With all of my heart [Yoonmin] ©

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Al mismo tiempo, soltaron un largo suspiro.

—¿Te sientes cómodo?

—Así es.

—Genial, m--

—Siento mucho lo que hice hoy, Jimin. En serio.

—¿De qué hablas?

—El beso.

Jimin calló y miró hacia otro lado, jugando con las sábanas entre sus dedos.

—No es nada. Sé que no quisiste hacerlo.

—Siendo franco, sí lo quise.

—¿Por qué?

—Creo que comenzaste a gustarme, Jimin. De hecho, no lo creo. Lo sé. Sin embargo, entiendo que no debí hacerlo, que tú no estás abierto a ninguna relación y que tampoco te gustan los hombres. Fue egoísta de mi parte, y lo siento mucho.

—¿Fue por eso, entonces?

—¿Qué?

—¿Te mostraste cercano a mí y a Sun Hee sólo porque te gusto? Espera... en primer lugar, ¿Por qué te gusto?

—No es así. En serio los quiero a los dos. Esto sólo pasó, no lo elegí. Y las razones... es porque eres tú. Por eso me gustas.

—E--escucha, Yoongi, y--yo--

—No tienes por qué decir algo al respecto. Sé que no estás de acuerdo, siempre lo supe. Es por eso que intentaré hacer algo con lo que siento.

—¿Qué, exactamente?

—Deshacerme de ello. No puedo dejar que todo esto siga creciendo. Lo haría si así lo quisiera, pero están Sun Hee y tú. No quiero que, por mi culpa, su vida se vea alterada de alguna forma... mucho menos si es para mal, y me temo que esto lo es. Por eso intentaré superarlo.

Aquellas palabras habían sido justamente las que Jimin esperaba escuchar. Sin embargo, algo se sintió extraño e incómodo en su interior al haberlas oído.

—Gracias, Yoongi.

Eso fue todo lo que pudo decir.

**************

Los días pasaban, y la vida seguía. Yoongi se encontraba en la sala de maestros, charlando junto a sus compañeros, aunque sin hacerlo, en realidad. Él sólo los observaba sin meterse en ninguna conversación. Bebió un poco del contenido de su taza de café, y suspiró. De pronto, Da Hae, una de sus compañeras, se le acercó.

—¿Día difícil?

—Vida difícil —bebió un poco más.

—Ey, ¿Qué pasa con ese ánimo? En un rato abriremos las puertas ¡Vas a deprimir a los niños!

Da Hae no pudo evitar soltar una pequeña carcajada, aunque sin quererlo. Se sentó a su lado.