Introducción

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   Si te preguntas como las cosas llegaron a lo que son ahora solo tienes que ponerte cómodo, tener tu refresco preferido a mano y, porque no, una buena dosis de falta de fe en el amor.

¿Presentación? Porque no. Mis mejores amigos Alan —quien piensa que es un casamentero—, Sara —la enamoradiza—, Alex —mi hermano— y papá.

Bien, solo falta Dorotea y es que no podría olvidarme de mi querida nana, hey, si ella no estuviera esta historia no tendría sentido. No conozco a persona más recatada, educada y que todavía vive en los tiempos donde una mujer tenía que ser cortejada durante un tiempo y para recibir su primer beso tenía que estar comprometida.

Ahora, ¿ven esa casa? Ah, perdón. Mejor se las describo; me refiero a esa majestuosa, elegante casa, con un gran jardín, una fuente y un montón de autos lujosos, y... ¿un deportivo? Sí, señor. Es la casa de ensueño de cualquiera y, a que no adivinan, no es mi casa. ¿A poco se imaginaron que yo viviría en una casa así? No, mi casa es la de la izquierda ni muy grande ni muy pequeña, solo la casa de un buen abogado. Bien, ahora que conocen mi hogar es hora de comenzar la historia, ¿no creen?

Por lo general los cuentos de hadas comienzan con un: Había una vez... y... ¿a quién le importa el resto? Vamos a saltarnos esa parte. Comencemos con los perros, si, leyeron bien. ¿Qué tienen los perros que los hacen el mejor amigo del hombre? ¿Hola? ¡Ni siquiera hablan! No te van a decir que te ves bien o van a hablar de deportes contigo, vamos, a lo sumo te miraran, moverán el rabo y te llenaran de baba. Pero puede que no todos los animales sean así. Tu tarea es: mira a tu mascota bien de cerca, si no encuentras nada extraño, felicidades pasaste la prueba sino llévalo urgente a la veterinaria. Créeme, no querrás que tu mascota ande causando estragos. Ahora que ya escribí la introducción es hora de dejarlos leer la historia que cambio mi vida.

Dile, NO al AmorWhere stories live. Discover now