With all of my heart [Yoonmin] ©

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Jimin tomó algunas sábanas y almohadas, y las apoyó sobre su cama. Suspiró. Toda aquella situación era complicada para él.

A Sun Hee ya le habían dado de alta, y él la había podido llevar de nuevo a su casa. Por su parte, Yoongi le recomendó que llevara a la niña a su hogar lo más rápido que pudiera, para que la intensa lluvia y el frío no afectaran aún más a su salud. Pero Jimin no podía hacer eso. No podía dejar solo al mayor en aquel temporal y sin un vehículo.

Una vez que se subieron al auto, Yoongi le dijo una y mil veces a Jimin que lo mejor sería llevar a la pequeña a su casa; que él tomaría un taxi desde allí, y decidió hacerle caso. No obstante, el mismo nunca llegó, y el menor le terminó ofreciendo quedarse a pasar la noche.

Desde el fallecimiento de su esposa, ninguna persona se había quedado en su casa, y era difícil dejar a alguien quedarse después de tanto tiempo. Pero era Yoongi. El muchacho era un sol en sus días grises, y él se sentía tentado a abrir un enorme paraguas para cubrirse de su luz. Pero ¿Por qué, cuando era tan agradable?

De un momento a otro, se encontró guardando de nuevo las cosas dentro de su armario, y salió hacia el comedor, en donde Yoongi, quien ya había terminado de cambiarse con unas prendas que el menor le había prestado, estaba quitando un par de cosas del sillón para poder dormir allí.

—Oye... deja que yo duerma aquí. Te dolerá la espalda.

—Oh, no, tienes que estar cerca de Sun Hee. Además, prefiero ser yo el que tenga dolores por la mañana, y que tú no los tengas.

Jimin miró al piso. Por alguna razón, se estaba sonrojando y no podía hacer contacto visual con él.

—Escucha, n--no me gustaría que estés incómodo de ninguna forma, así que, si no te molesta, podrías dormir en mi cuarto. De esa forma, dormirías sobre un colchón, en una cama, y no en un sofá.

—Yo no tengo ningún problema, ¿Qué hay de ti?

—Yo te lo estoy ofreciendo, Yoongi.

—Eso no quiere decir que estés de acuerdo.

—Lo estoy —afirmó rápidamente.

Yoongi se sorprendió ante la seguridad de su respuesta, y asintió con la cabeza, siguiéndolo.

Al llegar a la habitación, notó que la misma era fría, muy fría. Pero esto no era por otro motivo más que por la gélida sensación que los recuerdos de Eun Ji que estaban allí provocaban. Sus fotos, sus accesorios... todo estaba allí. Incluso creía que aún conservaba su ropa, pero no era quién para juzgarlo. Sin embargo, sabía que eso sólo avivaba el dolor.

—Y--yo dormiré de este lado, ¿Sí? —avisó Jimin.

—Está bien.

Después de que ambos se hayan acostado, el silencio invadió la habitación. Yoongi lamió sus labios, ansioso por querer preguntar un par de cosas, pero no sabía si era lo adecuado. Por otra parte, Jimin quería hablar y contarle muchos episodios de su vida, pero no sabía si el mayor querría escucharlo.