Capítulo 7

3.5K 259 69
                                    

—¿Estás bien? —preguntó Emilia al ver el rostro lloroso de Ámbar.

Ella se apresuró a limpiarse las lágrimas que sin desear había derramado. Inhaló aire profundamente y pronto su corazón volvió a latir con normalidad.

—Estoy bien —le dijo sonriendo, tratando de no angustiarla más—. ¿Querés que te traiga algo? ¿Una bebida? ¿Comida?

—¿Sabes cocinar? —su voz era de sorpresa.

—No —rió—. Pero tengo que aceptar que la mamá de Luna lo hace delicioso.

—Oh, de todos modos, no gracias, no tengo hambre.

—De acuerdo, ¿vemos una película?

Emilia miró a su amiga con mucho detalle, dudosa. Sabía que Ámbar era muy reservada, pero ¿qué tanto? Y sobre todo, ¿algún día confiaría lo suficiente en ella como para decirle al menos uno de sus tantos secretos?

—Seguro. Pero esta vez elijo yo.

~♡~

Sólo habían pasado unos minutos, pero Simón sentía que hacía horas que no veía a la rubia, y la extrañaba con locura y desesperación. Necesitaba arreglar las cosas con ella, pero no sabía cómo empezar.

Su celular vibró dentro del bolsillo de su pantalón, y atendió al llamado notando que se trataba de Nico.

—¿Qué onda? —saludó.

—Necesitamos que vengas al departamento ahora —dijo su amigo con cierta inquietud.

—¿Pasa algo? —preguntó preocupado.

—Nada grave. Pero ¿te acordas del documento que firmamos hace unos días?

—¿El que dice que nos hacemos cargo de todos los gastos y que podemos conservas el lugar?

—Sí, ese.

—Lo recuerdo —confirmó.

—Pues se borró.

—¿Cómo que se borró? —preguntó entre confundido y alarmado, creía recordar aquella expresión que sus amigos solían decir, pero no recordaba en qué situaciones.

—Que no está Simón, ¡que se perdió! No lo encontramos. Tenés que venir a ayudar a buscarlo.

—¿Qué? —ahora sí que estaba preocupado—. ¿Cuándo pasa Gary?

—Simón, mi tío Gary ya está aquí.

~♡~

—Voy al baño —avisó Ámbar a su amiga.

—Shhh —la silenció apresurada, la película la tenía atrapada.

Ámbar sólo rió por la imagen que su amiga mostraba, realmente se veía divertida. No esperó otra respuesta y simplemente de dirigió al baño, y al salir su estómago gruñó; recordó que casi no había comido así que decidió bajar a la cocina por algo de comer.

—¿Y cómo estás tú, Simón? —.

La voz de Luna la distrajo, hablaba por teléfono. Al parecer el chico ya había abandonado la mansión y ahora algo pasaba para que la castaña tuviera la preocupación pintada en su rostro.

Recuperar... ¿lo que era mío? || SimbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora