❝Infinite tie❞ [OmegaVerse]

〈Tres〉

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Recostado sobre su cama, sintiendo nada más que vacío, miraba el techo que tenía extrañas manchas irregulares. Se preguntaba si hubo algo pegado allí en el pasado, no había un patrón en específico, pero si imaginaba líneas que unían las manchas, entonces podía formar algo... La pregunta era ¿Qué cosa? Le intrigaba un poco, pero en realidad lo que más le intrigaba era su propia vida, su pasado, quién era, con quiénes compartía y cómo se desenvolvía en la sociedad. Se sentía frío por no sentir mayor tristeza por la muerte de sus padres, pero aquellas dos personas no tenían rostro, no tenía idea de cómo se llevaban y eso lo desesperaba mucho.

La puerta sonó sacándolo de su martirio, caminó hasta ella con calma, tronó su cuello y finalmente la abrió. Un joven más alto que él, con un rostro neutro pero con ojos sorprendidos lo observaron. Se notaba menor que él, era guapo, alfa, alto, delgado, pero con cuerpo bien formado, esto lo supo porque lo miró de pies a cabeza con el ceño fruncido. Al notar que el extraño no decía nada, decidió hablar.

—¿Sí? — Preguntó alzando las cejas — Mira, no estoy interesado en ninguna fiesta, ya le dije a uno de tus amigos o lo que sean, no saldré con ustedes — estaba terminando de cerrar la puerta, pero el joven puso su pie impidiéndoselo.

—¡No! — exclamó con nerviosismo — Realmente no recuerdas a nadie... Soy Jungkook, yo... — titubeó mientras se asomaba tras la puerta — Somos amigos desde... Ehh.. Siempre.

—Oh... Sí, sí, me hablaron algo de ti — su rostro cambió de la antipatía al nerviosismo en cuestión de segundos — Yo... Lo siento, es que... Ya sabes, no recuerdo a nadie — suspiró.

—Sí, descuida, fue mi culpa no presentarme inmediatamente, pero es un tanto extraño, siempre que venía a Seúl me abrazabas y regañabas por no llamarte hyung — soltó una risa nostálgica.

—Ohh... Entonces soy tu hyung — rascó su barbilla y caminó hasta la silla del escritorio — entonces debes tratarme como tal — sonrió sinceramente por primera vez en muchas horas.

—¡Olvídalo, Jimin! — Exclamó Jungkook acercándose y sentándose en la cama — Nunca te he dicho hyung, más que por obligación o apuesta, para mí eres Jimin y ya.

—¡Aish! ¿Qué hice para merecer a este amigo tan irrespetuoso? — fingió molestia e reprimió una carcajada.

—Ser hijo de los amigos de mis padres y mi vecino, supongo — se encogió de hombros.

—Ahh... Entonces prácticamente crecimos juntos... Interesante, puede que tú sepas de mí más que yo mismo — un escalofrío le recorrió la espina dorsal, se sentía raro ser un extraño para sí mismo.

—Algo así... Es por eso que me llamaron hasta acá — sonrió —. Ahora... Es hora de irnos, toma tus cosas y vámonos — se levantó y miró a su alrededor.

—¿Irnos? — Preguntó haciendo una mueca — ¿Dónde?

—¡A tu apartamento, obviamente! — Exclamó feliz — No me digas que pensabas vivir aquí...

—¿A caso el que tiene amnesia o algo así eres tú? ¡Que no recuerdo nada! — frunció el ceño y se cruzó de brazos.

—Ugh lo lamento, Jiminnie, pero... — se detuvo al ver que su amigo se había paralizado — ¿Pasó algo?

—N-No... Es solo que... — Se sentó en la cama — Sentí algo, como si... Casi recordara que me llamaban así...

—Oh... Pues... Sí, algunas personas te llamábamos así — se agachó frente a su amigo — tu abuela, mi madre y yo...