Capítulo 18: Cena

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—Awwwwwww

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—Awwwwwww. —Cuando Rachel abrió la puerta no pudo evitar sonreír al ver a su "pareja favorita" junta. Lo primero que pudo hacer fue un gesto de ternura que acabó por irritar a Priss más de lo que estaba—. ¿Ya están o qué? ¡Hablen!

—Solo amigos —repitió ella—, y ya te dije que no te quiero de alcahueta. Arnold se ofreció amablemente a ayudarnos como anfitrión para los invitados.

—Ah, suena bien —dijo un poco decepcionada—. Pasen, se nos hace tarde.

Fueron a la cocina donde Rachel le enseñó donde estaban las cosas. La chica vivía en un cómodo apartamento, antes lo compartió con su madre, pero esta se lo había dejado de herencia, era lo bueno, ya que con el sueldo miserable de practicante al menos se ahorraba los gastos de piso. Después de pelearse un poco con lo que iban a hacer, empezaron su labor en la cocina. Ambas parecían hacer un buen equipo pues tenían algunas ideas similares, aunque Arnold, quien estuvo casi todo el tiempo en silencio y ayudando a pasarles algunos ingredientes, pensaba que Priss era superior en la cocina; se notaba de lejos. O quizá era que simplemente él la veía así porque aún la quería.

Cuando la pareja invitada llamó avisando que ya estaba cerca, las chicas se vistieron con el uniforme de cocina y alistaron la vajilla para la decoración de los platos. Arnold ya estaba listo y puso la mesa de manera elegante con lo que pudo encontrar en casa de Rachel. No era muy difícil pues lo que había aprendido con Priss era que las estudiantes de cocina siempre tenían cubiertos, vajilla y mantelería fina para cualquier ocasión. Entonces sonó el timbre, Camila y Charles habían llegado.

—Buenas noches y bienvenidos a la cena privada hermosa dama y... distinguido caballero —dijo Arnie al abrir la puerta y saludarlos. Camila y Charles se miraron sorprendidos al verlo ahí. Camila golpeó "con disimulo" a Charles con el codo como para recordarle que era "el novio" de Priss y debería mínimo hacer una escena.

—Ah si... —dijo el chico reaccionando—. ¿Qué haces tú aquí? ¿Quién te ha invitado? —dijo tratando de ponerse lo más serio posible.

—Es inútil, Priss ya me dijo que era una especie de truco. No se preocupen, todo está bien y somos buenos amigos. Adelante, tendrán una hermosa velada.

—Bueno, yo entro. —Se adelantó Camila sintiéndose más relajada. Para llegar a Queens desde su casa había sido toda una aventura, por poco hasta les roban. Pero al entrar al ambiente donde se ubicaba la mesa, un balcón que daba a una especie de área de juegos rodeada de jardines, se sintió tranquila. La iluminación con velas le encantó, además de que el doblado de servilleta al estilo abanico se veía divino. Arnold retiró la silla para que ella se sentara y Charles tomó asiento mirando alrededor. Aunque ambos estaban acostumbrados a convivir con el lujo todos los días, jamás habían recibido un trato de ese tipo. Y al menos eso era lo que intentaban ofrecerles ese día las chicas con la cena.

—Nuestras chefs me mandan a decir que esperan les gusten los platos de hoy —dijo mientras colocaba sobre la mesa los aperitivos, martinis hechos por ellas mismas, aunque decían que no les daban bien los cócteles—, y les mandan a decir explícitamente que "es comida Gourmet, si no les gusta es porque son unos ordinarios sin paladar". —Charles casi se atraganta con el martini mientras Camila no reprimió la risa, esas dos eran terribles.

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