—Ya te dije que no me debes nada —suspiró—. Odio esta parte.

—¿De qué hablas?

—No sé cómo te sientas al respecto, pero terminamos la cena hace una hora y media. Se hará tarde. Aún así, no quisiera irme jamás.

—Tampoco me gustaría que termine —se fijó la hora en su celular—. No sabía que había pasado tanto tiempo.

—¿Vamos?



Después de que el menor haya asentido con la cabeza, pidieron la cuenta y salieron del lugar para subirse al auto de Jimin. El joven condujo hasta la casa de Yoongi y, una vez que llegaron, bajó junto a él.



—Fue divertido.

—Sí, así es.

—¿Podríamos repetirlo otra vez?

—No tienes que preguntar, Jimin. Tú sólo dime cuándo. Aunque, para la próxima, me gustaría tener un auto.

—¿Por qué?

—Bueno, alguna vez quisiera ser yo quien te lleve a casa.

—Oh —se sonrojó—. No te preocupes. No es un problema para mí llevarte.

—Lo sé.



De pronto, sin que así lo esperara, Jimin miró a los ojos al otro muchacho. Cuando esto sucedió, todo a su alrededor se detuvo. Jamás lo había observado tan detalladamente, y a una distancia tan corta.

Y no supo por qué, pero las escenas de cada uno de los momentos que habían compartido desde que se habían conocido se repetían una tras otra en su mente, haciendo que su corazón latiera como nunca antes... y que se diera cuenta de que el verdadero responsable de aquellos latidos no era nadie más que él.

Aquel mar de sensaciones había sido el culpable del impulso que había tomado Jimin para poder unir su boca con la de Yoongi, formando un dulce beso. El mayor abrió sus ojos, más que sorprendido, pero luego los cerró. Prefirió concentrarse en los suaves movimientos de sus labios, en el dulce sabor de un amor que parecía ser cada vez más grande; y en los suspiros que se escapaban de sus bocas y que sólo ellos podían escuchar. Sus manos apresaron tiernamente las mejillas de Jimin, mientras que las del más joven se ubicaron detrás de su cuello, dando un par de caricias que eran tan pero tan suaves, que el otro muchacho apenas pudo sentirlas.

Cuando el beso terminó, Yoongi sintió un fuerte abrazo, como también la cabeza de Jimin, que se escondía en su pecho. De inmediato, lo rodeó fuertemente con sus brazos, preocupado, ya que también había logrado escuchar un sollozo.



—J--Jimin...

—Lo siento —lloró, sorbió por su nariz—. Lo siento tanto.



Yoongi dio suaves palmadas en su espalda para tranquilizarlo, pero no dijo nada. Sabía que aquellas palabras no eran para él.

**************

Sun Hee entró a su casa, enojada. Llevaba sus dos pequeñas manos hechas puños a cada lado de su cuerpo, y daba fuertes pisadas, a medida que iba avanzando. Jimin entró detrás de ella y cerró la puerta. La observó por un buen rato. Jamás la había visto tan molesta.

With all of my heart [Yoonmin] ©Where stories live. Discover now