Me separé un poco de él y le sonreí de igual manera. –¿Vas a salir?

–Sí, tengo una cita con un cliente muy viejo, paga bien y es una buena persona, supongo. –James hablaba de su empleo como si fuera de lo más normal del mundo, mientras yo aun intentaba acostumbrarme a la idea de saber que mi hermano y mi supuesto novio eran chaperos.

–De acuerdo. –volví a sonreír, esta vez para evitar sentirme incomodo.

–Si… –volvió a acercarse hacia mí y pasó mis manos alrededor de su cintura–. Pero supongo que en la noche nos veremos, ¿Cierto? Muero de ganas de tenerte solito para mí…

–Hola, Louis. –Escuché la voz de Harry entrar hacia la recepción. ¿Por qué siempre tenía que llegar en el peor momento?

–Hola Harry. – contesté dejando claro lo incomodo que me parecía la situación, después volví a prestar mi atención hacia James–. Yo también, pero en realidad no sé si mi jefe me vaya a dejar quedarme aquí esta noche. –di un beso sobre su frente y después me separé de él–. Te hablaré en la tarde ¿De acuerdo?

Asintió haciendo un puchero falso. –Bueno, hasta luego entonces. No hagan esperar al cliente. –habló refiriéndose a Harry.

–Adiós, amor. –Le dije y después miré a Harry, haciendo una seña para irnos de ese lugar.

Él me siguió en silencio hasta que nos encontrábamos lo suficientemente alejados del lugar. No parecía molesto a pesar de la escenita que junto a James  había presenciado. Caminábamos en silencio hacia el auto donde se encontraba mi jefe. Cuando me encontraba en silencio con él no me parecía incomodo en lo mas mínimo, en realidad me gustaba demasiado.

–Si sigues llamándole “amor” terminaré matándolos a ambos. –susurró sin dejar de caminar y después me miró con una sonrisa.

Sonreí automáticamente. –Los celos son para débiles bebé. Tú no eres débil.

Harry bajó la mirada aun sin borrar la sonrisa de su rostro. –Tú me haces débil.

–No tienes una idea de las ganas que tengo de aventarte contra ese muro y besarte hasta que tus hermosos labios sangren. –mencioné con toda naturalidad haciendo que él me mirara sorprendido y sonrojado. Sabía que no podíamos tener ninguna muestra de afecto en ese lugar, pues nos encontrábamos demasiado expuestos a que alguien conocido, o incluso el mismo James, nos mirara.

–Mierda, Lou. Eso es raro. –evitó a toda costa reír.

Le presté atención a su físico. Llevaba puesto una ropa demasiado elegante. Pantalones skinny color azul marino acompañado de una camisa color salmón y mocasines obscuros. También su cabello se encontraba perfectamente arreglado, de manera que sus risos caían por su rostro haciéndolo lucir más perfecto de lo que ya era. –Te has esforzado demasiado al arreglarte el día de hoy, ¿es una ocasión especial? –pregunté sin dejar de mirarlo detalladamente.

–No, pero como sabrás, quiero que este hombre me saqué del burdel lo más pronto posible, tengo que gustarle más.

El auto donde viajaríamos comenzaba a mirarse a lo lejos, ahora teníamos que controlar mil veces más nuestros movimientos.

–Pues lo vas a lograr, te ves precioso. –confesé siendo totalmente honesto. Harry era maravillosamente perfecto.

Llegamos en silencio hasta el automóvil. Las ventanas estaban polarizadas, asi que no pude notar la reacción de mi jefe al mirar lo guapo que iba Harry esa mañana. Abrí la puerta para que él entrara al auto.

–Gracias. –fue amable, me guiñó el ojo y después entró. No podía evitar sentirme tan necesitado de ser cursi con él, pero realmente me maravillaba con todo lo que hacía.

Banned Skin (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now