Capitulo 9.

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Capitulo 9

Narra Harry.

Al día siguiente desperté muy tarde. Amaba los domingos, era el día perfecto, el día en el que podíamos dormir las horas que deseáramos, pasar la tarde entera jugando videojuegos, ir al centro comercial o fingir llevar una vida normal.

Esa mañana mi cuerpo ya no dolía tanto como el día anterior, y eso me hacia estar feliz.

Estaba en el comedor del burdel, tomando un ligero desayuno. Algunos de mis otros compañeros solo me miraban y comentaban cosas mediante susurros entre ellos. Al parecer estaban celosos de que yo había logrado conseguir un cliente fijo y gracias a eso ya no tenía necesidad de bailar frente a hombres asquerosos.

Siempre se comportaban así. Nunca se alegraban de los logros de las demás personas, la hipocresía reinaba en ese lugar, las personas eran mierda pura y nadie trataba de ayudarse. A excepción de James, todos esos chicos eran de lo peor.

Pero en cierto punto los entendía, es decir, yo llevaba menos de un año trabajando en ese lugar y ya era uno de los favoritos de la señora Lauren, además de todo había logrado conseguir un cliente fijo, y definitivamente eso era lo mejor que te podía pasar estando en ese lugar.

Intentaba fingir que no los escuchaba y seguir tomando mi desayuno, pero no podía evitar sentirme incomodo con la situación. Ellos eran más grandes y probablemente más maduros que yo, eso era motivo suficiente para sentirme menos.

Comencé a comer más rápido. Tomaba el sándwich y daba grandes mordidas. Quería terminar rápido para después volver a mi habitación y pasar el resto del día ahí. Los demás chicos solían salir todos juntos a las discotecas o centros comerciales, sin embargo yo nunca estaba invitado.

–Hey, tranquilo Harry, el sándwich no se va a ir corriendo. –escuché una voz llegando hasta mi, sentándose a un lado mío. James sacudía su cabello para quitar el exceso de agua que había quedado en él después de tomar una ducha–. ¿O tú crees que si lo va a hacer? –me miró con una gran sonrisa.

–No, no es eso. –comencé a reír discretamente–. Pero me intimidan los chicos… –lo dije demasiado bajo, acercándome a su oído para evitar que los demás me escucharan.

James los miró y ellos rápidamente desviaron la mirada. A él le tenían respeto, era uno de los que más tiempo llevaba trabajando, así que era obvio que tenía el lugar bien ganado. –Solo ignóralos. Sabemos que quieren ser como tú. –Sonreía ampliamente, me gustaba mucho su forma de ser, siempre intentando protegerme de todos, me recordaba vagamente a Louis–. Espero que no te moleste que haga esto… –mencionó y tomó un trozo de mi sándwich para después metérselo a la boca y comenzar a reír al notar mi reacción.

Me contagió la sonrisa y también comencé a reír. –¿De qué sirve que me preguntes? Si de todos modos lo vas a tomar antes de que conteste. 

–Cierto, tienes mucha razón. –continuó mirándome mientras sonreía. Después se puso un poco serio y tragó la comida se su boca para hablar mejor. –Harry, ayer estuve pensando algo.

–¿En qué? –limpié mi boca con la servilleta y alejé el plato de mi al sentirme satisfecho.

–Ayer te vi con tu hermano. –mi cabeza se congeló por completo. Sentí como rápidamente mis mejillas se volvían color rojizas. Temí demasiado porque él se estuviera refiriendo a la situación del coche–. Realmente creo que es guapísimo.

Me confundí aun más, aunque también sentí un poco de alivio. –¿Por qué? –mi pregunta había sido estúpida, pero necesitaba alguna explicación sobre el tema.

Banned Skin (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora