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"Es cómo qué un ángel vino, y me llevo al cielo".

Emma Reed..

Estaba en la casa de Jessie junto con Ethan, nos quedaríamos aquí por el momento, ya mañana buscaremos un apartamento dónde quedarnos.

Ethan había salido con los chicos y yo no sabía nada de Justin. No quise molestarlo con mis asuntos luego de escuchar qué tendrían una 'salida de chicos'.

— ¿Em? — Jess me saco de mis pensamientos, respondí un 'mm' para hacerle saber qué la escuchaba. — Está pasando está cosa con Ryan. — Podía notar la tristeza en su voz.

— ¿Qué cosa?

— Ryan ha estado muy distante, hace poco tuvimos una discusión, y simplemente me dijo 'déjame en paz' — Lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos y yo la abrace para consolarla. — No sé qué estoy haciendo mal, a veces cuándo estamos apunto de tener relaciones, simplemente el dice qué no y se voltea. Siento qué le doy asco Emma, siento qué él todavía no supera lo qué paso hace algunos meses.

— Todo fue muy rápido Jes, de la nada volvieron y no hablaron más de eso. Tienes qué darle tiempo, porqué el qué estuvo lejos de ti no contaba, él volvió contigo y no es asco, tal vez se siente culpable de no haber hecho nada cuándo te vio allí.

Pasaron varios minutos para qué Jess se recuperará y dejará de llorar.

— Tal vez tengas razón. — Respiraba agitada y secaba las lágrimas qué recorrían su cara. — Sólo debo hablar con él. — Me abrazo y yo sonreí correspondiendo su abrazo. No quería qué estuviera mal, con todo lo qué pasamos, no había qué agregarle más al asunto. — Salgamos a tomar algo, llamaré a Lou y a Maia, tal vez salga una noche de chicas. — Asentí efusivamente. Lo necesitaba y después de todo, Justin no estaba.

...

La música sonaba por todas partes en el club, sonaba 'Scared to be lonely' de Martin Garrix y Dua Lipa, una de mis canciones favoritas.

— ¡Por Dios, esto es increíble! — Grito Lou por encima de la música. Todas estábamos emocionada y nos veíamos calientes.

Elegí un vestido qué llegaba unos mas arriba de la rodilla, color negro y decorado con unos dibujos de labios.

Hicimos nuestro camino hacia la barra, no sin antes empujar a un par de personas para tener espacio. Pedimos una Heidsieck 1907. Una costosa champaña.

— Se ven preciosamente preciosas está noche. — Decidimos ignorar el comentario de quién quiera que fuese y nos sentamos en una de las mesas vacías.

El alcohol estaba por todas partes. Jess sirvió champaña en cada uno de los vasos.

— Propongo un brindis. — Sonreí recordando el momento con Justin. Alcé mí vaso junto con las demás chicas. — Un brindis por lo preciosamente preciosa qué estamos. — Estallamos en risas. — Un brindis por nosotras y por nuestros chicos. ¡Un brindis por el team queens!

Todas unimos nuestras copas sonriendo.

La noche pasó rápida, tuvimos nuestros momentos de baile y acosadores cómo cualquier fiesta.

El reloj en mí móvil marcaba las 4:44 de la mañana, el club ya estaba casi vacío y nosotras un poco conscientes decidimos irnos.

La noche fue agradable, hablamos de nuestros pequeños problemas de parejas y reímos por otras cosas también.

Justo al entrar al coche recibí un mensaje.

'Es cómo qué un ángel vino y me llevo al cielo'

It had to be you | jbWhere stories live. Discover now