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Suave música instrumental y una tenue luz adornaban el lugar, dándole un toque casi mágico a la ocasión. Tanto Jimin como Yoongi disfrutaban de su cena, y compartían pensamientos sin saberlo.

Ambos estaban en silencio mientras repetían una y otra vez en sus mentes que eso no era una cita. Uno, para no hacerse falsas ilusiones y terminar aún más perdido en sus sentimientos. El otro, porque una parte de él no quería iniciar otra vez; no quería dar vuelta la página, porque lo que había logrado escribir en aquella en la que se encontraba, hacía que buscara aferrarse a esa historia casi desesperadamente, más allá de que fuera consciente de que había llegado a su fin.

Yoongi, luego de haber pensado en una y mil cosas acerca de la velada que estaban teniendo juntos, lo miró. Se preocupó al haberlo visto inquieto, como si algo estuviera haciéndolo sentir incómodo.



—Jimin, ¿Te encuentras bien?

—Sí, sólo pensaba en un par de cosas.

—¿Piensas en Sun Hee?



Silencio.



—Ella está bien, no te preocupes.

—Lo sé.

—No tienes idea de lo feliz que me sentí el otro día al haberla visto regresar a clases.

—Eso es lindo —sonrió—. Ella también quería volver.

—La extrañaré muchísimo cuando tenga que empezar la primaria.

—Aún falta para eso —miró hacia abajo, tomó su copa de vino en una de sus manos, volvió a dejarla sobre la mesa, pensativo— ¿Por qué decidiste ser maestro?

—Me encanta enseñar. Siempre me ha gustado. Fue una gran y estupenda coincidencia que también me agradaran mucho los niños. Amo ser quien pueda darles las herramientas necesarias para que puedan aprender y crecer.

—Se ve en tus ojos. Realmente lo adoras.

—Sí, así es ¿Qué hay de ti? ¿Hay algo que te apasione?

—Hay un par de cosas, pero hubo una en especial que no ha salido de mi mente desde hace tiempo —suspiró, dando a entender que tenía una larga historia que contar—. Cuando Eun Ji enfermó, estuve a su lado a cada momento. Vi a los doctores, quienes tenían lo necesario para poder salvarla, y la vi a ella luchar por su vida y por la de Sun Hee hasta el final. Sin embargo, a pesar de todo, nada funcionó. En ese entonces, deseaba cada día poder tener los conocimientos necesarios para poder salvarla, mas no los tenía. Cuando ella falleció, de la nada surgieron unas ganas terribles de comenzar a estudiar medicina, con la meta de poder salvar a toda la gente que fuera posible.

—Eso es precioso, Jimin ¿Estás estudiando?

—No, jamás empecé. Tengo que trabajar y cuidar a Sun Hee, no tengo tiempo.

—Pero serías un médico excelente. No todos trabajan sintiendo algo similar. Algunos lo hacen por obligación o porque sí. Cuando realmente encuentras tu vocación, deberías seguirla ¡Dios! ¡Pagaría tus estudios si pudiera!

—No lo creo.

—¿Quieres apostar? Porque sí lo haría.

—Eres terrible —rió—. Es muy lindo, pero ya podré lograrlo. Y no quiero seguir debiéndote cosas.

With all of my heart [Yoonmin] ©Where stories live. Discover now