Crecimos Juntos | Terminada | Editando |

C A P Í T U L O 32

S Á B A D O

Ámbar

Hablar con Matteo así, luego de tanto tiempo, me hizo sentir muy bien. Él era una de las pocas personas con las que podía sentirme verdaderamente yo y todo parecía perfecto, tal como lo era cuando estábamos juntos... O al menos así fue hasta que sacó el tema del Open de un segundo a otro ocasionando que los nervios me consuman.

Ámbar: ¿Q-Qué? N-No... No, yo... -balbuceé incapaz de articular una palabra- ¿V-Vos sabías? ¿Desde cuándo lo sabés?
Matteo: Desde hace mucho tiempo -respondió extrañado por mi reacción-
Ámbar: ¿Y por qué no me habías dicho nada cómo todos lo han hecho?
Matteo: Además del hecho de que vos y yo no teníamos la mejor comunicación de todas... -soltó una pequeña risa causando que sonriera con dificultad- No pensé que fuera nada importante, digo, si algo te pasara, o si tuvieras un problema... O si ambos tuviéramos un problema... -desvíe la mirada incapaz de poder sostenerla más- Confío en vos y sé que me dirías si algo sucediera... Porque me lo dirías, ¿no?

Levantó ambas cejas expectante logrando que sintiera mi corazón estremecerse. Lo último que quería era mentirle en este momento, simplemente no quería mentir más pero, decirle la verdad no era una opción. Mucho menos ahora luego de tanto tiempo.

Ámbar: Sí, obvio que te lo diría... -simplemente respondí forzando una sonrisa en mi rostro-
Matteo: Y ahora que ya lo hablamos y luego de ver lo nerviosa qué te pusiste... Me querés contar qué pasó... ¿Por qué vomitaste?

Sabía que inevitablemente volvería a mencionar el tema, es decir, en su lugar yo hubiera hecho lo mismo así que no tenía más remedio que mentirle una vez más.

Ámbar: -suspiré- No pensés nada extraño -mencioné mientras acomodaba mi cabello- Pasa que cuando terminamos no fue exactamente el mejor momento de mi vida. Estaba muy mal, sufría mucho, todo se juntó en ese momento y verte ahí sobre el escenario... Cantándome, no sé, no pude evitarlo...
Matteo: Te entiendo. Terminar con Matteo Balsano no debe ser nada fácil -mencionó canchero de vuelta-
Ámbar: -rodé los ojos- Sí, aunque lo digas así, terminar con vos fue una de las peores cosas que me han pasado en la vida.
Matteo: A mí también.

Replicó logrando que un silencio se forme entre los dos. Nadie nunca podría entender lo que sentíamos, solo nosotros dos lo hacíamos. Lo nuestro era tan fuerte y tan profundo que tan solo pensar en que podía perderlo me causaba una terrible sensación.

Matteo: Lo que me sorprende es que no lo hayas negado -habló terminando con aquel silencio- Esperaba escuchar una de las típicas mentiras de Ámbar.
Ámbar: No tendría por qué mentirte, además quiero demostrarte que entre nosotros no hay ningún secreto así que, te preguntaré una última vez... ¿Qué pasa entre tu padre y vos?
Matteo: -bajó la mirada soltando un nuevo suspiro- Le conté que vos y yo no somos más novios y cómo que no le agrado mucho escucharlo. Sé que apenas llegue a casa me espera una charla muy larga.
Ámbar: -lo tomé de la mano- Como lo siento Matteo.
Matteo: No tenés porqué, no es tu culpa.
Ámbar: Si querés puedo ayudarte. Puedo hablar con él, podemos...
Matteo: No -me interrumpió sin más- No, yo quiero hacer las cosas bien y parte de eso es aceptar las consecuencias de mis errores. Aunque eso involucre a mi padre. Yo hice las cosas mal y no tenés porque ayudarme en esto. Es un problema mío.
Ámbar: -me incliné e inevitablemente le di un beso en la mejilla- Me alegra escuchar que querés cambiar, pero aun así yo quiero ayudarte. Sé lo que debes estar sintiendo.
Matteo: No es necesario princesa. Yo me haré cargo de mis errores -sonrió contagiándome de su sonrisa- Ahora, si en verdad querés ayudarme en algo lo podés hacer.
Ámbar: -lo miré confundida- ¿En qué?
Matteo: En salir conmigo.