10.

2.3K 126 13
                                    

"Eres jodidamente perfecta para mí".

Justin Bieber..

— Emma, por favor despierta. — Estaba desesperado, todo se estaba saliendo de las manos. ¿Cómo diablos pasaron las cosas tan rápido? Un momento estaba reunido con los chicos creando un plan, para luego estar completamente sin saber qué hacer. — Emma, nena, ya despierta por favor. El doctor dijo qué despertarías pronto, pero ha pasado ya una hora y tú sigues sin mover un sólo dedo. — Besaba su mano. — No me había preocupado por nadie así en mucho tiempo, maldita sea el día qué me perdí el control y esos malditos entraron. No estarías aquí. — Mi móvil sonó con una llamada.

Justin, man. Malas noticias, la mercancía qué tenía qué llegar dentro de una hora, fue robada. — Del otro lado hablaba Derek molesto, patee la mesita de noche aún más frustrado. — Y lo peor es qué fue robada por ellos. Dejaron una nota en la camioneta dónde venían las cajas, te enviaré la foto.

'Ahora nos pertenece: Alfas'

¿Ahora qué hacemos? — Ni yo tenía respuesta para esa pregunta, y justo cuándo iba a responder, un sonido extraño interrumpió.

— ¿Justin? — Voltee rápidamente, y ahí se encontraba Emma tratando de levantarse.

Nos vemos en el almacén en media hora. Todos, sin falta. —Corte la llamada.

— ¿Qué sucedió? — Se acercaba a mi a pasos lentos.

— Quédate ahí nena, no sigas moviéndote. — Agarre sus brazos y la volví a acostar en su cama. — Fuiste drogada, pero ahora estás bien nena, ya pasó todo. No te hicieron nada. — Tenía un nudo grande para hablar.

— Recuerdo a un chico, pero no se muy bien especificarlo. Recuerdo qué pregunto si había alguien más, sí era Ethan, y después de eso sólo dijo qué sería rápido y así fue. De la nada perdí el conocimiento, y caí sin saber más nada. — Su voz era entrecortada, cada segundo qué pasaba me maldecía a mi mismo por no cuidar de ella personalmente. — ¿Porqué mi camisa está así? —Dijo asustada. La camisa rosada qué tenía puesta, ahora estaba totalmente rasgada, y rota.

— Estás bien Emma, estás bien, yo me encargaré. — No tenía cara para decirle lo de la foto qué habían enviando. Y miles de escenarios se reproducían en mi mente pensando en todas las cosas qué pudieron haberle hecho. Pero yo iba a encargarme de esos hijos de perra, y los mataría uno por uno. — Yo los haré pagar, por ti, y por todos, ¿sí? — Asintió, y empezó a jugar con sus manos, sabía qué preguntaría cualquier cosa, y yo no estaba listo para responderlas.

— ¿Quién eres?

— Prometo responder cualquier pregunta qué quieras hacerme, pero luego. Ahora sólo debes concentrarte en ti misma, llama a Jessie, no salgas de aquí. En las horas qué estuviste inconsciente, contraté 6 hombres para vigilarte. — Bese su cien, sabía qué iba a reclamar, pero no tenía tiempo. — Tengo qué irme, recuerda qué todo es por tu protección. No salgas sin ellos, y sí saldrás antes llámame para saber dónde estás, ¿de acuerdo?

Asintió, bese su labios para luego salir de su casa. 1 hombre estaba en cada esquina, y los dos otros cerca de su puerta. Se qué muchos preguntarán quiénes son, incluso cuándo lleguen sus padres, ¿qué explicación les daría? Pero no puedo dejarlo así, estando conmigo corre peligro, y si la alejo, es mucho peor para ella, púes sabrán qué está desprotegida. De cualquier lado qué tome las cosas, estoy atado de manos.

...

Emma Reed..

11;34pm.

Había pasado toda la tarde con Jessie hablando, comiendo y viendo películas de amor donde terminabámos llorando.

Fue una agradable tarde después de toda la mierda qué sucedió y aunque Jess todavía no se sentía completamente lista para contarme lo qué sucedió con Ryan, me prometió qué pronto lo sabría.

Justin me llamaba cada 5 minutos, preguntando sí estaba bien, no dejaba ni un sólo minuto de llamarme y a veces me hacía reír lo insistente qué era.

A esta hora Jess ya se había ido y yo estaba tratando de dormir un poco alejando cualquier pensamiento o duda de mí cabeza para descansar.

— ¡Maldita sea! — Escuche un gruñido proveniente de mí ventana. Salte rápidamente despertandome.

— ¿Justin? ¿Eres tú? — Soñolienta, hice las cobijas a un lado mientras frotaba mis ojos del sueño.

— Sí nena, lamento haberte despertado — Suspire un poco más tranquila sabiendo qué era él. Me abrazo fuertemente y me dio un beso.

— ¿Está todo bien? — Dije sonrojada por el beso, y la confianza qué ya tenía tan rápido con Justin.

— Eso te pregunto yo a ti, dejaste de responderme de la nada. — Justin se quito los zapatos y la camisa qué traía puesta, quedando solo en su mono negro, y acostándose en mí cama. Justin era jodidamente caliente sin camisa.

— Me quede dormida, lamento no avisarte. — Me senté en la esquina de la cama sonriendo.

— Ven y acuéstate conmigo. No tengo planeado irme, lo prometo. — Asentí sonriendo, acercándome y tumbándome a su lado, dándole la espalda.

— ¿Me das un beso de buenas noches? — Dude unos segundos antes de volverme y posar un pequeño beso un sus labios. — Mm, no. No me gusto, déjame intentarlo yo. — Me agarro de las mejillas se acercó lentamente para unir nuestros labios.

La conexión era inevitable, es cómo si cada vez qué intentaramos alejarnos, algo nos volviera a juntar.

Nuestro beso aumento a uno más salvaje, y rápidamente me coloqué arriba de él besándolo con deseo y Justin respondiendome igual.

Justin paso sus manos por mí culo, apretándolo fuertemente, causando un gemido de mí parte.

Deje de besar sus labios para tomar su cuello pasando mí lengua y succionando en cada lugar.

Justin gimió cuándo lamí el lóbulo de  su oreja y quito mí camisa dejandome con el brasier de encaje blanco. Sus ojos brillaron al ver cómo se moldeaban mis senos en el brasier.

Inmediatamente me sonrojé y me tape con las manos. Nadie había visto más de mí cómo el ahora.

— Jamás te avergüences de ti misma, eres jodidamente perfecta para mí. Y para cualquiera. — Esre aparto mis manos y beso mí cuello de la misma manera qué yo hice con el suyo y acariciaba la parte descubierta de mis senos, desabrocho el brasier.

Observó por un momento mis senos y luego me miro sonriendo. Sus ojos mostraban lujuria y deseo puro.

Bajo su lengua hacía mí pezón izquierdo, y me observó esperando mí aprobación, a lo qué yo simplemente asentí consumida por la excitación.

Justin chupo mí pezón lentamente, causando qué gimiera fuertemente y inconscientemente empecé a moverme de adelante hacía atrás. — Joder Emma, sí. — Gimió Justin, su amigo ya estaba despierto y podía sentirlo en mí entrepierna. — Em, nena, si sigues así no creó qué pueda detenerme más adelante. — Dijo con la respiración entrecortada. Me tomo todas mis fuerzas para aceptar lo qué estaba queriendo decir y bajarme lentamente.

—Ten buenas noches nena — Paso su brazo por mí cintura rodeándola, luego de unos minutos, los dos caímos en un profundo sueño.

It had to be you | jbWhere stories live. Discover now