C A P Í T U L O 46

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M I É R C O L E S

M I É R C O L E S

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Pedro

Miré la hora en mi celular una vez más soltando un suspiro para volver a colocar este de vuelta en mi bolsillo trasero y continuar limpiando una de las últimas mesas que me quedaban por limpiar de la cafetería.

Ya estaba más que acostumbrado a todo el trabajo que implicaba recoger y limpiar el Roller luego de que este cerrara, más ahora que las vacaciones de verano habían terminado y eso que Nico y yo habíamos conseguido un nuevo asistente de pista que hacía que nuestros días fueran menos agitados de lo usual, pero si algo me tenía así de ansioso ahora era la desesperación con la cual Juan se hallaba caminando de un lado a otro sobre el escenario.

Juan: ¡Esto es inaceptable! Guido sabe perfectamente la hora del ensayo... ¿Por qué no atiende siquiera los mensajes?
Pedro: Tranquilízate un poco Juan... Estoy seguro de que pronto llegará.
Juan: No, es que me llevas diciendo eso desde hace veinte minutos y él simplemente no llega, encima justo hoy que queríamos probar los nuevos acordes de la canción.

Solté un nuevo suspiro, por más que quisiera defenderlo, Juan tenía razón, llevábamos largo rato esperando a Guido para el ensayo de la banda y él seguía sin aparecer, ni siquiera contestaba uno solo de los mensajes y llamados que le estábamos haciendo, o al menos fue así hasta que el celular de Juan comenzó a sonar llamando la atención de ambos.

Juan: ¡Mira! ¡Es él! -exclamó leyendo el nombre en el celular para luego atender- Más te vale tener una buena excusa de porque no estás aquí ahora mismo -rodó los ojos al escuchar la respuesta por parte de Guido- Lo mínimo que pudieras haber hecho es avisarnos... -bufó- Pues no queda de otra. Nos vemos mañana... Puntuales -fue lo último que dijo antes de cortar-
Pedro: ¿Qué fue? ¿Qué te dijo? -cuestioné acercándome a él-
Juan: Que no va a poder llegar porque la fiesta de bienvenida de su hermana se alargó.

Ahora que Juan lo mencionaba, sí nos había dicho Guido que su hermana había vuelto luego de tantos años a Buenos Aires, pero nunca mencionó ninguna fiesta, mucho menos durante las horas de ensayo.

Juan: No tenemos opción... Mañana ensayaremos el doble.

Mis ojos se abrieron como platos al escuchar aquello, pues si bien normalmente aceptaría el doble ensayo ya que en tan sólo dos días nos presentaríamos en una fiesta y necesitábamos ensayar más que nunca los nuevos temas, mañana tenía una cita con la chica que había conocido en el Roller, Milena, y no estaba dispuesto a cancelarla.

Pedro: ¡No para! -intervine apurado- ¿Por qué no ensayamos los dos ahora?
Juan: ¿Me estás cargando Pedro? ¿Cómo vamos a ensayar los nuevos acordes sin una guitarra?

Crecimos Juntos | Terminada | Editando |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora