierda un Porsche blanco, pero no fue el coche qué me llamo la atención, era quién lo conducía.

Baje la ventanilla y la del Porsche también estaba abierta.

— ¡Hey linda! — Grite sonriendo, ella volteo inmediatamente y rodeo sus ojos. Justo cuándo iba a decir algo más, su coche acelero y yo decidí seguirla, dentro de unos minutos ella aparcó en un café y bajo. Yo hice lo mismo atrás de ella.

— ¿Porqué diablos me estás siguiendo?

— Púes, no te estaba siguiendo a ti, quería tomarme algo aquí. — Dije riendo, y le guiñe un ojo.

— Sabes qué es una excusa muy mala. — Dijo rodeando los ojos a mi sonrisa.

— Me descubriste. — Alce las manos en forma de rendición y una sonrisa se formó en sus labios. — Ven, tomemos un café, yo invito. — Ella inmediatamente se nego, pero luego de unos segundos respondió un 'sí'.